La
alcazaba de Málaga se erige en una pequeña colina en el extremo E de la ciudad,
en la que se han ido superponiendo las edificaciones fenicias, romanas y
musulmanas.
La Alcazaba
La Alcazaba y el castillo de Gibralfaro están estrechamente relacionados. Así, mientras el castillo estaba dedicado a la defensa del conjunto, la alcazaba era el centro administrativo y de jurisdicción territorial.
A pesar de ello, la Alcazaba también contaba con la fuerte protección que le proporcionaban dos recintos amurallados, uno exterior y otro interior.
Antes de
llegar al recinto exterior hay que pasar por diversas estructuras defensivas.
La primera de ellas es la puerta de la Bóveda, en forma de recodo. En sus
jambas del arco interior aún se conservan restos de los sillares de la
construcción original del siglo XI. Posteriormente
fue reconstruida en los siglos XIII o XIV.
Después se encuentra la Puerta de las Columnas y a través del Arco del Cristo se accede al recinto interior.
Llegamos
al Patio de Armas desde donde se contempla una panorámica de la ciudad y de la
ensenada, así como las murallas y la Torre del Homenaje. Tras la conquista
cristiana en la Plaza de Armas se instaló artillería y actualmente hay un
jardín.
Al
recinto interior o superior sólo se puede acceder a través de la gran Puerta de
los Cuartos de Granada o de los Arcos. Esta puerta fue destruida
totalmente y posteriormente reconstruida junto con los Cuartos de Granada.
Desde
aquí se suceden cinco patios: el de la Mazmorra, el de los Surtidores, de los
Naranjos, de la Alberca y del Algibe.
En la
parte central del recinto superior están los Cuartos de Granada, residencia de
los gobernadores. Se conserva el palacio nazarí de los siglos XIII-XIV, que se organiza en torno a
los tres primeros patios antes mencionados.
Desde el
Patio de los Surtidores se accede a una sala del siglo XI, que corresponde al
palacio construido en tiempos de Badis,
y a la Torre de Maldonado.
Los
siguiente patios son el de los Naranjos y el de la Alberca, ambos muy
deteriorados, por lo que tuvieron que ser reconstruidos siguiendo el modelo de
la Alhambra de Granada.
Por
último, en el extremo E del recinto superior, se encuentra la Torre del
Homenaje, que protege la puerta que comunica con el castillo de
Gibralfaro.
Frente a
ella, en las murallas del reciento inferior, se encuentra la Torre Partida
y, siguiendo el lienzo de la muralla, se llega hasta la Torre N.
Apuntes históricos
Quizás la
primera mezquita que se
levantó en este lugar la ordenó construir el emir Mu’awiya
bin Salih al-Himsi, alrededor
del 754. Posteriormente, entre los años 904 y 910, Abd
Allah I ibn Muhammad I, séptimo emir de Córdoba, atacó Málaga y destruyó
los arrabales de la ciudad. Abd
Allah I era abuelo de Abd al
Rahman III (891-961), quien
dio orden de destruir las fortalezas y alcazabas de la Cora de Rayya (Málaga y
S de Córdoba), cuya capital era Arxiduna (Archidona).
Con la
desintegración del califato de Córdoba, la taifa de Málaga pasó a poder de los
hammudíes, descendientes de Idris,
fundador de Fez y descendiente de Mahoma. El primer califa fué Ali ibn Hammud al Nasir y le sucedieron
otros doce. El califato de los hammudíes duró desde 1009 hasta 1055, año en
el que Málaga fué conquistada por Badis
ibn Habus, tercer rey de la Taifa de Granada (1038-1073) y perteneciente a
la dinastía bereber de los ziríes.
Badis mandó construir la Alcazaba
entre 1057 y 1063, como capital política, administrativa y militar y puso al
mando a su hijo Buluggin
ibn Badis. La Alcazaba se levantó sobre una antigua villa romana y para su
construcción se reutilizaron materiales procedentes del teatro romano.
Pero el
principal material empleado fue la sillería de caliza nummulítica, un tipo de
roca fósil que se descompone fácilmente por la acción de la humedad y que, por
lo tanto, hizo precisa la realización de diversas reparaciones en los
siglos XIII y XIV.
Tras años
de guerras con los cristianos, para garantizar su supervivencia ante el avance
de Alfonso VI de Castilla y León, los reinos de taifas recurrieron a la ayuda
del emir almorávide Yusuf
ibn Tashfin. El 23/10/1086 el ejército de Yusuf se unió al de Muhammad
ibn Abbad al-Mutamid, rey de la taifa de Sevilla, al del rey de Zaragoza, Ahmad
II ibn Yusuf al Mustain y a las tropas de Umar
ibn Muhammad al-Mutawakkil de
Badajoz, y vencieron al ejército cristiano en Zalaca. Yusuf ibn Tashfin sitió Aledo en 1088 y en 1090
destronó a los reyezuelos de las taifas de Granada y Málaga. El resto de los
reyes de taifas se aliaron con Alfonso VI.
El principal opositor
musulmán contra los almorávides fue Ahmad III ibn Abd al-Malik,
conocido por los cristianos como Zafadola, que cedió el castillo de Rueda a Alfonso VII a cambió de los feudos de Toledo y Extremadura y llegó
a dominar casi toda la España musulmana.
En 1143
murió Ali ibn Yusuf ibn Tashfin y los
cristianos derrotaron y dieron muerte a los gobernadores almorávides de Córdoba
y Sevilla. La muerte de Zafadola,
en 1146 mientras peleaba cerca de Chinchilla, supone el fin de la taifa de la
Frontera Superior y de la dinastía de los Banu
Hud.
En
1147 Ibn Qasi encabezó una rebelión en Mértola y pidió ayuda
al emir almohade Abd al-Mumin ibn Alí, quien envío un ejército al
mando de Barraz que expulsó a los
almorávides de Sevilla, finalizando definitivamente su imperio. El declive
total de los almohades se produjo en 1212 tras la batalla de las Navas de
Tolosa. Pero antes de su derrota ante los cristianos, fueron los propios
musulmanes peninsulares los que se rebelaron contra ellos. Su principal
opositor fue Muhammad ibn Yusuf ibn Hud, de los hudíes de Zaragoza,
quien encabezó una sublevación anti-almohade que tuvo comienzo con la
declaración de independencia de Murcia en 1224 y la de Valencia en
1228. En 1233 recibió la investidura de Oriente y se proclamó Al-Mutawakkil. Mientras
en África, el imperio almorávide sucumbía en 1224 por el empuje del pueblo
benimerín. Entre 1228 y 1237 Ibn Hud conquistó la práctica
totalidad del al-Andalus. A su muerte en 1238, Málaga pasó a manos de Muhammed
I, primer rey nazarí de Granada.
Durante
el reinado de Muhammad
I ibn
Yusuf ibn Nasr, al Gálib bi-llah (1232-1273),
se produjo la sublevación de Málaga, Comares y Guadix, que pasaron a ser
gobernadas por los Banu
Asquilula con apoyo de Alfonso
X de Castilla. La familia Banu Asquilula estaba emparentada con Muhammed I y aspiraba al trono nazarí.
Muhammed I sitió Málaga sin llegar a poder tomarla y posteriormente firmó un
tratado con Alfonso X, por el que
renunciaba a Murcia y Jerez y se comprometía a pagarle tributo, consiguiendo
que Alfonso X retirara su apoyo a los
Banu Asquilula.
Muhammad
II, Abud Abd Alláh Muhammad ben Muhammad (1273-1302),
asumió como prioridad acabar con la rebelión de los Banu Asquilula y para ello
en 1275 solicitó la ayuda de Abu
Yusuf Yacub, de la dinastía bereber de los Banu
Marín, también conocidos como benimerines o meriníes,
gobernantes de Marruecos entre el 1244 al 1465 tras la caída de los almohades.
Los benimerines cruzaron el estrecho, llegaron a Tarifa, devastaron Jerez y
sitiaron Sevilla.
En 1278
los Banu Asquilula entregaron Málaga
a los Banu Marín y Abu Yusuf tomó posesión de la ciudad. Muhammad II cambió su alianza y pactó
con Alfonso X, lo que le permitió
llegar a un acuerdo con los benimeríes en 1279 para hacerse con Málaga a cambio
de cincuenta mil dinares y las plazas de Almuñecar y Salobreña. El nuevo
gobernador fue su primo Abu
Said Faraj.
Con los
nazaríes, la Alcazaba experimentó una gran transformación de acuerdo con las
normas arquitectónicas nazaríess por las que las viviendas se situaban en torno
a patios rectangulares con pórticos que son decorados con fuentes y vegetación.
En 1482
el reino granadino estaba dividido en dos. Por un lado Boabdil apoyado
por los abencerrajes y por otro lado su padre Alí
Abu-l-Hasan (Muley
Hacén), quien buscó refugio en Málaga donde gobernaba su hermano Muhammad
XII, Abu-l-Abd-Allah
Ibn Sa´d, conocido por los cristianos como "el
Zagal".
El 7 de
abril de 1487 Fernando el
Católico salió de Córdoba con
50.000 infantes, 20.000 jinetes y gran artillería. Su destino era Málaga,
defendida por el terrible guerrero Hamet
el Zegrí, quien resistió de manera heroica. Fernando le ofreció dinero y privilegios pero Hamet los rechazó.
Los
cristianos sitiaron Málaga con una formación de media luna, completando el
cerco con la flota en la playa. Durante el asedio, un santón moro
llamado Ibrahim el Gerbí se lanzó con 400 hombres contra el
campamento cristiano. Mientras tenía lugar una fiera lucha, el santón se puso
de rodillas y comenzó a orar en estado de éxtasis. Fue hecho prisionero y
llevado una tienda situada al lado de la de los Reyes Católicos. Por la noche
se escapó y apuñaló a don Álvaro de
Portugal, hijo del duque de Braganza, al confundirlo con el rey Fernando.
Boabdil ayudó a Fernando a asediar
Málaga y atacó a las tropas enviadas por el Zagal
en ayuda de Hamet. La falta de
víveres llevó a los desesperados malagueños a pedir a Hamet que capitulara, pero éste incluso llegó a sopesar la
posibilidad de exterminar a toda la población antes que rendirse. Al final optó
por encerrarse en Gibralfaro con 10.000 soldados.
Isabel y Fernando exigieron la rendición sin condiciones de Málaga, la cual
se produjo el 18 de agosto. Miles de moros fueron hechos esclavos, mientras que
Hamet el Zegrí fue traicionado, hecho
prisionero y encerrado en Carmona.
Tras la
conquista cristiana, la Alcazaba siguió desempeñando las funciones de sede de
la administración y los Cuartos de Granada pasaron a ser la residencia del
alcalde.
En los siglos posteriores la Alcazaba fué el alojamiento de personas
importantes que visitaron la ciudad, como Felipe
IV en 1625. Pero a mediados del siglo XIX su estado ya era de abandono y se
establecieron en ella familias humildes que construyeron sus viviendas con
materiales provenientes del muro de la Alcazaba.
La
Alcazaba estuvo prácticamente destruida en su totalidad hasta 1931, fecha en
la que fue declarada monumento histórico-artístico y dos años después
comenzaron los trabajos de restauración. Actualmente no se conserva
prácticamente nada de la arquitectura original anterior a la conquista
cristiana, salvo algunos sectores de muralla.
Las
fotografías de este artículo han sido realizadas por F. Javier Torres Goberna ©
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