El
dolmen de Lácara se encuentra a mitad de
camino entre las localidades de Aljucén y La Nava de Santiago (Badajoz), en la
denominada dehesa del Prado del río Lácara, una zona con un subsuelo
principalmente granítico que con frecuencia aflora a la superficie.
Su
período de utilización como sepultura colectiva se estima entre el Neolítico
medio (3.500-2.500 a.C) hasta el Calcolítico final (2.250-1800 a.C). Posteriormente
el dolmen de Lácara sufrió diversos saqueos y llegó a ser utilizado como
vivienda en época romana y medieval. También sirvió de cantera y a finales del
siglo XIX o principios del siglo XX se dinamitó la cubierta de la cámara. Aún
se aprecian en las piedras de la cubierta los restos de los orificios que se
crearon para introducir las cuñas de ruptura. Fue declarado monumento nacional
el 3 de junio de 1931, poco después de la proclamación de la Segunda República.
Martín Almagro Basch llevó a cabo diversos estudios y excavaciones del dolmen
los años 1956, 1957 y 1958, en los cuales me he basado en la realización de
este artículo.
A
la vez que se construía el dolmen se levantó un muro circular que lo delimitaba
y el espacio entre el sepulcro y este anillo se rellenó con capas de cantos de
río, provenientes del cercano arroyo de Lácara, y con capas de tierra compactada.
Lo que aún se conserva del túmulo que cubría el dolmen tiene una altura sobre el terreno de 3,5 m, aunque sin duda debió ser más alto (6-7 m). Es de forma elíptica, con un eje mayor de 35,5 m de largo que presenta una orientación E-O y un eje menor de 28 m de longitud. El túmulo destacaba claramente en el entorno y era un elemento de prestigio y señal de territorialidad de la comunidad que lo construyó.
Todo
el perímetro del túmulo estaba rodeado por un anillo de ortostatos tallados que
actuaban como muro de contención, de las que actualmente afloran alrededor de
una veintena. Este anillo perimetral de piedras formaba un zócalo visible que
definía perfectamente el volumen de la tumba.
La
entrada al corredor del dolmen está cerrada por una piedra rectangular de 4,70
m de largo, 1,70 me de altura y un grosor medio de 0,60 m. Esta gran piedra fue
rota en alguna de las múltiples violaciones sufridas por el túmulo, y aún se
aprecian en uno de sus extremos los agujeros en los que se introdujeron las
cuñas que hicieron saltar los trozos que faltan.
En
el interior del túmulo se encuentra el dolmen cuya puerta está orientada hacia
el E, con una ligera desviación hacia el S. Tras ella parte un largo corredor
dividido en un vestíbulo y dos antecámaras, que lleva hasta una gran cámara
poligonal orientada al O con algo de desviación hacia el N. Todas las piedras
que forman las paredes laterales de este enorme sepulcro han sido alisadas por
su cara interior.
El
corredor mide 19,90 m de largo y su anchura
en su parte exterior es de 3 m, para luego ir estrechándose hasta los
2,60 m en la entrada de la cámara octogonal. Las paredes del corredor están
formadas por grandes losas rectangulares de granito clavadas en el suelo,
también granítico, situándose las de menor tamaño a la entrada. El largo
corredor se divide en tres espacios rectangulares: un vestíbulo y dos
antecámaras, que están separadas por dos estrechas piedras perpendiculares a
las paredes del corredor y que forman una segunda puerta de mayor anchura que
la primera.
El
vestíbulo es el mayor espacio de los que constituyen el corredor y es probable
que fuera el lugar donde se realizaban los ritos y ceremonias funerarias. Tiene
forma trapezoidal, con una longitud de 6,15 m y alrededor de 3 m de ancho. El
vestíbulo se estrecha un poco al final, cuando llega a la puerta de 0,95 m de
ancho y 1,10 m de alto, la cual da acceso a la primera antecámara.
La
primera antecámara mide 4,75 m de largo y en la entrada tiene una anchura 2,10
m, ensanchándose a medida que se acerca a la segunda antecámara. La altura va
de 1,15 m en la entrada y 1,40 m al fondo. La cubierta está formada por tres
grandes losas graníticas, la mayor de las cuales mide 2,5 X 2,5 m.
Al
final de la primera antecámara se encuentra otra puerta, de 1,5 m de alto por
1,30 m de ancho, la cual da acceso a la segunda antecámara cuya longitud es de 3,40
m por 2,20-2,60 m de ancho y su altura media es de 1,60 m, con el suelo algo
elevado con respecto a la primera. La segunda antecámara está separada de la
gran cámara por una puerta, de 1,60 m de largo por 1,20 m de ancho, situada
justo en el centro geométrico del túmulo.
La
gran cámara octogonal mide 4,75 m de E-O y 4,70 m de N-S, con un diámetro
máximo de 5,10 m. Consta de ocho grandes losas verticales de las cuales siete
están incrustadas en el suelo granítico, mientras que otra está apoyada en la
última losa del techo del corredor.
Todas las losas han sido rotas salvo la
primera situada al S de la cámara, la cual mide 5,20 m de alto y 2,30 m de
ancho.
Gracias a haberse conservado, sabemos que las losas originalmente no
eran rectas sino cóncavas con el extremo superior inclinado hacia el centro
para reducir la abertura del techo en la parte superior, formando una especie
de cúpula que quedaba cubierta por una gran losa horizontal. Esta ligera
inclinación hacia el interior de la cámara aumentaba la resistencia de las
losas que sostenían el enorme bloque que servía como tapa de la cámara.
Por
lo que se refiere al ajuar funerario encontrado en el interior del dolmen de
Lácara, destacan por su número (más de cien) las puntas de flechas de sílex de
finísima factura, así como dos flechas de forma foliácea de cobre mezclado con
un 2,7 % de arsénico. También se hallaron numerosos fragmentos de alabardas de
sílex y piezas alargadas de sílex, cuarcita y pizarra con las que se podían
fabricar objetos de menor tamaño. Otros utensilios de piedra son un pequeño
cuenco, una placa y un fragmento de percutor. Entre
los objetos de ornato destacan varios trozos de colgantes de pizarra, de
turmalina, cuentas de collar de pizarra, un canto rodado semiesférico con una
cara aplanada artificialmente y un hueso largo, tal vez de una rapaz o un
córvido, utilizado como cuenta de un collar o colgante. Por lo que se refiere a
los restos cerámicos, se han recuperado fragmentos de vasos campaniforme y de
otros tipos de recipientes.
El
hallazgo más interesante encontrado en las excavaciones de Almagro es un
ídolo-placa de pizarra de color gris oscuro, el cual estaba partido en dos
mitades. Mide 19,5 cm de largo, 7,3 cm de ancho en la parte superior y 8,5 cm
en la inferior, y tiene un espesor aproximado de 1 cm. Está grabado a buril por
una sola cara, con una decoración distribuida en cuatro zonas separadas por
líneas horizontales paralelas.
En
la parte superior presenta tres orificios, con los dos laterales equidistantes
del central. Se distinguen dos bandas oblicuas reticuladas que delimitan un
espacio triangular sin decorar con la base hacia arriba, en cuyo centro se
encuentra el orificio central. A los lados de este triángulo aparecen otras
fajas reticuladas dispuestas como las varillas de un abanico. De acuerdo con la
interpretación de Almagro, la parte superior representa la cabeza del ídolo
cubierta con un manto, salvo la cara y los ojos.
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Idolo Placa de Lácara (Almagro) |
Más
abajo se distinguen dos zonas decoradas con seis triángulos cada una y una
tercera inferior con cinco triángulos, todos ellos con las puntas hacia arriba
y rellenos con líneas finas cruzadas que forman un reticulado muy tupido. Los
triángulos de la zona inferior apoyan sus vértices en las uniones de las bases
de los triángulos de la zona segunda y éstos a su vez en el centro de las bases
de los de la primera zona. Para Almagro se trata de una figura cubierta por un
manto o falda que está adornado con motivos triangulares, los cuales representan
la vulva de la mujer. Su significación es simbólica-religiosa y hace referencia
a la Diosa madre de la fecundidad, de la muerte y la resurrección.
Bibliografía:
Martín Almagro Basch.
Revista de Estudios Extremeños. Mayo–Agosto 1959. Excavaciones en el sepulcro
de corredor megalítico de Lácara, Mérida (Badajoz).
Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.
Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.
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