sábado, 22 de noviembre de 2025

Sepulcro del adelantado Don Gómez Manrique y de Doña Sancha de Rojas

 

El doble sepulcro del adelantado Gómez Manrique (1356-1411) y de su mujer Doña Sancha de Rojas, es una excepcional muestra de la escultura gótica, tanto por su rareza como por su perfección.

El adelantado y su esposa aparecen representados con gran realismo, ricamente ataviados y reposando sobre una cama elevada. Don Gómez sujeta una espada sobre su pecho y viste el hábito, la estola y el collar de la Orden de caballería de la Jarra y el Grifo, fundada por el Infante Fernando de Castilla, mientras que su cabeza está tocada con un turbante.

Doña Sancha está ataviada con un brial de cuello alto y sostiene en sus manos un rosario, en actitud de oración. A los pies del matrimonio se sitúan un león y una pareja de perritos que presentan daños en sus cabezas.
El sepulcro se hallaba originalmente en la cabecera de la iglesia del Monasterio de Nuestra Señora de Fresdelval, fundado por Gómez de Manrique y cedido a la orden de los Jerónimos. Tras diversos avatares y después de sufrir daños y pérdidas, en 1870 fue llevado al Museo de Burgos, donde se encuentra actualmente.
Patio renacentista del Museo de Burgos.

Gómez Manrique era hijo bastardo del adelantado Gómez Manrique el Viejo. Siendo niño fue entregrado como rehén al rey de Granada y durante su cautiverio se convirtió al islam, renegando de este credo y volviendo nuevamente al cristianismo cuando fue liberado y pudo regresar a Castilla.

En 1385 fue nombrado adelantado mayor de Castilla por Juan I y aprovechó la ocasión que se le brindó para aumentar su patrimonio, para lo cual contrajo matrimonio con la rica heredera Sancha de Rojas, hija de Ruy Díaz de Rojas y de María de Guevara. También se alió con dos nobles, Juan de Velasco y Diego López de Estúñiga, para adueñarse de monasterios, tierras y vasallos. Pero sin duda su mayor logro fue la compra de la villa de Frómista, en Palencia.

En 1409 participó a las órdenes del infante Don Fernando de Castilla, futuro rey de Aragón, en la campaña que culminó con la toma de Antequera el 16 de septiembre de 1410, tras seis meses de asedio.

El cronista Pérez de Guzmán describió a Gómez Manrique de la siguiente manera: “De buena altura y fuertes miembros, bazo e calvo, y el rostro grande, la nariz alta, buen caballero, ardid, cuerdo e bien razonado y de gran esfuerzo, muy sobervio e porfioso, buen amigo, e cierto con sus amigos, mal ataviado de su persona, pero su casa tenía bien guarnida”.


Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.

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