Tarraco se encontraba entre las mayores ciudades del Imperio Romano y era la capital de
la Hispania Citerior, una de las dos provincias en las que se dividía la
Península Ibérica en época romana republicana.
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Plano de Tarraco |
En este artículo describiré de manera esquemática su historia y sus
principales edificios y monumentos.
Esquema de la historia de Tarraco.
Siglo III a.C. La fundación de Tarraco.
La presencia del Imperio Romano en la Península Ibérica viene determinada
por el desarrollo de su lucha con Cartago por la hegemonía en el Mediterráneo.
La conquista de Iberia por las tropas cartaginesas comenzó en Cádiz en el 237
a.C, con el desembarco del general Amílcar Barca, al que acompañaba su hijo de
nueve años Aníbal. El año 229 a.C Amílcar muere luchando contra los iberos en
el asedio de Helice (Elche) y es sucedido por su yerno Asdrúbal, quien creó la
fortaleza y centro militar de Carthago Nova (Cartagena). En el año
226 a.C, Asdrúbal firmó con los romanos el Tratado del Ebro, en el que se
comprometía a no cruzar el río a cambio de que los romanos reconocieran la
soberanía cartaginesa al sur del Ebro.
Cuando Asdrúbal fue asesinado el año 221 a.C, Aníbal, que en ese momento
contaba 25 años de edad, se convirtió en el jefe supremo del ejército
cartaginés. Ese mismo año, como pretexto para buscar nuevamente el enfrentamiento con Cartago, Roma renovó su alianza con la ciudad de Sagunto, pese a hallarse
al S del Ebro y por lo tanto en territorio cartaginés. En el 219 a.C. Aníbal
inició el sitio de Sagunto, que caería en manos
cartaginesas tras ocho meses de asedio.
Los romanos eran conscientes de que Aníbal se dirigiría a Roma con sus
huestes desde Hispania, por lo que enviaron a Cneo Cornelio Escipión Calvo (¿?
- 212 a.C.), militar romano hijo de Lucio Cornelio Escipión y hermano de Publio
Cornelio Escipión (¿? - 211 a.C.), para impedir el paso de Aníbal a la Península
Itálica. En el 218 a.C. desembarcó en Emporium (Ampurias), al frente de sesenta
naves y dos legiones, que posteriormente se verían reforzadas con tropas
auxiliares indígenas. Avanzó por la costa hasta Cissa, Cesse o Cosee, nombre
de la Tarraco indígena, donde venció e hizo prisionero al general cartaginés
Hannón. Cneo y sus tropas pasaron el invierno en Tarraco donde fundó la
principal base de operaciones de los romanos durante la Segunda Guerra Púnica,
esperando que al año siguiente se le uniera el ejército que mandaba su hermano
Publio.
Cneo Cornelio Escipión falleció el 212 a.C. luchando contra los cartagineses en Llorci (Lorca).
Cneo Cornelio Escipión falleció el 212 a.C. luchando contra los cartagineses en Llorci (Lorca).
Siglo II a.C. La rebelión de Numancia
Otro episodio importante en la historia de Tarraco fue el levantamiento de
los celtíberos en Numancia, lo que provocó que en abril de
134 a.C desembarcara en la ciudad el cónsul Publio Cornelio Escipión Emiliano el Menor.
A su llegada a Tarraco, el cónsul se encontró con unas huestes romanas desentrenadas, faltas de disciplina y ociosas, que vivían de manera relajada retozando con las más de dos mil prostitutas que, según las crónicas, había en la ciudad. Ante esta situación, Escipión se vio obligado a tomar medidas rigurosas para enderezar a sus legiones, comenzando por sus costumbres de comida y aseo y siguiendo por un duro entrenamiento de marchas e incluso empleando el castigo corporal mediante azotes con varas de vid. Una vez restablecida la disciplina entre sus tropas avanzó hacia Numancia y, a pesar de su superioridad numérica, sólo pudo someter a la ciudad rebelde tras un cruel asedio, el cual concluyó el 133 a.C.
A su llegada a Tarraco, el cónsul se encontró con unas huestes romanas desentrenadas, faltas de disciplina y ociosas, que vivían de manera relajada retozando con las más de dos mil prostitutas que, según las crónicas, había en la ciudad. Ante esta situación, Escipión se vio obligado a tomar medidas rigurosas para enderezar a sus legiones, comenzando por sus costumbres de comida y aseo y siguiendo por un duro entrenamiento de marchas e incluso empleando el castigo corporal mediante azotes con varas de vid. Una vez restablecida la disciplina entre sus tropas avanzó hacia Numancia y, a pesar de su superioridad numérica, sólo pudo someter a la ciudad rebelde tras un cruel asedio, el cual concluyó el 133 a.C.
Siglo I a.C. El desarrollo de la ciudad en época tardo-republicana y con el
emperador Augusto.
Durante la época tardo-republicana, Tarraco era un centro político autónomo
que disfrutaba de un estatus privilegiado como ciudad federada y libre, exenta
del gobierno y la fiscalidad de la metrópolis, sin la obligación de tener que
dar cuartel a tropas, aunque tenía el deber de aportar recursos a Roma y
no podía establecer tratados con otros pueblos sin su aquiescencia.
En el 49 a.C, tras la batalla de Ilerda y la consiguiente rendición de las
tropas de Pompeyo, Julio César celebró en Corduba una asamblea de aliados y
luego, desde Gades, embarcó hacia Tarraco para recibir la adhesión de sus
aliados procedentes de toda la Hispania Citerior.
Tarraco era una de las ciudades más importantes del mundo romano y según algunos autores, obtuvo el título de Colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraco alrededor del 45 a.C. Según otros este estatuto lo recibió de Augusto en el 25 a.C. El apelativo Iulia es característico de las colonias fundadas por Julio César, mientras que Urbs aparece en ciudades como Carthago Nova, Gades o Italica. Triumphalis podría hacer referencia a las victorias conseguidas por César Augusto en Hispania tras las Guerras Cántabras, motivo por el cual le fue concedido un "triunfo" por el Senado de Roma.
Tarraco era una de las ciudades más importantes del mundo romano y según algunos autores, obtuvo el título de Colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraco alrededor del 45 a.C. Según otros este estatuto lo recibió de Augusto en el 25 a.C. El apelativo Iulia es característico de las colonias fundadas por Julio César, mientras que Urbs aparece en ciudades como Carthago Nova, Gades o Italica. Triumphalis podría hacer referencia a las victorias conseguidas por César Augusto en Hispania tras las Guerras Cántabras, motivo por el cual le fue concedido un "triunfo" por el Senado de Roma.
En época republicana comenzó a erigirse un templo con tres celdas continuas para cada una de las divinidades tutelaras de la ciudad: Júpiter, Juno y Minerva. Unos cincuenta años después
se construyó un edificio más monumental, posiblemente para conmemorar la
concesión del estatuto de colonia a la ciudad por parte de Julio César.
Con la proclamación de Augusto como emperador, Tarraco se consolidó como
capital provincial a costa de Carthago, ya que Tarraco había sido fundada por
los Escipiones mientras que Carthago lo había sido por los púnicos, lo cual le
concedía un prestigio especial en esa época en la que se consolidaba el culto
imperial.
Tras la muerte de Augusto en 14 d.C, los habitantes de Tarraco solicitaron
permiso a Tiberio para levantar un templo en su honor, que quedó integrado en
el Foro Provincial. En su construcción se emplearon enormes bloques de mármol
blanco de Carrara. Los pórticos perimetrales estaban decorados con un ático con
escudos con imágenes de Júpiter Amón, que imitaban la ornamentación del Foro de
Augusto en Roma.
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Medallón de Jupiter-Ammón en mármol de Carrara. Siglo I d.C. Foro Provincial. |
La arquitectura de Tarraco
Las murallas.
En el año 218 a.C, al principio de la Segunda Guerra Púnica, el ejército
romano comenzó a fortificar la colina en la que se hallaba la guarnición de
Tarrakon, para lo cual se levantó una muralla provisional de piedra, madera y
tierra. Posteriormente, alrededor del 200 a.C, se construyó una nueva muralla
más consistente, con muros de 6 m de alto y 4 m de ancho de grandes piedras
irregulares (opus siliceum).
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Torre del Arzobispo |
La muralla estaba provista de torres dentro de las cuales
había unas estancias destinadas a la tropa y otras para la artillería de
torsión, como los escorpiones.
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Torre del Cabiscol o del Seminario. |
Actualmente se conservan tres: la parte inferior
de la conocida como del Arzobispo, la del Seminario y la de Minerva.
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Torre de Minerva |
La torre de Minerva muestra el relieve romano más antiguo fuera de Italia.
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Relieve de la Torre de Minerva |
Cerca de Tarrakon se comenzó a construir un barrio (cannaba) en el
que residían las familias de la tropa, comerciantes y marineros. La evolución
de la conquista de Hispania configuró a Tarraco como un centro militar,
político y económico, por lo que se hizo necesaria la construcción de una
ciudad que alberguara los organismos del poder. Para ello, entre el 150 y el
100 a.C se amplió la muralla de la zona alta hasta el puerto y se construyó una
nueva muralla, también de grandes piedras irregulares y de 2-3 m de altura y de
5-6 m de anchura, que probablemente circundaba toda la ciudad, con una
extensión de 5 km.
El Foro Local.
El foro local se construyó alrededor del año 30 a.C y era el centro
religioso y social de la ciudad. Se componía de una plaza rodeada de edificios
públicos, como templos, la basílica (edificio de tres naves en el que estaba el
tribunal de justicia), locales comerciales y esculturas que representaban a
personajes que habían ocupado cargos de poder, patronos de la ciudad y
emperadores, así como unos relieves monumentales en los que se mostraban las
provincias y los bárbaros sometidos.
Actualmente se conservan los restos de la
basílica y de una calle romana, basamentos de estatuas, fragmentos de
capiteles de las columnas de la basílica, inscripciones y restos de esculturas.
Acueducto de Tarragona.
Fue construido en el siglo I a.C por orden del emperador Augusto. Los
restos que se conservan forman parte del sistema que suministraba agua del río
Francolí a Tarraco.
El canal de conducción del agua (specus) iba serpenteando, siguiendo las curvas de nivel hasta llegar hasta este barranco situado a 4 km al N de la ciudad, lugar en donde se construyó el puente de 217 m de largo y 27 m de altura, con dos niveles de arcos superpuestos y un desnivel de 40 cm que permitía que el agua corriera por la parte superior hacia la ciudad, donde volvía a ser canalizada. Para su construcción se emplearon sillares de piedra unidos en seco sin mortero, procedentes de una cantera cercana.
El canal de conducción del agua (specus) iba serpenteando, siguiendo las curvas de nivel hasta llegar hasta este barranco situado a 4 km al N de la ciudad, lugar en donde se construyó el puente de 217 m de largo y 27 m de altura, con dos niveles de arcos superpuestos y un desnivel de 40 cm que permitía que el agua corriera por la parte superior hacia la ciudad, donde volvía a ser canalizada. Para su construcción se emplearon sillares de piedra unidos en seco sin mortero, procedentes de una cantera cercana.
La hilera inferior consta de once arcos de diferentes alturas según el
desnivel del terreno, siendo más altos en el centro. La hilera superior está
formada por veinticinco arcos uniformes sobre los que descansa el cajón de
conducción del agua, recubierto en su interior con un mortero especial para
este tipo de obras hidráulicas.
El Teatro.
El teatro romano fue construido en época de Augusto a finales del siglo I
a.C. Además de los espectáculos, en este lugar se realizaban ceremonias civiles
y religiosas.
Actualmente se conserva parte de las gradas, los cimientos del
escenario y algunas de las bóvedas que sostenían la fachada exterior. En las
excavaciones se han hallado esculturas que representaban a los miembros de la
familia imperial.
En la media cavea, encima de la Porta Triumphalis del
teatro justo antes de llegar a la arena, se encontraba la inscripción
monumental que conmemoraba la construcción del anfiteatro (flamen romae
divorum et augustorum). Un fragmento de esta inscripción apareció
reutilizado en una tumba de la necrópolis visigoda y su traducción permitió
conocer que el anfiteatro fue financiado por un sacerdote provincial de la
primera mitad del siglo II.
Cerca de la Porta Triumphalis pasaba, a finales del siglo
I a.C, un ramal de la Via Augusta que conducía hasta la parte baja y el puerto
de la ciudad. A ambos lados de este tramo de 5 m de ancho se fue desarrollando
una necrópolis de la que aún se conservan algunas tumbas, fragmentos de
inscripciones y un cipo funerario.
A partir del siglo III, la arena del anfiteatro se transformó en un lugar de
culto para los cristianos, ya que en este lugar fueron martirizados en el
año 259 el obispo Fructuoso y sus diáconos Augurio y Eulogio. En
torno a la basílica visigoda del siglo VI se construyó un cementerio que se
mantuvo durante época medieval.
Las construcciones del Foro Provincial.
Cada año se reunían en Tarraco los delegados de las principales ciudades de
la provincia para los festejos del culto imperial, escogiendo al flamen o
sacerdote encargado de las ceremonias.
La construcción del foro provincial se realizó durante las tres décadas de la dinastía flavia. El conjunto estaba formado por tres terrazas a distinta altura, lo que supuso un ingente trabajo de construcción de terraplenes. En una primera fase (70 d.C) se edificó una plaza porticada con el templo de culto y el área sagrada.
Posteriormente se construyó el área de representación con una enorme plaza, la más grande de todo el mundo romano, rodeada de pórticos a distintas alturas y enormes galerías abovedadas en cuyos pisos superiores se encontraban las dependencias administrativas de la provincia. En el interior de la plaza había unos grandes estanques abastecidos por acueductos urbanos, enormes cráteras de mármol y cientos de estatuas dedicadas a los flamines y prohombres de la ciudad. Dos grandes torres controlaban el acceso a la plaza y la comunicaban con el resto de la ciudad.
Por último, durante el reinado de Domiciano (81-96 d.C), se edificó el circo en la parte superior de la colina que delimitaban las antiguas murallas de la colonia levantadas en época republicana.
Posteriormente se construyó el área de representación con una enorme plaza, la más grande de todo el mundo romano, rodeada de pórticos a distintas alturas y enormes galerías abovedadas en cuyos pisos superiores se encontraban las dependencias administrativas de la provincia. En el interior de la plaza había unos grandes estanques abastecidos por acueductos urbanos, enormes cráteras de mármol y cientos de estatuas dedicadas a los flamines y prohombres de la ciudad. Dos grandes torres controlaban el acceso a la plaza y la comunicaban con el resto de la ciudad.
Por último, durante el reinado de Domiciano (81-96 d.C), se edificó el circo en la parte superior de la colina que delimitaban las antiguas murallas de la colonia levantadas en época republicana.
La Torre del Pretorio.
La Torre del Pretorio pertenecía a la gran plaza de representación del Foro
Provincial, construida en época de Vespasiano alrededor del 73 d.C. La
antesala formaba parte de la escalinata monumental de lado SE de la plaza de
representación del foro provincial y conectaba el circo con la plaza del foro.
En la bóveda superior del foro correspondiente al segundo nivel, a la
altura de la gran plaza de representación del foro, la galería está cubierta
por una bóveda de cañon de hormigón encofrado en la que se encuentra el
sarcófago de Hipólito.
El sarcófago es del siglo III d.C y en sus relieves se narra el mito del
héroe.
El Circo.
Fue construido en el siglo I d.C por orden del emperador Domiciano para las competiciones de carros.
Disponía de 12 cárceres o cajas de salidas para otros tantos carros de dos o
cuatro caballos que se agrupaban en cuatro equipos: blanco, azul, rojo y verde.
La carrera consistía en dar nueve vueltas a un gran estanque central señalizado
en sus extremos con grandes conos y decorado con obeliscos, torres y estatuas.
Las dimensiones del circo eran reducidas si lo comparamos con las de la plaza, ya
que tenía una longitud de 325 m y una anchura de 115-100 m. La pista medía
290 m de largo por 67 m de ancho y estaba separada de las gradas por un
podio de sillería de 3 m de altura rematado por una barandilla.
Las vueltas interiores servían para aguantar el graderío superior del circo. En Tarragona encontramos uno de los tramos más largos que se conservan en la actualidad en todo el mundo.
En el sector oriental del Circo se conservan las llamadas bóvedas de San
Hermenegildo y la Porta Triumphalis.
La bóveda de San Hermenegildo tenía una longitud aproximada de 100 m y
corría paralela a la muralla, conectando la fachada del circo con una
escalinata monumental situada al final, que permitía el acceso de los
espectadores a la parte N del edificio. Los muros de la bóveda son
de hormigón revestidos con hiladas de sillarejo (opus vittatum) y la
cubierta es un arco de medio punto también de hormigón.
En el muro O de esta larga bóveda se abrían seis puertas con arcos de medio
punto que permitían el acceso a unos espacios, dispuestos radialmente por
encontrarse en la curva del lado E del Circo, y que estaban cubiertos con
bóvedas inclinadas que actuaban como cimentación de la grada. Al final de la
bóveda de San Hermenegildo se encuentra la confluencia con otra bóveda
transversal que conectaba con la Porta Triumphalis.
Monumento funerario dedicado a Attis.
Se trata de una modesta construcción erigida en la primera mitad del siglo I d.C junto a la Via Augusta, en las
proximidades de Tarraco. Se trata de una torre de 9 m de altura en cuya construcción se emplearon grandes sillares de
piedra caliza extraída de una cantera cercana.
Está formada por tres cuerpos superpuestos rematados por una
cubierta piramidal que actualmente ha desaparecido. En el interior del cuerpo
superior se hallaba la cámara funeraria en la que se depositaban las urnas con
las cenizas de los difuntos. En la parte frontal y en los laterales existen
nichos representados en forma esquemática y la cara del edificio que da a la
Vía presenta una decoración con relieves con figuras de Attis, sobre cuyas cabezas
aparecen los restos de una inscripción funeraria en el interior de una tabula
ansata, la cual ha sido traducida como: “Enalteced las obras que dejó al
morir; olvidándose de él, erigió para los suyos un solo sepulcro donde tienen
que permanecer para siempre”
La figuras de Attis están representadas de pié sobre dos pedestales
moldurados, con la pierna exterior cruzada en actitud de descanso y vistiendo
al modo oriental, con una túnica corta con mangas y ceñida en la cintura, bragas
persas sujetas en los tobillos, largo manto y la cabeza cubierta por un
sombrero frigio.
Attis era una divinidad frigia que protegía a los difuntos y los guiaba en
su resurrección. Era era hijo de Nana, una ninfa del río, y fue criado por un
carnero. Destacaba por su belleza, motivo por el cual la diosa Cibeles, la Magna
Mater, se enamoró de él. Cuando Attis fue enviado por sus padres adoptivos
para contraer matrimonio con una de las hijas del rey, Cibeles se presentó ante
él y lo hizo enloquecer. Fuera de sí, Attis se castró a sí mismo y el rey, que
iba a ser su suegro, hizo lo mismo. Es por este motivo que los sacerdotes del
culto a Attis eran eunucos.
En los cultos mistéricos de los frigios, Attis moría cada año y resucitaba
en primavera, por lo que era símbolo de renovación y resurgimiento, de la
vida nueva, de la victoria sobre la oscuridad y la muerte. Por eso aparece a
menudo en contextos funerarios tutelando al difunto en su viaje a la otra vida.
Con el emperador Claudio el culto a Attis se hizo oficial en el Imperio y
existen pruebas de su presencia en Hispania desde la primera mitad del siglo I
d.C, alcanzando su apogeo en la segunda mitad del siglo II d.C.
Las termas públicas.
En la antigua zona portuaria se han hallado restos de unas termas que datan
del siglo IV d.C. y que debían ser usadas por las personas que llegaban a la
ciudad por vía marítima.
Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.
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