El Monte Galiñeiro se encuentra en la parte N de la sierra del Galiñeiro, en
la parroquia de Vincios del concello de Gondomar, justo en el límite con los concellos
de Vigo y O Porriño.
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Cumbre del Galiñeiro |
Se trata de una masa rocosa, sin
apenas vegetación, que domina toda la comarca. Desde la cumbre se contemplan las
rías de Vigo, Baiona, Pontevedra y Arousa; el valle del Fragoso; el valle del Miñor;
Mos, Porriño y Ponteareas.
A sus pies se encuentra el embalse del río Zamáns,
que recoge el agua procedente de los regatos que bajan por la ladera occidental
del Monte Galiñeiro y luego sigue su curso hacia Vilaza hasta llegar a
Gondomar, donde se une a otros afluentes que vienen de Morgadáns para formar el
río Miñor.
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Embalse de Zamáns desde la cumbre del Galiñeiro |
La sierra del Galiñeiro se extiende en
dirección N-S a lo largo de unos 8 km, desde Zamáns en el S de Vigo, hasta el
Monte Aloia en el NO de Tui. Sus principales cumbres son los
montes Galiñeiro (705 m) y Aloia o San Xulián (631 m). La sierra se localiza en la parte S de la Depresión
Meridiana, una fosa tectónica profunda y estrecha de unos 140 km de largo que
atraviesa Galicia de N a S, desde Carballo hasta Tui. Al N de la sierra se
encuentra el Valle del Fragoso y la Ría de Vigo; al E el Valle del Louro,
afluente del Miño en cuyo curso se encuentra el importante enclave natural,
ornitológico y arqueológico de las Gándaras de Budiño; al S está el río Miño
que marca la frontera con Portugal; al O el Valle del Miñor.
La Sierra do Galiñeiro se originó a finales
de la era Terciaria como una consecuencia de los hundimientos y levantamientos
producidos por la Orogénesis Alpina. El material predominante es el gneis
formado durante la Orogénesis Herciniana, en la era Primaria. La sierra es rica
en diversos minerales entre los que podemos destacar el feldespato, cuarzo,
moscovita, wolframita, pirita, berilo, fosfatos radiactivos (torbernita y autunita),
turmalina, microclina, arsenopirita, hornblenda, vivianita, petchblenda,
lazulita, escorodita, cacoxeno, ghanita, almandino y riebeckita.
En toda la sierra existen numerosas cuevas graníticas formadas durante el Cuaternario o finales del Terciario y sometidas al modelado periglaciar durante el período Würm, que comenzó hace unos ochenta mil años y terminó hace unos diez mil. Para las personas interesadas en la espeleología recomiendo el libro As Covas de Vincios, editado por la Comunidade de Montes Veciñais en Man Común de Vincios, donde se describen veinte de estas cuevas. Destaca especialmente la cueva de A Trapa, considerada la segunda cueva más grande de Europa.
En toda la sierra existen numerosas cuevas graníticas formadas durante el Cuaternario o finales del Terciario y sometidas al modelado periglaciar durante el período Würm, que comenzó hace unos ochenta mil años y terminó hace unos diez mil. Para las personas interesadas en la espeleología recomiendo el libro As Covas de Vincios, editado por la Comunidade de Montes Veciñais en Man Común de Vincios, donde se describen veinte de estas cuevas. Destaca especialmente la cueva de A Trapa, considerada la segunda cueva más grande de Europa.
http://elpais.com/diario/2011/04/21/galicia/1303381102_850215.html
El topónimo “Galiñeiro” deriva de la misma raíz indoeuropea que encontramos
en “Galicia”. En las lenguas indoeuropeas prelatinas aparece
frecuentemente el fonema velar sordo [k] en posición inicial, así como
la repetición del fonema líquido [l] intervocálico. En estas lenguas
indoeuropeas también encontramos constantemente el sufijo –aik (ía), -aik-o- (en su traducción griega) o aec, aic-o- (en su traducción latina), que
aparece frecuentemente en las denominaciones que helenos y romanos daban al NO
de la Península Ibérica (Kallaikía, Kallaikós, Callaecia, Callaicus..).
De acuerdo con lo planteado por Carlos Búa (Dialectos indoeuropeos na
franxa occidental hispánica) el nombre de Galicia procede del indoeuropeo kal-n-e (montaña) y por lo tanto los Callaici eran “los montañeses” y Callaecia “la tierra montañosa”. Esta
interpretación explica a la perfección el nombre que reciben tres sierras del
SO de Galicia que se alinean en dirección N-S: Serra do Galleiro (Pazos de Borbén, Mos y Ponteareas), Serra do Galiñeiro (Gondomar) y Serra do Argallo (Baixo Miño). Como vemos en las tres aparece la raíz “gal” que identifica el carácter montañoso de estas zonas.
En la cumbre del Galiñeiro se conservan los restos de lo pudieran ser los restos de alguna fortaleza medieval.
En la cumbre del Galiñeiro se conservan los restos de lo pudieran ser los restos de alguna fortaleza medieval.
La Sierra del Galiñeiro se halla sometida a
una permanente agresión humana en forma de incendios, canteras y pistas
forestales. El último episodio de esta larga serie de amenazas es el proyecto
de construcción de un parque eólico, proyecto que cuenta con la oposición de
los vecinos de la zona y de diversas organizaciones ecologistas, culturales y
políticas.
Megalitismo
Como sucede con el resto de planaltos de la Ría de
Vigo, las penillanuras de la Sierra del Galiñeiro destacan por su riqueza
arqueológica y por la abundancia de restos megalíticos. Así, al NE de la sierra
encontramos el lugar denominado Virxe das Neves, con presencia de túmulos y un castro;
al NO está la zona de Auga da Laxe y Seixiños Brancos, con al menos cuatro
mámoas; al S se localiza la necrópolis de Chan de Prado.
En la penillanura de A Chan de Prado existían nueve túmulos
de los que en la actualidad sólo se conservan siete, uno de ellos semidestruido
por una máquina excavadora. El más importante es el estudiado por Abad Gallego (1995). Se trata de una mámoa de 17 m de diámetro por
1,30 m de altura, con un anillo perimetral y otro exterior. Para la
construcción del túmulo se emplearon aportes de tierra de al menos dos tipos
diferentes. Presenta una pequeña cámara poligonal simple que conserva cuatro
ortostatos “in situ”, en la que se halló un microlito de sílex y varios
fragmentos de cerámica campaniforme. La datación radiocarbónica dio un
resultado sorprendente: 6575 a.C. Dicha datación se realizó a través de
muestras de carbón encontradas en el interior del túmulo, por lo que esta estimación
no es tenida en cuenta ya que esos restos no tendrían por qué corresponderse
con la fecha de construcción y utilización del túmulo y podrían ser parte del
sustrato preexistente en el suelo, lo que explicaría una cronología atípica
para el megalitismo gallego.
Otro campo de
mámoas es el del Monte dos Arruidos, localizado en un planalto al pié del Monte
Galiñeiro, a 460 m de altitud sobre el nivel del mar.
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Monte dos Arruidos |
En esta penillanura
abundan los batolitos graníticos de gran tamaño y por ella cruza el camino que
une la cumbre con el valle de Vincios. Se trata de una zona muy húmeda que recoge el agua que baja del monte y en la que se forman charcas durante las temporadas de lluvias.
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Penillanura desde el Galiñeiro (Vincios y Baiona al fondo) |
El campo de mámoas de Monte Arruidos se compone de al
menos tres túmulos. La mámoa I tiene unos 20 m de diámetro por 1 m de
altura, conserva cuatro ortostatos que pudieran ser parte del corredor y su
estado de conservación es malo, apreciándose claramente el cono de violación. Se
trata de un dolmen de corredor que podría datar del IV o mediados del III
milenio a.C.
La mámoa III es otro enterramiento en cista que se
localiza a unos 10 m hacia el SO de la anterior. El túmulo mide unos 14 m de
diámetro, tiene 0,5 m de altura y conserva algunas piedras que formaban parte
de la coraza, apreciándose claramente el cono de violación.
Las mámoas II y III, debido a su escaso tamaño y a lo
simple de su estructura, pudieran corresponder a un megalitismo tardío, quizás
del Calcolítico o incluso posterior (III-II milenio a.C). Este tipo de
enterramientos individuales es característico de un momento en el que la
sociedad estaba más jerarquizada y en la que sólo los personajes más
importantes eran enterrados en este tipo de construcciones.
Petroglifos de Auga da Laxe
En la ladera occidental del Monte Galiñeiro,
muy cerca del campo de mámoas del Monte dos Arruidos, se localizan los
petroglifos de Auga da Laxe, descubiertos
en 1983 por miembros del Departamento de
Prehistoria y Arqueología del Museo Municipal Quiñones de León de Vigo.
Se trata de cuatro estaciones rupestres de
las que destaca el grupo I, situado en un gran batolito granítico con unas piletas
naturales en su parte superior.
La cara SE de esta roca presenta una superficie
inclinada de 10,30 X 4,60 m sobre la que aparecen grabadas veintiséis armas:
once puñales o espadas cortas, una espada grande, seis alabardas enmangadas y
ocho símbolos que según los distintos investigadores pueden ser clasificados como ídolos, escudos, estandartes o representaciones esquemáticas de carros de guerra o votivos.
En los otros grupos podemos encontrar más alabardas, puñales, un
escutiforme, círculos y cazoletas.
Estos petroglifos estuvieron en serio
peligro de destrucción debido a las obras de prospección de una cantera,
cuyas huellas pueden apreciarse en la roca de uno de los grupos (Faro de Vigo
26.01.2002).
Las representaciones de armas en los
petroglifos de Galicia son básicamente características de las Rías Baixas, con
algún otro ejemplo localizado hacia el interior, como en el caso de Castriño de
Conxo (Santiago de Compostela).
Petroflifos de Castriño de Conxo. |
Auga da Laxe I es uno de los mejores
ejemplos de lo que se ha dado en llamar “rocas panoplia”, que destacan por su
alta inclinación y por hallarse en lugares que pueden ser vistos desde lejos.
Sobre este tipo de soportes se exhiben diversas clases de armas con una clara
función simbólica y de ostentación de poder y estatus social.
Este aspecto
simbólico viene corroborado por el hecho de que sólo se representen armas y nunca
aparezcan otro tipo de objetos metálicos relacionados con el uso diario, como
hachas, aperos de labranza y demás útiles.
Las armas representadas en Auga da Laxe corresponden a la
transición entre el Período del Cobre y el comienzo de la Edad del Bronce,
entre el III y II milenio a.C. y por lo tanto estarían vinculadas al fenómeno
campaniforme o epicampaniforme. Los motivos aparecen alineados y equidistantes,
por lo que se supone que fueron grabados todos en el mismo tiempo y respetando
un diseño general de composición.
Con respecto a
la gran espada de Auga da Laxe, según unos autores (Costas y Novoa) se trataría de un arma del Bronce Inicial, al igual
que el resto de las armas que aparecen grabadas. Lo que sucede es que simplemente
se representó a una escala exagerada, hecho que por otra parte no es extraño ya
que podemos encontrar un caso parecido en la Laxe das Ferraduras de Fentáns (Cotobade), en la que se ve a un
humano blandiendo una espada que cuadriplica su propio tamaño.
Sin embargo otros estudios (Vázquez
Varela), coinciden con esta datación para todos los motivos que aparecen
grabados salvo en lo que se refiere a la gran espada. Estos autores entienden
que esta espada debería ser interpretada de manera distinta al resto del
conjunto, puesto que su tipología recuerda en muchos detalles a las grandes
espadas del Bronce Final. Para Vázquez Varela su tamaño desproporcionado en comparación con
los puñales y alabardas, el distinto perfil y grosor de los surcos y
determinadas diferencias en su pátina, le llevan a interpretar que lo que
aparece representado es una espada de lengua de carpa característica del Bronce
Final y que por lo tanto habría sido incorporada al conjunto varios siglos
después. Este hecho, según Vázquez Varela, prueba que Auga da Laxe fue un lugar
donde los guerreros se reunieron durante varios siglos, en una tradición que
perviviría entre seiscientos y mil años.
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Laxe das Ferraduras |
La gran espada de Auga da Laxe mide 2,40 m de largo y 43 cm de
ancho en la zona de unión con la empuñadura, donde presenta tres cazoletas a
modo de remaches. La hoja de la espada se estrecha más allá de su mitad y luego se
vuelve a ensanchar. Presenta unos espacios cerca de la empuñadura que pudieran ser las
escotaduras que suelen tener este tipo de espadas.
Por todas estas características podría ser una espada pistiliforme, cuya
aparición en Galicia y N de Portugal data del período del Bronce Final I (1200-1050
a.C) y cuyo uso se generalizará durante el Bronce
final II (1050-900). En Galicia se han hallado dos espadas de este tipo, una en
Isorna (Rianxo) y otra en Catoira. Si la de Auga da Laxe fuera una espada
pistiliforme arcaica su datación estaría entre el 1200 y el 1000 a.C, es decir,
de un momento tardío dentro de la Edad del Bronce.
Pero también existe la posibilidad de que se trate de una espada
de lengua de carpa del Bronce Final III (900-700), de puño hendido y punta
afilada y que se caracteriza por su gran variabilidad morfológica.
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Espadas de lengua de carpa (Museo arqueológico Huelva) |
Existe una clara similitud entre la
gran espada de Auga da Laxe y la espada de lengua de carpa tipo Huelva variante
Oissel, ya que en ambas se aprecian los tres remaches individuales en la empuñadura,
presentan lados paralelos y tienen pomo en forma de T. Esta variante de espada
procedente de la bahía de Huelva, es la que presenta una mayor variedad y su
difusión abarca Andalucía occidental, norte de Francia y también existe un
hallazgo en el centro de Alemania.
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Espada Huelva tipo Oissel / Espada de Auga da Laxe
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Un dato que puede ser revelador es que en Hío (Cangas de O
Morrazo), se ha encontrado una espada tipo Huelva y variante Oissel que
apareció junto con puntas de lanza de sección romboidal datadas en la fase
Wilburton de Gran Bretaña (1100-900 a.C), lo que supone una cronología temprana
para este tipo de espadas.
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Espada del depósito de Hío. |
Las espadas de lengua de carpa son abundantes en el
occidente de Europa y también se han hallado en Galicia. Generalmente aparecen
en los lechos de los ríos, lo que sugiere que fueron arrojadas a éstos en el
transcurso de algún ritual religioso. Pero en el caso de Hío nos hallamos ante
un yacimiento que estaba enterrado y en el que además de la espada antes citada
se encontraron calderos de la clase A0, según la tipología de Coffyn, característicos
del Bronce Final Atlántico (Dirk
Brandherm y Magdalena Moskal-del Hoyo). Otros autores opinan que la espada
de Hío correspondería a un tipo arcaico de pistiliforme provista de lengüeta
calada y característica del período Bronce Final I-II.
En conclusión podemos decir que si la tipología de la espada de
Auga da Laxe es coetánea del resto de armas representadas, nos hallaríamos ante
un arma del Calcolítico o principios de la Edad del Bronce. Si por el contrario
se trata de una espada pistiliforme o de lengua de carpa, estaríamos hablando
de un momento tardío de la Edad del Bronce y por lo tanto habría sido
incorporada al grupo con posterioridad.
Por lo que se refiere a los puñales o espadas cortas que aparecen
en Auga da Laxe, como hemos visto, existe acuerdo en que se trata de armas
propias de la transición entre el Período del Cobre y el comienzo de la
Edad del Bronce, entre el III y II milenio a.C.
Todos presentan una hoja triangular
y en alguno se distingue la nervadura central o cresta. Es de destacar su gran
semejanza con los puñales que aparecen en Bretaña y las Islas Británicas.
Otro de los motivos que aparece en Auga da Laxe es la típica alabarda
de la Edad del Bronce del III-II milenio a.C.
Alabardas tipo Carrapatas. |
Las alabardas aparecen frecuentemente representadas en las insculturas gallegas y corresponden al tipo atlántico denominado Carrapatas, cuyas características son muy similares a las halladas en Irlanda. Están realizadas en cobre y tienen una gran hoja triangular con nervio central que divide dos mitades simétricas. La lámina de sujeción al mango es también triangular, con esquinas redondeadas y tres agujeros para los clavos. También
presentan dos acanaladuras paralelas a los filos de la hoja. Su cronología se puede establecer en el período del Bronce Inicial, entre el 1750 y el 1500 a.C.
Las alabardas tipo Carrapatas presentan
nervadura o cresta central y algunas muestran rasgos de lo que pudiera ser un
biselado. Por lo que se refiere a su tamaño, la mayor de ellas tiene un ástil
de 1,35 m y la hoja mide 43 X 32 cm.
Es probable que la alabarda tuviera su origen en la Península Ibérica
ya que se han hallado precursores del arma en sílex (Hubert Schmidt). Desde la
Península, el uso de la alabarda se fue extendiendo por la fachada atlántica entre
el 1.550 al 1.450 a.C, hasta llegar a Irlanda.
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Alabarda votiva de pizarra (Museo arqueológico de Sevilla). |
Otro tipo de motivos que aparecen en Auga da Laxe son los escudos, estandartes o idoliformes que también corresponderían a la transición entre el III y II milenio a.C. La forma de este tipo de escudo
es la de un triángulo isósceles con el ángulo menor apuntando hacia
abajo y provisto de lo que pudieran ser asas situadas a cada uno de los lados. Otros autores opinan que se trata de carros votivos o de guerra, pero esta interpretación retrasaría la cronología establecida para este yacimiento hasta el periodo del Bronce Final.
El
hecho de que estos escudos hubieran sido manufacturados con materiales
perecederos, como madera y cuero, podría explicar el hecho de que hasta el
momento no se haya recuperado ninguno.
Por último decir que aparece un único motivo con forma de peine sobre cuyo significado esta actualmente pendiente de aclarar.
Aspectos sociales y
rituales bélicos
Las
sociedades de cazadores y recolectores del paleolítico eran grupos nómadas que
carecían de organización política y que vivían de la caza y la pesca utilizando
medios técnicos muy primitivos, lo que hacía innecesaria cualquier tipo de división
del trabajo. Posteriormente, durante el Neolítico, el desarrollo de la
agricultura lleva al sedentarismo y a la formación de grupos humanos cada vez
mayores, que explotan la tierra de manera comunal mediante técnicas de trabajo arcaicas, por lo que la productividad era muy baja. La organización social de
estas comunidades era básica y se limitaba a la familia y a los lazos de
parentesco, por lo que la jerarquía social era prácticamente inexistente.
El
inicio de la territorialidad provoca un incremento de actividades bélicas con
respecto a lo que sucedía en el Paleolítico, donde la guerra era practicada a
pequeña escala y esporádicamente. Puesto que las comunidades se organizan en
función del parentesco, es muy probable que cuando se producía el homicidio de
un miembro del grupo la única respuesta adecuada fuera matar al asesino o a
un miembro de su grupo de parentesco.
Con
el desarrollo de la metalurgia se obtienen nuevos instrumentos de labranza más
efectivos que permiten incrementar la productividad de la tierra y por lo
tanto el tamaño de las comunidades, las cuáles gradualmente se van haciendo más
heterogéneas a medida que se integran grupos diferentes. Paralelamente las
funciones económicas se multiplican, lo que exige una división de las tareas
cada vez más elevada, surgiendo una jerarquización que lleva a la configuración
de una autoridad política organizada, que puede ser estable y permanente u
ocasional. También existen niveles intermedios de autoridad, como por ejemplo
los jefes de familia o de clan, los jefes militares o los religiosos.
Siguen
siendo comunidades agrícolas basadas en la propiedad y la explotación del
suelo, en las que la familia constituye la base a través de la que se
transmite la propiedad de los bienes, el poder político y el sacerdotal. Pero
gradualmente se producirá un incremento de la centralización, surgiendo una
rígida jerarquía que administrará la sociedad de una manera militar. La
organización del trabajo a menudo se establece con las mismas bases por las que
se rige el modelo militar, por lo que los miembros del grupo serán obligados a
cooperar (Spencer). No sería nada
extraño que en las sociedades gallegas de la Edad del Bronce existiera la
esclavitud, lo que unido a los nuevos instrumentos de labranza permitiría
incrementar la producción agrícola. El aumento de excedentes y el progreso de
los medios de transporte posibilitarán que se incremente la actividad
comercial.
La
organización política de estas comunidades se configura de modo que los poderes
político, religioso y militar son uno mismo o apenas están diferenciados, por
lo que el jefe de la tribu está investido de un carácter sagrado. En el caso de
que existiese diferenciación entre la autoridad civil y la religiosa a menudo
se producirían conflictos entre ambas, aunque una y otra se apoyasen mutuamente.
La
religión funciona exactamente como la organización militar y exige sumisión
completa y obediencia ciega. Al carecer de conocimientos científicos no existía
el laicismo, ya que toda la sabiduría era predominantemente teológica. La
religión no tenía carácter universal si no que estaba íntimamente vinculada a
cada sociedad particular, lo que se plasma especialmente en las creencias y los
ritos cuya función es expresar los orígenes y la historia de la tribu. La magia
constituye un complemento de las técnicas empleadas para la caza, la
agricultura y la guerra, por lo que sería una especie de “tecnología" propia de
cada sociedad.
En
cuanto a la proporción de guerreros que habría en una comunidad de esta época, primero
sería necesario saber si todos los varones adultos participaban en la contienda
o si por el contrario existía una casta militar dedicada exclusivamente a la
guerra. Vázquez Varela realiza un
cálculo de cuántas personas podían constituir la comunidad que habitaba en las
inmediaciones de Auga da Laxe. Para ello tiene en cuenta el número de armas
representadas (26) y estableciendo una proporción, que él estima razonable, de
un guerrero por cada diez miembros de la comunidad con independencia de su edad
o sexo, llega a la conclusión de que se trataría de un grupo humano de unos 260
individuos. Vazquez Varela obtiene un
resultado idéntico empleando otro método de cálculo, basado en la estimación de
la densidad de población por km2. Puesto que se calcula que la densidad de
población en la época megalítica avanzada era de 1,4 habitantes por km2 y como
el territorio circundante que se divisa desde Auga da Laxe es de unos 100 km2, el
resultado para esa época sería de unas 140 personas. Para la época castreña,
cercana al cambio de era, se suele aplicar una proporción de 10 habitantes por
km2, lo cual daría una población de mil personas. Puesto que los petroglifos de
Auga da Laxe corresponden
aproximadamente al 1800 a.C, Vazquez
Varela estima que el cálculo de 250 personas se ajustaría de manera
bastante fidedigna a la población real de esta comunidad.
De las representaciones de armas de Auga da Laxe no se puede deducir que esta comunidad viviera en una situación de guerra constante, sino que más bien son una muestra del prestigio que tenía todo lo relacionado con lo bélico. De todos modos, en otras ocasiones la guerra entre cultivadores que vivían en aldeas implicaba a menudo un esfuerzo colectivo total, ya que se combatía por un territorio y la derrota podía acarrear la expulsión de una comunidad entera de sus campos, viviendas y recursos materiales (Marvin Harris).
En
el caso de que existieran bandas de guerreros más o menos permanentes, es
probable que practicaran razias o ataques sorpresas contra asentamientos
vecinos y otros tipos de actos de pillaje, como el robo de ganado. La presencia
de grabados de armas como los de Auga da
Laxe, son un testimonio de la
importancia que tenían las actividades propias de los varones, como la guerra y
la caza. Además reflejan un culto a las armas y la sacralización de figuras
como los escudos y espadas, que en este caso se disponen en una escena
organizada en la que los guerreros están representados por sus armas, formando
un cortejo o un desfile militar mientras marchan hacia el combate, o se dirigen
hacia un lugar de reunión para realizar algún tipo de ritual o danza. Esta
apariencia de movimiento que transmite el conjunto de grabados ha motivado que los
lugareños le hayan dado la denominación de Pedra
das Procesións.
Los
emblemas representados en Auga da Laxe
servían para identificar a los miembros del grupo y para diferenciarlos de los
clanes vecinos. En ese sentido podrían tener una función similar a la de los
tótems, creando una relación de filiación entre los miembros de la comunidad y
sus antepasados. Los cultos comunitarios que implican rituales públicos de
solidaridad son considerados esenciales para la supervivencia de todo el grupo,
puesto que reafirman el sentido de identidad del clan, coordinan la acción de
los individuos y preparan al grupo para cooperar ante el enfrentamiento bélico.
Auga da Laxe se encuentra en las proximidades
de la principal vía de comunicación que cruza la sierra, uniendo los diversos
valles, en la que confluyen los distintos caminos de acceso al monte. El lugar
donde se asienta la roca es amplio y permite que se pudiera acomodar un público
numeroso. Todo ello nos lleva a pensar que es muy probable que Auga da Laxe fuera el escenario donde se
llevaban a cabo ceremonias masculinas de exaltación guerrera, en las que los
participantes danzaban antes de entrar en combate.
Puede
que los guerreros formaran un círculo entorno a sus magos y que éstos
consumieran sustancias psicotrópicas para entrar en contacto con sus
antepasados y mediante la realización de ritos, pidieran su apoyo y ayuda en la
batalla. También es posible que en el ritual participara toda la comunidad,
reuniéndose a tal fin las distintas familias y clanes que se hallaban dispersos
por amplias zonas del territorio, desde la costa hasta la montaña.
Mediante
este tipo de actos la comunidad reforzaba su unión y sentido de
pertenencia, su propia identidad como grupo diferenciado y la integración y
solidaridad entre sus miembros.
Conclusión
Debido a la importancia de la Serra do Galiñeiro, a sus valores ecológicos, paisajísticos, históricos y arqueológicos, resulta imprescindible que de manera urgente las autoridades adopten las medidas necesarias para garantizar su total protección y eviten las inminentes amenazas que se ciernen sobre este lugar, patrimonio histórico y cultural de Vigo y su comarca.
Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.
Nota: Los dibujos de petroglifos que aparecen en este artículo han sido realizados mediante una aplicación informática para la edición y retoque fotográfico.
Conclusión
Debido a la importancia de la Serra do Galiñeiro, a sus valores ecológicos, paisajísticos, históricos y arqueológicos, resulta imprescindible que de manera urgente las autoridades adopten las medidas necesarias para garantizar su total protección y eviten las inminentes amenazas que se ciernen sobre este lugar, patrimonio histórico y cultural de Vigo y su comarca.
Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.
Nota: Los dibujos de petroglifos que aparecen en este artículo han sido realizados mediante una aplicación informática para la edición y retoque fotográfico.
Hola:
ResponderEliminarMe lo he enviado a casa para leerlo con atención. Me parece interesantísimo.
Un abrazo
Hola Pepe. Me alegro que te haya gustado, de verdad. Un abrazo
ResponderEliminarERES UN FENÓMENO!!
ResponderEliminarSigue así que esto quedará para la posteridad y para hacer más fácil el estudio y trabajo a otros. Te recordarán por tu trabajo.
Un abrazo
Hola Germán. Muchas gracias, me alegro que te haya gustado. Evidentemente hay gente mucho mas preparada y conocedora de todos estos temas. Yo soy sólo un aficionado. Lo importante es que la gente conozca su pasado y su patrimonio cultural, ya que de lo contrario todo esto va a desaparecer. En la Serra do Galiñeiro quieren construir un parque eólico y dar una concesión a una empresa minera sudafricana. A ver si la movilización de los diversos colectivos y la concienciación ciudadana lo impide. Un abrazo.
ResponderEliminarMoi boas meu..
ResponderEliminarAcabo de ler o teu blog. En primeiro lugar, darche a miña noraboa polo traballo feito e polo entusiasmo da descripción, casi que me estou imaxinando os guerreiros danzando na zona antes de entrar en combate. Miña nai, nos queixamos dos tempos que vivimos pero os nosos antergos tenían que pasalo de carallo…
Pola edade de bronce eiqui tivo que aver motia festaaa…..Je je je je.
Unha aperta.
Ola Martín. Alégrame moito que che gustara. Resulta moi evocador pensar que os lugares que visitamos foron escenarios de tantas situacións, tan antigas e por outra banda tan próximas, xa que como dicían os clásicos: "non hai nada novo baixo o sol". Un abrazo amigo
ResponderEliminarHola Javier:
ResponderEliminarVeo que sigues haciendo actividades de campo y de estudio tan interesantes y profundas como este sobre la serra do Galiñeiro. Quiero leerlo con más detenimiento pero en un primer vistazo ya se aprecia el esmero y rigor con que te aplicas en estos temas de arqueología, tu gran especialidad junto con otras como la ornitología.
Que sigas disfrutando con estas actividades y de paso otros podemos valorar esa labor. Un abrazo
Hola Miguel. Gracias por tu comentario. Es muy importante tomar conciencia de la importancia de la Serra do Galiñeiro porque las amenazas que se ciernen sobre ella son muy graves y su futuro muy oscuro. Parece que es época de vender lugares emblemáticos de Galicia a empresas mineras extranjeras. Lo que queda es divulgar y movilizarse.
ResponderEliminarUn abrazo.
La batalla está perdida meu…
ResponderEliminarEsto es como la mina de casiterita que van a abrir en las fraguas del Eume, ejemplar único de bosque Atlántico costero…..
Moi chulo, si señor.
ResponderEliminarPor si non o coñeces
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=wSF3tHR5pEI
Unha aperta.
Ola Pepe.
ResponderEliminarAlégrame que che gustou.
Xa coñecía o vídeo do Illote Guidoiro Areoso. É un sitio moi interesante pero, evidentemente o único acceso é por barco.
Teño algúns artigos máis sobre o patrimonio arqueolóxico e cultural de Galicia, publicados nas etiquetas petróglifos, megalitismo e castros. Só na zona entre Candeán e Monte Penide (Redondela) hai varias decenas de túmulos dolménicos.
Xa falaremos.
Un abrazo.
Sí vimos lo del galiñeiro y me cuesta cierto trabajo distinguir las mámoas. Y por supuesto que nos gustaría quedar un sábado o domingo para visitar la zona y nos documentas sobre el terreno. Tenemos cosas que aprender a distinguir y apreciar su valor y el por qué tenemos que conservarlo y cuidarlo.
ResponderEliminarNo seamos negativos y esperemos que ese estudio de cantera no siga adelante, si lleva desde 2002 parado, no creo que se les ocurra hacer semejante locura.
Un abrazo
Si, las mámoas aún se distinguen pero es difícil fotografiarlas. Esto se debe lo primero a su deplorable estado de conservación y lo segundo a que corresponden al período final del megalitismo y los túmulos son de pequeñas dimensiones y sobresalen poco del terreno. Se trata de enterramientos individuales mucho más "discretos" que los propios del megalitismo clásico.
ResponderEliminarEn cuanto venga el buen tiempo, si es que eso sucede algún día visto el invierno que llevamos, tenemos que organizar algo. Ya hablaremos.
Un abrazo
Hola Javier, he visto tu comentario en " blog dolmenhir ", y he seguido tu consejo de ver el tuyo. Muy interesante lo que comentas sobre megalitos, tomo buena nota. Quería preguntarte, se de muchas mamoas por diferentes zonas de Galicia, incluso he visto un par de ellas en la Serra do Laboreiro cuando estuve en el Valle del Limia, pero jamás las he visto por dentro. Conoces de alguna que esté abierta, al publico, su interior me refiero. Bueno, un saludo desde Africa.
ResponderEliminarEspectacular. Enhorabuena, tú trabajo si que es verdaderamente bueno.
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegro de verdad que os haya gustado. Yo sigo vuestro blog con frecuencia y no es por devolveros los elogios, pero hacéis un trabajo muy amplio e interesante. Creo que ambos coincidimos en la defensa y puesta en valor de nuestro patrimonio cultural, natural y paisajistico. Un saludo.
ResponderEliminarHola Carmelo. Me alegra que te hay gustado el artículo. No sé si he entendido bien tu pregunta, pero no conozco ninguna mámoa a cuyo interior se pueda acceder. Piensa que todas han sido violadas y por lo tanto han sufrido profundas alteraciones. Como explico en mi artículo sobre el megalitismo galaico-portugués, Fábregas Valcarce indica que en algunos túmulos de corredor del O de Galicia, se han localizado una serie de estructuras de tierra y pequeñas piedras, que permitían acceder a la cámara funeraria y realizar sucesivas inhumaciones. Suele tratarse de un pasillo que atraviesa la coraza de piedras frente a la entrada de la cámara o a media altura del túmulo.
ResponderEliminarNo sé si he respondido a tu pregunta.
Un saludo.
O luns o noso alumnado do IES Valadares dará unha volta por este monte!!
ResponderEliminarImpresionantes fotos
ResponderEliminarEs muy interesante y variado este patrimonio único. Gracias.
ResponderEliminarO Galinheiro!!! madre mia, cuanto tiempo sin escuchar ese nombre. Alli subia yo en la bici cuando vivia en Vigo (y a la Madroa, y a Coruxo). Que recuerdos! gracias por el post :)
ResponderEliminarO Galiñeiro é un monte moi bonito
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