El primer asentamiento urbano conocido en la ciudad de Cartagena fue un oppidum ibero de los siglos V-IV a.C., que tal vez se trtase de la Mastia que describe Avieno en su Ora Marítima. Posteriormente los cartagineses edificaron la ciudad de Qart-Hadasht, que tras la conquista romana pasó a llamarse Carthago Nova y posteriormente, en el período bizantino, recibió el nombre de Carthago Spartaria.
Teatro romano de Carthago Nova. |
Qart-Hadasht
La conquista cartaginesa de la Península Ibérica comenzó en el año 237 a.C. con el desembarco de la flota de Amílcar Barca en Gadir. Fue Asdrúbal el Bello, yerno de Amílcar, quien fundó Qart-Hadasht (nueva ciudad) entre los años 230 y 228 a.C, convirtiéndola en la capìtal cartaginesa y en su base militar y mercantil en occidente, desde la cual se desarolló una intensa actividad comercial con la Magna Grecia, Sicilia y otros puertos púnicos del Mediterráneo Occidental.
Para conmemorar la fundación de la ciudad, Asdrúbal Barca ordenó que la ceca de Qart-Hadasht acuñara una moneda de estilo helenístico, en la que en el anverso aparece un rostro que puede ser el del propio Asdrúbal, el de Amílcar o una representación del dios Melkart, protector de la familia Barca.
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Carthago Nova en el siglo I a.C. (Villamarzo). |
La ciudad se erigió en un valle rodeado por cinco colinas que en época romana, según lo descrito por Polibio, recibían los siguientes nombres: al SO estaba Asklepios-Escupalio (Cerro de la Concepción), al NO el Arx Hasdrubalis (Cerro Molinete), al N el Kronos-Saturno (Monte Sacro), al NE el cerro Aletes (San José) y al SE el cerro de Hefestos-Vulcano (Despeñaperros). Por lo tanto, Qart-Hadast contaba con unas defensas naturales que la hacían prácticamente inexpugnable puesto que sólo se podía acceder a ella a través del istmo, por lo que en el siglo III a.C. se procedió a protegerlo con la construcción de la muralla púnica.
La primera urbanización de Qart-Hadasht se realizó en el Cerro Molinete, lugar elegido por Asdrúbal el Bello para edificar sus lujosos palacios (arx Hasdrubalis). Para ello, previamente fue necesario construir un sistema de grandes terrazas sustentadas por muros de contención de opus africanum, un método que consistía en combinar tramos de mampostería con otros de sillería, dispuestos de forma alterna en vertical y horizontal. Actualmente se conservan depósitos o cisternas de forma oval donde se almacenaba el agua de lluvia que caía por los tejados.
Cisterna de la muralla púnica. |
En la actualidad podemos visitar un tramo de la muralla púnica que corresponde a la zona del istmo. Se trata de un segmento de unos 15 m de longitud formado por dos filas de paramentos construidos con grandes sillares de piedra arenisca (opus quadratum), separados 5 m uno del otro y cubiertos con una capa de mortero.
Muralla púnica. |
Entre ambos paramentos se levantaron unos muros transversales de sillares verticales que alternan con otros horizontales, y que se rellenaron con piedras de menor tamaño (opus africanum), lo cual proporcionaba una mayor consistencia a los muros exteriores, a la vez que se creaban unos compartimentos cuadrángulares que eran usados por el cuerpo de guardia como alojamiento y almacén de armas y provisiones.
Compartimentos para el cuerpo de guardia de la muralla púnica. |
Carthago Nova
En el año 209 a.C. Qart-Hadast fue conquistada por el general romano Publio Cornelio Escipión “el Africano”. Según cuenta Polibio, Escipión capturó a cerca de diez mil prisioneros. A los habitantes de la ciudad les ofreció seguir viviendo en Carthago, a los artesanos los convirtió en esclavos públicos de Roma y a los prisioneros más fuertes los enroló en su flota. Después de asegurar la ciudad y sus defensas, Escipión volvió a Tarraco con los rehenes que había capturado.
Los romanos rebautizaron la ciudad con el nombre de Carthago Nova, y la mayor parte de las construcciones púnicas (murallas, puertas, calles y cloacas) fueron reutilizadas. Los romanos establecieron una guarnición militar y pronto comenzaron a llegar un gran número de colonos itálicos, artesanos y comerciantes. En los siguientes cincuenta años la ciudad perdió parte de su población, la cual se trasladó a los numerosos asentamientos que se establecieron en la comarca del campo de Cartagena y en las proximidades de las minas de plomo y plata de la sierra, donde según Estrabón llegaron a trabajar hasta 40.000 esclavos.
En el año 197 a.C. Carthago Nova pasó a formar parte de la provincia romana de Hispania Citerior, siendo la segunda ciudad más importante después de Tarraco. Carthago Nova fue ganando importancia debido a la creciente exportación minera, por lo que a finales del siglo II a.C. se llevó a cabo una primera remodelación urbana y una ampliación del puerto.
Cepo de ancla romana de plomo dedicada a Zeus Casios Sozón (divinidad asiria protectora de los navegantes). Puerto de Carthago Nova. |
El puerto de Carthago Nova era un enclave excepcional por sus características naturales que lo protegían al resguardo de los vientos, y su bahía, con el Mar de Mandarache como dársena, ofrecía un lugar de atraque óptimo, todo lo cual potenció el desarrollo de la actividad económica de la ciudad. Sin duda, la exportación de plata y plomo de las minas de Carthago Nova hacia Roma, Sicilia o la Galia, fue la que generó mayor actividad mercantil, alcanzando su momento de mayor auge entre mediados del siglo II a.C y mediados del I a.C. Posteriormente la explotación de los yacimientos fue descendiendo gradualmente hasta que en el siglo I d.C. la mayor parte fueron abandonados.
Proa de embarcación romana. Piedra caliza. Siglo I d.C. |
Una actividad mercantil que adquiró gran importancia en Carthago Nova fue la explotación de la sal en las llanuras litorales del Mar Menor y Mazarrón, que unida a la abundancia en sus aguas de especies como el bonito, el atún rojo o la melva, permitió una boyante industria de los salazones. Destacaba también la producción de garum, una salsa elaborada con la sangre y las vísceras de los peces que se dejaba macerar en salmuera para posteriormente colarla. En el caso del garum de Carthago Nova uno de los ingredientes eran las entrañas de caballa o scomber, de la cual toma su nombre la isla de Escombreras. Por los textos de Plino sabemos que el garum de Carthago Nova era uno de los más apreciados en Roma: .“Actualmente el garum mejor se obtiene del pex escombro en las pesquerías de Carthago Spartaria. Se le conoce con el nombre de garum sociorum. Dos congios no se pagan con menos de 1000 monedas de plata. A excepción de los ungüentos, no hay licor alguno que se pague tan caro, dando su nobleza a los lugares de donde viene”.
Ánforas y cerámica de Carthago Nova. |
El flujo comercial del puerto de Carthago Nova incluía también la exportación de aceite y cereales y las importaciones de mármoles, vajillas, vinos y objetos de arte que llegaban procedentes de Delos, Corintio, Rodas y de puertos romanos y del norte de África.
Durante el siglo I a.C. se produjo una nueva arribada de colonos itálicos que se tradujo en un importante crecimiento del consumo y de la actividad comercial. En el año 44 a.C. la ciudad fue elevada a la categoría de Colonia Urbs Iulia Nova Carthago, compitiendo con Tarraco por la capitalidad de la Hispania Citerior, que al final recayó en Tarraco. La ciudad alcanzó una gran importancia y prestigio y sus autoridades abordaron una remodelación de las murallas, en desuso desde finales del siglo II a.C., para adecuarlas a la categoría y prestigio que había alcanzado la ciudad.
El urbanismo de Carthago Nova seguía el modelo característico de todas las ciudades romanas, con un Decumanus maximus como calle principal que atravesaba la ciudad de E a O, desde la puerta emplazada en el istmo por la que llegaba la Vía Augusta pasando frente al pórtico del teatro para continuar hacia el puerto, y un Kardo maximus que vertebraba la ciudad de N a S.
El Teatro
El Teatro de Carthago Nova fue edificado en época de Augusto, entre los años 5 y 1 a.C., y sigue el diseño propuesto por Vitrubio para los teatros apoyados en una ladera. Este arquitecto romano describió en el libro quinto de su obra “De Architectura” todos y cada uno de los elementos que componen un teatro y su proyección a partir del diámetro de la orchestra.
Modelo de Vitrubio (Museo del Teatro Romano). |
El diseño de Vitrubio aplicado en el teatro de Carthago Nova está inspirado en el modelo griego pero con importantes diferencias. El Frente escénico (scaena frons) es mayor que el de los teatros griegos y tiene una doble hilera de columnas de fuste en mármol rosa y capiteles en mármol blanco.
Columnas del frente escénico. |
La Orchestra, semicírculo situado frente a la escena y en el que se sitúan los músicos y coros, es de menor tamaño que la de los teatros griegos.
Frente escénico y orchestra. |
Alrededor de la orchestra se dispusieron las tres filas de la Proedria, donde estaban los asientos reservados para el senado local y los dirigentes de la ciudad, mientras que la Tribuna era ocupada por el magistrado que organizaba el espectáculo.
Frente escénico, orchestra e ima cavea. |
La Cávea o graderío del teatro de Carthago Nova es semicircular, a diferencia de los diseños clásicos griegos en los que es ultrasemicircular. Tiene un diámetro de 87,6 m y su parte central fue excavada, prácticamente en su totalidad, en la roca de la ladera N del Cerro de la Concepción, mientras que los laterales descansan sobre muros concéntricos.
Cávea y orchestra. |
Las gradas tenían capacidad para más de 6.000 personas. En su parte inferior o ima cavea se acomodaban las personas de rango superior; en la central o media cavea se sentaban los ciudadanos libres y soldados; y en la superior o suma cavea, se situaba la plebe, las mujeres y los esclavos, que podían acudir a las representaciones aunque con la prohibición de sentarse a menos que sobraran asientos. Delante de la escena estaba el Proscenio y detrás el Pórtico, donde el público esperaba bajo la sombra de árboles durante el descanso entre obras.
Frente escénico y orchestra. |
La orientación del teatro evitaba que en nigún momento el sol nunca diera de frente a los espectadores. Además, las gradas eran iluminadas por el sol naciente durante el solsticio de invierno, cuando el astro estaba en la constelación de Capricornio, ya que este era el signo zodiacal de Augusto.
El teatro de Carthago Nova fue dedicado a Lucio y Cayo César, nietos de Octavio Augusto y herederos del emperador (Princeps Iuventutis), cuyos nombres aparecen en dos grandes dinteles de mármol gris situados encima de los accesos occidental y oriental.
Dinteles de caliza gris dedicados a Lucio y Cayo. |
En la entrada principal del teatro (valva regia) se emplazó una estatua en mármol de Carrara de Apolo citaredo, dios protector de las artes escénicas y del emperador Augusto. La estatua ha perdido el brazo izquierdo, que sostendría la cítara, y en la mano derecha lleva el plektrum para puntear las cuerdas de la cítara.
Apolo citaredo. |
La decoración de todo el teatro estaba elaborada en mármol blanco de Carrara, lo que es una muestra del lujo que debió tener en su época.
Capiteles corintios del Teatro de Carthago Nova. |
En la parte frontal del escenario (orchestra) se situaron tres altares dedicados a la Tríada Capitolina, con el de Júpiter en el centro, a su derecha el de Juno y a su izquierda el de Minerva. Por la calidad de sus relieves se considera que fueron realizado por algún taller neoático de Roma a finales del siglo I a.C.
Altares de Juno, Júpiter y Minerva. Finales siglo I a.C. |
En el altar de Júpiter aparece su emblema, el águila, acompañada de un cortejo femenino identificado como las Musas. En el altar de Juno aparece su símbolo, el pavo real, seguido por un cortejo de tres jóvenes muchachas en actitud ceremoniosa y cogidas de las manos, que representan a las Gracias. En el altar de Minerva aparece la lechuza y un grupo femenino interpretado como las Horas.
Altares de Júpiter y Minerva. |
Las familias aristocráticas de Carthago Nova participaron en la financiación del teatro. Una de estas familias era la de los Iunius, cuya riqueza procedía del negocio de la minería. Uno de sus miembros, de nombre Lucio Iunius Paetus, dedicó un altar de mármol de Carrara a la diosa Fortuna y otro por orden de Cayo César.
Altares epigráficos de Lucio Iunus. Finales siglo I a.C. |
Otra de las familias de la élite local era la de los Postumios, muy vinculada vinculada al emperador y que desempeñaron los primeros cargos religiosos. A ellos se debe la donación de una estatua labrada en “giallo antico”, un tipo de mármol que se extraía en las canteras de Chemtou (Túnez).
Placa dedicada a Lucio César. Finales siglo I a.C. |
En el pedestal de esa estatua había una dedicatoria a Lucio César que decía: “A Lucio César, hijo de Augusto, Marco Postumio Máximo y Marco Postumio Albino (la dedicaron)”.
El Foro Colonial
Una de las remodelaciones más importantes en el urbanismo de Carthago Nova tuvo lugar en el siglo I d.C. con la construcción del Foro colonial en la acrópolis del Cerro Molinete, en la parte central de la ciudad y cerca del puerto. Para su construcción se amortizó parte de un barrio de casas y negocios artesanales construido en los siglos II y I a.C. y cuyos edificios fueron demolidos. En torno al foro se reservaron manzanas (insulae) para que las élites de la ciudad edificaran sus casas (domus), y para los edificios públicos: la Curia o senado local, el Santuario de Isis y Serapis, un templete dedicado a la diosa siria Atargatis, las Termas del Puerto y el Edificio del Atrio.
Maqueta del Foro Colonial (Museo Foro Romano Molinete). |
El Foro colonial se configuró como una gran plaza rectangular de 80 m de largo y 45 m de ancho, delimitada al S por el decumanus y dispuesta en tres terrazas: en la superior estaba el templo de Augusto, en la del medio la Curia y en la inferior la basílica judicial y demás edificios de la administración local. El eje perpendicular del Foro se orientaba a la salida del sol en el solsticio de verano, y en dirección contraria se podía contemplar la constelación de Capricornio, que como ya vimos era el signo zodiacal de Augusto.
La construcción del Foro en el siglo I supuso la ejecución de un decumanus nuevo sobre el anterior del siglo I.a.C., que pasaba junto a la Curia en dirección NE-SO.
Decumanus del Foro Colonial. |
El foro era el centro de la vida política y administrativa, y también el lugar donde se realizaban las ceremonias del culto imperial. Por ello fue el emplazamiento elegido para situar los pedestales que conmemoraban a los personajes ilustres de la ciudad, a los patronos de la colonia o a miembros de la familia imperial: Tiberio Nero, Marco Agripa, Antonino Pío, Iuba II de Mauritania o Silius Nerva.
La Curia ordinis
La Curia ordinis se construyó a finales del siglo I d.C., durante el reinado de Tiberio, y era el lugar en el que se reunían los representantes de las principales familias que gobernaban la ciudad. Constaba de un vestíbulo y de una sala de reuniones. El vestíbulo estaba reservado al público asistente a las asambleas y tenía un damero central blanco y negro. La sala de reuniones disponía de un ancho pasillo central y gradas laterales donde se colocaban las sillas.
Sala de reuniones de la Curia. |
Togado capite velato. Siglo I d.C. |
La sala estaba presidida por una estatua de mármol de Carrara de 1,93 m de altura, que representa a un togado capite velato que podría ser el emperador Augusto o algún miembro de la familia imperial.
Santuario de Isis y Serapis
El Santuario de Isis y Serapis estuvo en funcionamiento ininterrumpido desde finales del siglo I hasta finales del siglo III d.C.
El recinto sagrado (temenos) estaba delimitado por imponentes muros de sillares que rodeaban un patio abierto por el frente y con pasillos porticados con columnas corintias en sus dos laterales. En la parte posterior se construyeron tres capillas, una reservada para los sacerdotes, otra en la que se celebraban las ceremonias, y otra donde se guardaba el ajuar.
Santuario de Isis y Serapis (Museo Foro Romano Molinete). |
En el centro del santuario se erigió un pequeño templo del que aún se conserva la base (podium) y parte de la escalinata de acceso. La fachada del templo tenía cuatro columnas que protegían la capilla (cella) en cuyo interior se hallaba la imagen de la diosa (simulacrum).
Podium del santuario de Isis y Serapis. |
Delante del templo, en el subsuelo del patio, se construyeron cuatro cisternas abovedadas cuya función era recoger el agua de lluvia que después se utilizaba en los rituales de purificación.
Cisterna púnica. Siglo III a.C. Santuario de Isis. |
Los cultos orientales, egipcios y asirios entre otros, estaban muy extendidos en Carthago Nova y probablemente llegaron de la mano de los artesanos y comerciantes que arribaron por mar a la ciudad y que se establecieron en las inmediaciones del puerto, en la parte N y O del Cerro del Molinete.
Inscripción en piedra caliza dedicada a Serapis, Isis y Mercurius. Siglo I a.C. |
Las Termas del Puerto
Las Termas del puerto fueron construidas a principios del siglo I d.C. en la ladera S del Cerro del Molinete, junto al Edificio del Atrio y al lado del decumano.
Termas del puerto. |
Consistían en una serie de sala fría (frigidarium), sala templada (tepidarium) y sala caliente (caldarium), y también disponían de sauna, salas de ejercicios, piscinas al aire libre y letrinas.
Termas del puerto. |
El acceso a las termas era público, tanto para ciudadanos libres como para esclavos, y se realizaba a través de un patio porticado que estaba presidido por una estatua de mármol de Carrara, probablemente de una diosa (Fortuna, Felicitas Augusta, Ceres, Concordia..) de tamaño superior al natural.
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Zona de las termas del puerto donde se localizaba la estatua. |
La deidad sostenía en una de sus manos una cornucopia de mármol de Carrara rematada con un cesto con un pan, higos, granadas, manzanas, nueces, una piña y otras frutas, entremezcladas con flores de amapola, hojas de acanto, racimos de uvas y espigas de trigo.
Cornucopia de las termas del puerto. |
El Edificio del Atrio
El Edificio del Atrio también fue construido en la segunda mitad del siglo I d.C. y pudo ser la sede (schola) donde una reducida cofradía de fieles realizaba los banquetes rituales en honor a Isis y Serapis.
Edificio del atrio. |
El edificio tenía una superficie de más de 2.000 m² y estaba organizado en torno a un patio (atrium) con columnas, un pozo y unas escaleras que permitían acceder al piso superior, donde posiblemente estuvieran las habitaciones reservadas a los huéspedes. Desde este atrio se podía acceder a cuatro grandes salas ricamente decoradas.
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Decoración pictórica del edificio del atrio. |
La sala principal era una estancia destinada al culto (cella), abierta al atrio y visible desde el pasillo de acceso (fauces), que en un momento posterior a su construcción se separó del patio interior por una pared, a la cual se adosó un pequeño altar (lararium).
Pasillo de acceso a la estancia dedicada al culto (Cella) |
A mediados del siglo II esta sala fue decorada con pinturas.
Decoración pictórica de la estancia dedicada al culto (Cella). |
Decoraciones pictóricas. |
En la parte media hay paneles e interpaneles que simulan mármoles policromos y un friso que alterna cuadrados con tres tipos diferentes de motivos que también imitan mármoles. La pared se remataba con un molde de estuco y un friso pintado.
Al fondo, estancia dedicada al culto con su altar. |
En otra de las salas se aprecia parte de la decoración original, con un zócalo corrido blanco con goterones de varios colores, una zona media compuesta de paneles rojos y ocres enmarcados con una franja verde e interpaneles negros decorados, y un friso superior decorado con plantas y animales.
Decoración pictórica del edificio del atrio. |
El conjunto se completaba con estancias de servicio y establecimientos comerciales (tabernae) que daban a la calle.
Tabernae del edifico del atrio. |
Entre los restos arqueológicos hallados en las excavaciones destacan unos cuadros pictóricos de musas y del dios Apolo, unas pinturas de máscaras femeninas rodeadas de guirnaldas y un texto pintado conmemorativo de la reforma realizada en el edificio en la época del emperador Heliogábalo (218 d.C.). El edificio tuvo varias fases constructivas y a lo largo de los siglos se reformó en varias ocasiones, transformándose en el siglo III en un inmueble de viviendas, antes de que ser destruido por un incendio a finales del siglo III o principios del IV.
Las Necrópolis
Otras de las edificaciones con las que contaba Carthago Nova eran dos necrópolis situadas fuera de la ciudad, en los márgenes de las vías más importantes. Una se hallaba junto a la Vía Augusta, cruzando el puente que unía la península con el continente en dirección a Tarraco. La otra, la del actual barrio de San Antón, estaba situada junto a la vía que se dirigía hacia Segóbriga (Saelices. Cuenca) y Complutum (Alcalá de Henares. Madrid).
Necrópolis del barrio de San Antón. |
La nercrópolis tardorromana del barrio de San Antón fue descubierta y excavada en 1967 y actualmente se halla integrada en el Museo Arqueológico Provincial de Cartagena. Está datada entre los siglos IV y V d.C, en época bizantina, y se caracteriza por la variedad de tipos de tumbas que contiene (rectangulares, semicirculares, fosas individuales, dos panteones y ánforas para dar sepultura a los niños).
Inscripción de la estela funeraria de un niño. |
El tipo de enterramiento variaba en función de la clase social del difunto. Las élites locales se enterraban en mausoleos, panteones o sepulcros, mientras que las clases más modestas lo hacían en columbarios y los esclavos en fosas comúnes. Las inscripciones halladas nos permiten conocer el nombre de las principales familias de Carthago Nova (Aquini, Atellii, Laetilii, Numisii, Turullii, Virgilii..) y de los libertos, que tomaba el nomen de su antiguo amo y añadían “L” para que figurara su situación jurídica.
Bibliografía:
Bellón, Juan; Ruiz, Arturo; Molinos, Manuel; Rueda, Carmen; Gómez, Francisco. La segunda guerra púnica en la Península Ibérica. Baecula, arqueología de una batalla.
Fernández Rodríguez, David. La toma de Carthago Nova por Publio Cornelio Escipión: ¿leyenda o realidad?
Madrid Balanza, María José; Murcia, Antonio; Ruiz, Elena. Carthago Nova. Estado de la cuestión sobre su patrimonio arqueológico.
Ramallo Asensio, Sebastián; Martín Camino, Miguel. Qart-Hadast en el marco de la segunda guerra púnica.
Ruiz Valderas, Elena. Carthago Nova. Guía didáctica.
Ruiz Valderas, Elena. Novedades sobre el Foro de Carthago Nova: El togado capite velato de la calle Adarve.
Ruiz Valderas, Elena; Madrid Balanza, María José. Las murallas de Cartagena en la antigüedad.
Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.
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