El poblado protohistórico de El Castañuelo era un pequeño asentamiento situado en un cerro de 522 m de altitud, en la vertiente septentrional de la sierra de Aracena, al N de la provincia de Huelva. Las personas que se establecieron en este lugar a mediados del siglo V a.C. aprovecharon la abundancia de agua y minería y la protección que les brindaba el escarpado cerro. Por motivos que desconocemos, los pobladores de El Castañuelo lo abandonaron de forma precipitada a finales del siglo V a.C. o principios del siglo IV a.C. dejando atrás sus objetos personales, útiles para actividades textiles, de molienda y enseres domésticos.
En las excavaciones realizadas se han localizado once habitaciones cuadradas y dos áreas de necrópolis, con más de cincuenta cistas de mediados del II milenio a.C. Además se ha encontrado una gran cantidad restos arqueológicos, como copas de barniz negro tipo cástulo, ánforas, platos grises y, sobre todo, vasijas de cerámica lisa para conservar alimentos, tres de ellas con un resalte próximo a la boca destinadas al almacenamiento de miel.
Otro de los hallazgos fue el de una figurilla de bronce que representa a un ciervo tumbado sobre una placa de forma rectangular, y cuya datación se establece entre el 500 a.C. y el 301 a.C. La placa de bronce mide 11 x 7,5 cm y un grosor que varía entre 1-2 mm. En su extremo proximal tiene dos anillas situadas en posición vertical. La superficie de la placa presenta una textura rugosa, con motivos triangulares alternos trabajados en frío con punzón metálico y martillo. El peso total del ciervo y la placa es de 289 g. El proceso de fundición de ambas piezas se realizó de manera independiente y posteriormente se unieron mediante un clavo de cabeza esférica, situado en el dorso del animal y remachado en sus dos extremos.
En la cabeza del cérvido se distingue un hocico puntiagudo, dos oquedades que marcan los ojos, las orejas y dos cuernas cuyos extremos se rompieron. El cuello es muy estilizado, lo que provocó que en algún momento se rompiera y tuviera que ser restaurado. El desgaste impide apreciar más detalles.
Figurillas con idéntica tipología que la del ciervo de El Castañuelo se han encontrado en yacimientos como el de Cerro de la Barca o el de Cancho Roano, un centro comercial tartésico de carácter religioso que estuvo en funcionamiento entre el siglo VII a.C. hasta el S IV a.C. En cuanto a la función de estas estatuillas se han planteado varias posibilidades: un adorno de la tapa de un timiaterio o quemaperfumes, un asa de caja o incluso un ponderal o medida de peso. En el Museo Arqueológico de Huelva, donde se conserva la pieza, se la define como una tapadera cuya parte inferior servía de rallador, tal vez de hongos alucinógenos, que se guardaban en una caja de madera.
Podemos concluir que se trata de un elemento de prestigio que formaría parte del ajuar funerario de una tumba post-orientalizante (siglo V a.C.), aunque no se descarta que pudiera tener un origen incluso anterior.
Otra pieza hallada en El Castañuelo es un mango de un infundibulum etrusco de bronce, utilizado para verter el vino en las ceremonias religiosas.
El infundibulum presenta un extremo vuelto con forma de ave y tiene sus dos caras decoradas con palmetas de tipo griego.
En la década de los 70 y 80, cuando el paradigma cientifico predominante era el invasionismo, se consideró que El Castañuelo era un claro ejemplo de poblado celta, en concreto de la tribu de los Celtici que habitaban la Baeturia y que habían huido de la Celtiberia (E de la Meseta) después de la batalla de Ilipa entre romanos y cartagineses, de acuerdo con lo descrito por Plinio el Viejo.
Pero apartir de los años 90 se comprobó que los restos cerámicos hallados en El Castañuelo no se correspondían con los de otros yacimientos que servían de referencia para el estudio de las poblaciones célticas del SO, como el de Capote o Garvão. Por ello, se realizó una revisión de los criterios arqueológicos en los que se fundamentó la adscripción del asentamiento a la presencia céltica. La investigación actual, basada en un correcto y amplio análisis de todos los restos hallados, apunta a que más que un poblado celtici, El Castañuelo era asentamiento serrano en la órbita cultural tartésica post-orientalizante, predominante en las comunidades que habitaban las tierras de los cursos medio y bajo del Guadiana durante el siglo V a. C.
Bibliografía:
Alonso Rodríguez Díaz. El Valle Medio del Guadiana, “Espacio de Frontera” en la protohistoria del Suroeste.
José María Blázquez Martínez. Últimas aportaciones a la presencia fenicia y cartaginesa en Occidente. Arquitectura y urbanismo.
Javier Jiménez Ávila. El poblado de El Castañuelo (Aracena) y el post-orientalizante en la sierra norte de Huelva.
María Belén Deamos y Mariano del Amo y de la Hera. Envases para miel en el poblado protohistórico de El Castañuelo.
Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.
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