viernes, 20 de enero de 2012

Paleolítico y mesolítico en Galicia

La edad de piedra en Galicia ha sido objeto de pocos estudios e investigaciones, principalmente  porque todos se dirigían a estudiar  otro tipo de restos como dólmenes, petroglifos y castros. También se suponía que la ausencia de cuevas en Galicia suponía la inexistencia de restos de épocas en las que los hombres utilizaban las cavernas como refugios.

Para Hugo Obermaier, quien en 1922 visitó Galicia, la falta de cuevas no sería un impedimento para que el hombre del paleolítico habitara nuestra tierra y predijo que aparecerían pruebas de su presencia en los periodos glaciares e interglaciares, ocupando orillas de ríos, arenales de las rías y en taludes y otros lugares que le sirvieran de abrigo.

Los hallazgos de estas pruebas comenzaron a aparecer en 1925 con las industrias líticas de cuarcita en Camposancos y A Guarda, Baiona y Baixo Miño. En 1949 José María Álvarez Blázquez y Fermín Bouza Brey dan a conocer nuevos hallazgos en la comarca de Tui (Areas, Randufe, Ribadeluro, Guillarei, Baldranes..). 
Bifaces. Vigo (1-3). Monte Aloia. Tui (4)
Ya en 1963 se produce la excavación de un yacimiento paleolítico en las Gándaras de Budiño, realizada por Emiliano Aguirre (el pionero de las excavaciones en Atapuerca) y que supuso una gran controversia en lo que se refiere a la datación de dichos restos. 
Bifaces y chopper de las Gándaras de Budiño
Actualmente se ha podido establecer que los restos encontrados en Budiño tienen 310.000 años, lo que los convierte en los más antiguos de Galicia superando a los yacimientos paleolíticos de O Cabrón en Arbo (con una antigüedad de 250.000 años) y el de Porto Maior en As Neves (datado en 300.0000 años).

Los estudiosos actuales creen que se encontrarán yacimientos que demuestren que el primer hombre llego a Galicia hace 500.000 años.

En el cuaternario comienza en África la evolución del Homo habilis (desde 1.900.000 hasta 1.400.000 años) al Homo erectus (desde 1.800.000 hasta 300.000 años). El Homo erectus se extendió por Europa y Asia, además de África de donde provenía.  Se han hallado restos suyos en Alemania, Chequia y Grecia que datan de 700.00  a 400.000 años. Homo erectus era un cazador nómada, cuyos machos y quizás mujeres sin descendencia seguían a los rebaños de los animales que cazaban, mientras las madres y sus hijos jóvenes permanecían en un campamento alimentándose de la recolección de vegetales, invertebrados y pequeños animales. Existieron dos culturas del Homo erectus. La más antigua es la olduvaciense o pre-achelense, que corresponde a su etapa africana antes de llegar a Eurasia. La achelense perdurará de manera difícil de explicar hasta cronologías muy posteriores que ya se corresponden con el Homo sapiens (cromagnon). Cuando lleguemos al paleolítico inferior volveremos a retomar el tema del achelense.

Durante el pleistoceno (2.500.000 años hasta 12.000 años) los bruscos cambios en el clima provocan migraciones humanas hacia el W hasta alcanzar la península ibérica. Las glaciaciones se suceden:

Günz (600.000  a 550.000 años).
Mindel (480.000 a 440.000 años)
Riss (240.000 a 190.000 años).
Würm (120.000 años).

Entre cada una de ellas existe el correspondiente período interglaciar en  los que se desarrolla una fauna propia de climas cálidos (hipopótamos, elefantes y rinocerontes), que compartían hábitat con otros animales más adaptados al frío (osos, hienas, leones, uros, alces y ciervos gigantes).

Debido a nuestra latitud, los efectos de la glaciación en la península ibérica tuvieron menos impacto que en el resto de Europa. Sólo dejaron su huella en Pirineos, Picos de Europa, Gredos, Guadarrama y en la portuguesa  Serra da Estrela. Para que nos hagamos una idea, en los períodos glaciares el clima de la meseta sería equivalente al de la Polonia actual, el del Cantábrico se asimilaría al de Escocia y el sur de la península quedaría al margen de estos extremos, gozando de un clima más templado. Por otra parte, estaría presente actividad volcánica en Ciudad Real y Girona (la Garrotxa).

Y después de describir someramente los tiempos primigenios, voy a hacer un pequeño resumen de la edad de piedra en sus distintos períodos. Desde luego todo lo referido a estas épocas están sujetas a permanente revisión en función de los últimos hallazgos, que obligan a revisar todo lo que antes se daba por asumido. Vamos allá…


PALEOLÍTICO

Paleolítico inferior (600.000-100.000 años).

El paleolítico inferior comienza en África hace 1.650.000 años, durante el período Riss-Wurm, como atestiguan los yacimientos de Kenia, donde aparecen las primeras bifaces, hachas de mano, cuchillas y puntas. Es  el achelense cuya aparición coincide con la del Homo erectus y que perdurará misteriosamente hasta cronologías muy posteriores correspondientes al Homo sapiens. Sapiens comenzó su evolución en África hace unos 500.000 años y su presencia en Europa es de unos 250.000 años (Swanscombre-UK y Steinheim-Alemania).

En España aparecieron restos de industrias achelenses en  Banyoles (Girona) de 250.000-150.000 años, en Torralba (Soria) tienen 300.000 años, igual que  los de Essex (UK), mientras que los hallados en Sajonia son de hace 127.000 años. En Puente Viesgo, en la Cueva del Castillo, se encontraron tallas en astas de ciervo del achelense inferior y musteriense superior. El musteriense (125.000-30.000 años) es una industria lítica de la cuarcita y el sílex, corresponde al paleolítico medio y al hombre de Neandertal, y han aparecido puntas, hendidores, cuchillos de dorso...

En Galicia los hallazgos de este período se localizan en tres zonas:

 - Zona costera (Ribadeo, S A Coruña y sobre todo Rías Baixas). En Gondomar se encontró un yacimiento muy importante de industria achelense (bifaces, cantos y hedidores) con empleo de la técnica levallois (procedimiento complejo de lascado que permita predeterminar el tamaño y forma de la lasca antes de percutir la piedra, obteniéndose lascas grandes y triangulares).

- Zona del Baixo Miño (Gándaras de Budiño, A Guarda, Arbo, As Neves, Camiña, Viana, Valença y Melgaço). Resulta sumamente intrigante la aportación que supuso el estudio realizado en 1963 por Emiliano Aguirre (precursor de la excavación en Atapuerca) en el yacimiento de las Gándaras de Budiño, descubierto por E. Noon. En esa excavación se recuperaron 651 artefactos (bifaces, triedos, hendidores, picos, cuchillos...) y 56 piedras de cuarzo y cuarcita. Los resultados de la prueba de radiocarbono dataron la edad de los restos entre 26.700 (+3.600 a 2.500  años) y 18.000 años (+300), lo cual ha suscitado una enorme polémica ya que o bien se trataría de un yacimiento muy tardío para el tipo de industria lítica encontrada,  o bien fallaron las pruebas del carbono.

- Zona de Ourense. Piteira en Toén y Pazos de San Ciprián (técnica levallois atribuida al achelense).

Hace muy pocas fechas se han encontrado en las Gándaras de Budiño los que sin duda son los más antiguos yacimientos del paleolítico en Galicia (310.000 años). Este hallazgo se une al de O Cabrón en Arbo (pendiente de que el estudio encuentre financiación para poder datar los restos que tendrían 250.000-500.000 años) y el de Porto Maior en As Neves (posiblemente de  mayor antigüedad que el de Arbo) en donde se han hallado más de 400 piezas de unos 300.000 años, entre ellos las hachas paleolíticas más grandes de Europa, ya que miden 30 cm cuando el tamaño normal es de 15-17 cm. Este tamaño es  similar al de las hachas que se encuentran en África, lo que avala la llegada del hombre a Europa a través de Gibraltar.

Ambos yacimientos fueron localizados en terrazas cercanas al río y corresponden a bandas de cazadores nómadas neandertales, que deambulaban por un territorio muy amplio en busca preferentemente de carroñas y también de algunas piezas de caza. Frecuentaron la zona del Miño de manera periódica durante miles de años, para beber y pescar. En las terrazas fluviales obtenían la cuarcita con la que tallaron las hachas y demás restos.

Estos  hallazgos permiten calcular que muy probablemente el primer hombre llegó a Galicia hace 500.000 años.


Paleolítico medio (100.000-50.000 años).

Es el período del Homo sapiens neandertalis,  adaptación al medio glaciar del Homo sapiens arcaico.  Era un homínido fuerte y robusto, de 1,60 m de altura, de piernas cortas y musculosas, cabeza grande, cuello corto y robusto y postura erguida. Sus dientes estaban adaptados para masticar pieles de animales y por lo que parece su capacidad para el habla presentaba limitaciones fisiológicas para la emisión de ciertos sonidos característicos del lenguaje humano.

Podían vivir en refugios de ramas al aire libre,  y también habitaron cuevas a medida que avanzaba el frío. Practicaban el enterramiento de muertos, lo que es signo de un incipiente pensamiento místico sobre la vida de ultratumba. Se solían desplazar siguiendo el curso de los ríos, por lo que sus restos se encuentran con frecuencia en estos lugares, como ocurre con el río Miño.

La industria lítica de este período se denomina musteriense (125.000-30.000 años), caracterizada por la talla de hueso y el empleo de sílex y cuarcita para crear puntas, hendiduras y cuchillos de dorso. A medida que avanza el período glacial Wurm, surgen en el W de Europa una gran variedad de nuevas técnicas líticas y pictóricas, acabando la uniformidad cultural del paleolítico inferior.

Además en este período tiene lugar la extinción de la raza neandertal y la aparición del hombre de cromagnon. Ya sólo existirá un grupo de homínidos sobre la faz de la tierra.


Paleolítico superior (50.000-10.000 años).

Se estima que el Homo sapiens sapiens (cromagnon) aparece en Galicia hace 50.000-40.000 años. Procedente de oriente medio, se desplaza hacia occidente a través de una ruta europea y otra africana, que es la que llega a la península ibérica. Así colonizará desde el Atlántico hasta Siberia.

En el paleolítico superior se produce un cambio climático y la península ibérica gozará de un clima benigno. La cordillera cantábrica tendrá un clima similar al de la Andalucía actual y el sur peninsular gozará de un clima subtropical. Proliferarán los árboles y los animales y se incrementará la práctica de la pesca y el marisqueo.

En la península ibérica se pueden diferenciar varias culturas del hombre de cromagnon:

De la auriñaciense europea (27.000 años), se hallan restos sólo en Cantabria. Son características las huellas de manos en negativo pintadas en rocas planas, y las figurillas.

La solutrense arribó a la península hace unos 20.000 años. Bastones de mando e instrumentos de piedra con forma de hojas de laurel y de sauce.

La cultura magdaleniense (17.000 años) surgió en Francia, se extenderá por la franja cantábrica hasta llegar a Galicia. Se caracteriza por las pinturas rupestres (Lascaux y Altamira) y por un gran desarrollo de la talla de hueso. Los muertos se entierran individual o colectivamente, a veces atados, y se produce un auge de las creencias totémicas referidas a la fertilidad. Se han hallado escenas de danzas con máscaras y de brujos con cuerpo de animal (gruta de Trois-Fréres) y restos de copas talladas en cráneos humanos. Con la llegada del magdaleniense quedan relegadas las técnicas auriñacienses, gravetenses y solutrenses, las cuales resurgirán algunos miles de años después con la llegada de agricultores neolíticos africanos. Con el fin de la glaciación el magdaleniense  dejará paso a las culturas capsiense e iberomauritana.

MESOLÍTICO (12.000-6.000 años)

Hace 10.000 años finaliza la glaciación Würm y se produce un cambio climático con subida de temperaturas. Termina el pleistoceno y comienza el holoceno, período en el que nos encontramos actualmente. El mesolítico supone la transición del paleolítico al neolítico y las actividades características de este momento en nuestra zona son la caza y la recolección de moluscos. Es de reseñar que los restos hallados en yacimientos mesolíticos de la península ibérica, presentan una clara semejanza con los encontrados en Irlanda y Bretaña.

En el epipaleolítico, fase inicial del mesolítico, aparece en la región cantábrica la cultura aziliense, de clara influencia oriental, caracterizada por arpones anchos y planos de asta de ciervo derivados del arpón del magdaleniense final, pero del que se diferencia porque los dientes no sobresalen del fuste. También aparecen microlitos geométricos y cantos rodados con pinturas rojas de motivos geométricos. El aziliense se extenderá por el sur y centro de Francia, Inglaterra, Escocia y Alemania.
Tras el período aziliense se produce una transición del paleolítico al mesolítico que da lugar a la aparición del asturiense. En el mesolítico gallego podemos  distinguir dos industrias líticas, una en el interior y otra en el litoral. En la zona comprendida entre la desembocadura del río Miño y la del Limia, aparecen restos de las industrias preneolíticas ancoriense (Moledo, Áncora, Afife, Viana do Castelo) y camposanquiense (A Guarda).
Picos asturienses (Viana do Castelo)
Existe mucha controversia al respecto ya que muchos autores consideran que los restos encontrados corresponden a industrias paleolíticas (acheliense y musteriense) y otros afirman que son postpaleolíticos (asturiense). Los restos del ancoriense y camposanquiense son idénticos, pero claramente diferentes de los restos achelenses (paleolítico inferior) hallados en esta misma zona, y también distintos a los hallazgos correspondientes al asturiense. 

Ancoriense y camposanquiense son industrias dispersas localizadas en playas y acantilados. Como ya he dicho, se han atribuido a todas las etapas posibles. En estos yacimientos se mezclan restos de diferentes industrias y períodos, desde el paleolítico inferior (300.000 años) a otras que corresponderían a épocas tan modernas como las castrexa.


En este momento los pobladores de la península eran el resultado del cruce de los descendientes de cromagnones con los dolicocéfalos africanos capsienses o iberomauritanos, procedentes del N de África. Es posible que existiera un pueblo de raza negra en el mediterráneo occidental europeo. 

La cultura iberomauritana (15.000-10.000 años) no ha dejado muestras artísticas y su industria lítica se caracteriza por  los microlitos geométricos, empleados en la recolección de alimentos, y por láminas de borde rebajado y punta triédica. El hombre iberomauritano tiene similitudes anatómicas con los cromañoides. Practicaban la mutilación dentaria mediante la avulsión de los incisivos superiores, procedimiento que actualmente aún llevan a cabo sudaneses y bantúes.

La cultura capsiense (8.000-4000 años) también se caracteriza por los microlitos geométricos (trapecios, triángulos..) y por la realización de grabados y pequeñas esculturas. Algunos autores creen que son el origen de la raza bereber.  El hombre capsiense peninsular corresponde al tipo racial mediterráneo probablemente mezclado con cromañoides.

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