lunes, 1 de mayo de 2023

Garganta la Olla

El municipio de Garganta la Olla forma parte de la comarca de La Vera, en el NE de la provincia de Cáceres, y tiene una superficie de 48 km2. Al N limita con la sierra de Tormantos y el término municipal de Cabezuela del Valle; al S con Jaraíz de la Vera y Pasarón de la Vera; al E con Cuacos de Yuste; al O con la sierra de la Desesperada y el término municipal de Piornal.

La localidad de Garganta la Olla se sitúa a 590 m de altitud y tiene una población de 957 habitantes (2022). Su economía se basa en la ganadería, la agricultura y el sector servicios. La agricultura consiste principalmente en cultivos de cereza, frambuesa, vino, aceite de oliva y pimentón.

También hay explotaciones forestales y tierras destinadas a pastos permanentes. Antiguamente se cultivaba tabaco y en el siglo XVIII se criaba gusano de seda, motivo por el que se plantearon moreras. La ganadería es principalmente bovina, ovina, porcina y en menor medida caprina.

El pueblo de Garganta la Olla fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1983 debido a su destacada arquitectura popular.

 

Entorno natural

Garganta la Olla está situada en un valle rodeado de montañas, torrentes y cascadas, lo que explica su denominación latina de Ad Fauces (junto a tragaderos, entre gargantas). Al N de Garganta la Olla se encuentra la sierra de Tormantos, en las estribaciones de la Sierra de Gredos, al E la sierra de Salvador y al O la sierra de San Bernabé. Sólo por el S el relieve queda abierto y por allí discurre una profunda falla que sirve de lecho al mayor desagüe natural: la Garganta Mayor.

Garganta Mayor es una profunda falla, típica de las gargantas Gredos-Béjar, por la que discurre el río confinado y prácticamente en línea recta, recibiendo el aporte de las aguas torrenciales, transparentes y frías de otras muchas gargantas de menor tamaño. El lecho del río es rocoso, con cantos y grandes bolos graníticos, por lo que se forman saltos, rápidos y pozas en las que viven truchas y cachos, entre otras especies piscícolas.

El clima de Garganta la Olla es de tipo mediterráneo continental templado, con veranos secos y nieves invernales frecuentes. Las precipitaciones son altas (1.640 mm/año), propias de la España húmeda, lo que permite que esta Reserva Natural Fluvial tenga un paisaje exuberante de alisos, robles melojos, encinas, quejigos, alcornoques, arces, madroños y enebros. Son abundantes las zonas arbustivas de maquia con especies autóctonas como el brezo, piorno, tojo, aulaga, escobas, retamas y jaras. También hay pastos y en las laderas se han creado terrazas en las que se cultivan cerezos, frambuesos, olivos y castaños.

Garganta la Olla está incluida en la ZEPA Río y Pinares del Tiétar y el área NO del municipio forma parte del Espacio Natural Serra de Gredos de la Red Natura 2000. Entre la numerosa fauna podemos destacar cinco especies en peligro de extinción: Desmán de los Pirineos, Cigüeña negra, Murciélago de Bechstein, Murciélago mediterráneo de herradura y Murciélago mediano de herradura. Dentro de la ZEPA habita gran cantidad de especies, como Cernícalo primilla, Aguilucho cenizo, Águila calzada, Halcón abejero, Búho chico, Autillo, Colirrojo real, Mirlo acuático y Zorzales (charlo, común, alirrojo y real). También son abundantes los mamíferos, como Erizo común, Musaraña común, Zorro, Comadreja, Garduña, Gineta, Liebre y Corzo entre otros.

Corzo
 

Historia:

Las poblaciones que desde la antigüedad habitaron de Garganta la Olla estuvieron vinculadas a la ganadería, como lo atestigua la presencia de restos de castros vettones (Cerro del Torrique y Cerro del Salvador).

La villa de Garganta la Olla fue al principio un poblado de pastores que llegaron desde Cáparra en el siglo XIII, pero puede que su fundación sea incluso anterior, en época visigoda. En el año 584, San Magno fundó el monasterio de San Martín, perteneciente a la regla de San Basilio, y el obispo Richila Obilense mandó construir la Ermita de San Salvador, donde según cuenta la leyenda en el año 714 murió martirizado por los moros el obispo de Coria junto con seis obispos andaluces.

En el siglo XII el rey Alfonso VIII de Castilla conquistó el N de Extremadura a los almohades y fundó Plasencia en 1189. Se creó un feudo fronterizo bajo el gobierno de  Fernando Rodríguez de Castro y la zona fue repoblada con poblaciones procedentes del Reino de León. Además el rey concedió un privilegio por el que se creó el Sexmo de Plasencia, una especie de provincia actual que gestionaba la producción de más de trescientas mil hectáreas de las tierras del Valle de Ambroz y la Trasierra, el valle del Jerte, La Vera hasta la actual frontera con Ávila y el Campo Arañuelo.

Alfonso VIII

En el siglo XIII, entre 1218 y 1230, Alfonso IX de León conquistó Cáceres y Badajoz con la ayuda de las órdenes de Santiago, Calatrava, Alcántara, de las tropas del obispo de Plasencia y de castellanos y gascones.

Alfonso IX

En 1340, una vez reconquistadas estas tierras, fueron concedidas a los Infantes de la Cerda por Alfonso XI de Castilla (1311-1350) con lo que Plasencia perdió jurisdicción sobre Garganta la Olla.


Alfonso XI
Plasencia no aceptó la decisión, lo que provocó las protestas de los garganteños y que el rey Enrique II de Trastámara (1334-1379) tuviera que intervenir para aplacarlas, recordando a Plasencia que carecía de jurisdicción sobre Garganta y fijando sanciones para los que no aceptaran la resolución.

Enrique II de Trastámara

Plasencia continuó intentando recuperar la jurisdicción de Garganta hasta finales de la Edad Media e incluso llegaron a enfrentarse en 1492, cuando los garganteños crearon las “Guerrillas de San Martín” y con ayuda de gentes de Oropesa, Trujillo y Guadalupe derrotaron a los placentinos que habían invadido el municipio.

Posteriormente y antes de la llegada al trono de los Reyes Católicos, Garganta la Olla pasó a formar parte del marquesado de Villena, el cual fue donado a Don Juan Pacheco, de origen portugués, como recompensa por su participación en la batalla de Olmedo (1445) contra los Infantes de Aragón. En la guerra de sucesión castellana,  Don Diego López Pacheco tomó parte por la Beltraneja en contra de Isabel I de Castilla. Tras su derrota en 1476 en la batalla de Toro, los marqueses de Villena perdieron sus posesiones las cuales pasaron a la corona. Hasta el siglo XIX los sucesivos marqueses de Villena sólo ejercerán jurisdicción civil y penal sobre la villa Garganta la Olla.


Los judíos en Garganta la Olla

Las aldeas de La Vera experimentaron un gran desarrollo demográfico en los siglos XIII, XIV y XV, que trajo consigo avances económicos y culturales. Paralelamente, la población judía también fue incrementándose y se fundaron juderías y aljamas. La convivencia entre los miembros de las tres religiones comenzó a quebrarse en el siglo XIV pero sobre todo en el siglo XV, cuando los reyes dictaron ordenanzas en las que se restringían los derechos, actividades y bienes de judíos y moriscos. Así, en 1412 las Leyes de Ayllon o Segundo Ordenamiento de Valladolid prohibían a los judíos vivir al lado de los cristianos y les obligaban a llevar unas vestimentas que los diferenciaran, pero no fue hasta 1480 cuando las Cortes de Toledo obligaron a que las viviendas de judíos y moriscos estuvieran separadas de las de los cristianos, segregación que estuvo en vigor hasta su expulsión en 1492.

El sentimiento antisemita fue en aumento principalmente por causas religiosas y económicas, ya que los judíos practicaban la usura en los préstamos y además eran los recaudadores de las rentas que los cristianos tenían que pagar a sus señores. Al final, los judíos de la Vera fueron expulsados y llevados por el capitán Francisco Hernández Floriano a Portugal, de donde a los pocos años también fueron expulsados o esclavizados. Sus bienes fueron vendidos y el dinero acabó en manos de la Corona, la Iglesia y los nobles. Muchos de los judíos de Garganta se convirtieron al cristianismo y esto motivó que se creara una Casa de la Inquisición que dependía del tribunal de Llerena, en Badajoz.

Hoy en día en las fiestas populares quedan recuerdos de aquellos tiempos, como por ejemplo la fiesta tradicional de la Quema de Judas, que se celebra en Garganta la Olla el Sábado Santo y en la que se somete a juicio y posterior condena a la hoguera a un muñeco que representa a Judas y en cuyo interior hay cohetes y petardos.

 

Arquitectura:

El pueblo de Garganta la Olla se encuentra en las laderas de un cerro en cuya parte más elevada se edificó la iglesia parroquial de San Lorenzo. 

Iglesia de San Lorenzo Mártir

Al encontrarse situado entre gargantas, el terreno disponible era limitado y por eso las casas se fueron construyendo apiñadas y sin orden aparente entorno a la iglesia, adaptándose al espacio disponible y a la pendiente de las laderas. 


De este modo, el núcleo urbano quedó definido por agrupaciones de casas unas pegadas a las otras o separadas por estrechos callejones ciegos, formando grandes manzanas trapezoidales alargadas.


La casa tradicional típica de Garganta la Olla consta de tres plantas. La planta baja se destina a establo, almacén y lugar de trabajo y está construida en granito, al menos los cimientos, con la fachada remozada con cal o arcilla. 
Fachada de la antigua albardería
Las otras dos plantas se utilizan como vivienda y están construidas en adobe de arcilla y paja con entramado de madera de roble o castaño. Las portadas son amplias, a veces arquitrabadas y otras formadas por arcos de medio punto.
Adobe con entramado de madera

Los tejados tienen la cumbrera (intersección de los dos faldones de la cubierta) paralela a la fachada, pendiente pronunciada, tejas árabes que favorecen la evacuación del agua y alerones que sobresalen del edificio. Son frecuentes los balcones y soportales sostenidos por columnas de madera con base de piedra cuya misión era aislar la vivienda de la humedad del terreno.

Balcón de la antigua albardería

Las jambas y dinteles de puertas y ventanas generalmente están poco trabajados, salvo algunas excepciones en la que presentan relieves o grabados con el nombre del propietario de la casa, su marca o distintivo y fecha de construcción.


La distribución interior de la vivienda es la misma en todas ellas y está adaptada a las tareas que desempeñaban sus moradores. La entrada da paso al zaguán de la planta baja con suelo de losas de granito o enlosado con piedras pequeñas. En esta planta baja se encuentran las cuadras, el bodegón subterráneo donde la temperatura es constante y permite la conservación del vino, el aceite y otros productos, y por último la escalera de acceso a la planta superior. La segunda planta tiene un corredor recto que empieza en la escalera de entrada y en el que se encuentran las puertas de acceso a los dormitorios. El corredor termina en la escalera de subida a la tercera planta, donde se encuentra la cocina, despensas y la gran balconada o solana donde se secan los productos del campo (judías, ciruelas, higos, melocotones). Los humos de la cocina salen al exterior por tejavana o por vanos en los tejados. La mayor parte de las cocinas tienen unas parrillas de madera para secar las castañas. Los suelos de ambas plantas son de madera, baldosas o madera recubierta con arcilla y toda la carpintería de la casa es de madera de nogal o de castaño.

Puerta de una vivienda del barrio La Huerta

Las viviendas más antiguas datan del siglo XVI pero muchas son de finales del siglo XVIII cuando la población experimentó un gran auge debido a la industria de producción de seda.

Casa en el número 11 de la Placituela

Antiguamente el acceso a Garanta la Olla se realizaba por el puente romano de Cuacos. De aquí parte un camino de seis kilómetros que lleva hasta el monasterio de Yuste y que en su época debió ser utilizado con frecuencia por los soldados que formaban parte del séquito del emperador Carlos V.

El monumento principal del pueblo es la Iglesia de San Lorenzo Mártir y la Torre. Datada entre finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI, está situada en la parte más elevada de la población.
Subida la Iglesia de San Lorenzo Mártir

A su lado, entre 1570 y 1573 se construyó una torre de cuatro plantas y 30 m de altura. 

Iglesia de San Lorenzo y Torre
En la primera planta de la torre hay una capilla anexa a la iglesia donde se sitúa el baptisterio y la pila bautismal. La entrada a la torre se encuentra en la segunda planta y da acceso a una estrecha escalera de caracol. En esta planta está el coro de la iglesia y el órgano barroco. En la tercera planta está el reloj y en la cuarta los campanarios.
Puerta de la fachada norte de la iglesia
Si bien la entrada principal a la iglesia se encuentra frente al altar mayor, actualmente se suele acceder por la fachada N, en la que están grabados un pez, el pan y la cruz.
Grabados del pez, la cruz y el pan

La iglesia de San Lorenzo está catalogada como Bien de Interés Cultural.

La Plaza Diez de Mayo o Mayor es el centro de la villa. En el lado NE de esta plaza cuadrangular se sitúa el edificio del ayuntamiento, en cuya fachada principal hay un soportal, sustentado por las columnas de granito provenientes de la ermita de San Martín, el cual soporta un amplio balcón de madera.

Plaza Diez de Mayo

En un extremo del soportal se encuentra la “picota” de suplicio en la que se ataban a los reos para su exhibición con un cartel en el que se podía leer su nombre y el delito que habían cometido. En la parte superior de la picota aparece grabada la siguiente inscripción: “Hízose esta coluna año de 1691 siendo alcaldes Jv Oulio Mesón de Ximénez y Br(Bartolomé) Curíel.”

Picota

La Casa de Francisco Díaz o del Picapedrero es una de las más antiguas del pueblo y en ella residía el maestro de obras vasco Francisco Díaz, constructor de la torre anexa a la iglesia. En el dintel de la puerta aparece grabado su nombre, la fecha y su distintivo.

Según Caro Baroja, esta casa es probablemente el mejor ejemplo de baserri o caserío fuera del País Vasco. 

La Casa de la Peña es el edificio más original del pueblo, ya que utiliza una peña de la calle como base sobre la que descansan las vigas de madera que aguantan el peso de una habitación aérea.

Mediante este ingenioso recurso arquitectónico y ante la falta de espacio de la vivienda, se consiguió construir una estancia adicional.


La Casa de la Peña está en la calle Piornala, en la salida del pueblo hacia el municipio de Piornal y en la que se encuentran la fuente de la Piornala, la cruz de la Piornala y el puente de la Piornala.


Frente a la Casa de la Peña hay otra vivienda de adobe, madera y piedra en cuya fachada cuelgan gran cantidad de calabazas, costumbre tradicional para que secar alimentos (orejones, higos, etc).

La Casa de las Muñecas está en el número 3 de la calle Chorrillo y con su distintiva fachada de color azul añil es la más llamativa del pueblo. La entrada tiene una gran puerta de madera por la que se accede a un amplio zaguán y a las caballerizas.

En su entrada principal, acabada en arco de medio punto de granito, está grabada la figura de una muñeca con vestimenta tradicional. La figura de la muñeca en el dintel de la puerta y el color llamativo de la fachada indicaban que este establecimiento era un prostíbulo. Se supone que en la balconada de madera de la primera planta se mostraban las mozas de fortuna y que en el resto de plantas tenían sus habitaciones.

Según la tradición, cuando Carlos I de España y V de Alemania se alojó, primero en Jarandilla de 1556 a 1557 y luego en Yuste hasta 1558, mandó construir este burdel para uso de su séquito masculino.

Garganta la Olla llegó a tener tres burdeles, aunque no se sabe si llegaron a funcionar simultáneamente. En 1524 la población de la villa era de unos tres mil habitantes a los que había que añadir un considerable flujo de arrieros y comerciantes de aceite y vinos, así como una importante industria derivada de la cría del gusano de seda a partir de 1750.

Cuando en 1614 murió la dueña del edificio lo cedió junto con su huerto a la iglesia, con la condición de que realizaran por tiempo indefinido misas por la salvación de su alma, las cuales se celebraron ininterrumpidamente hasta 1950. De todos modos, los clérigos no consideraron apropiado utilizar esta vivienda debido a su indecoroso pasado, por lo que la vendieron y con el dinero obtenido construyeron la casa parroquial.

En la calle Molineros existía otro burdel o Casa de las mozas de fortuna, que al igual que la Casa de las Muñecas su fachada es de un llamativo color azul añil para que fuera fácilmente identificable.


El tercer prostíbulo es la Casa de las mozas de fortuna de la calle Llana, mucho menor que la "Casa de las Muñecas" y en el que destaca su portalón de madera.


La Casa del Almotacén era el lugar donde el funcionario público encargado de la inspección de los mercados, denominado almotacén en andalusí, realizaban pesajes, medidas y establecía los precios en función de la abundancia o escasez de las cosechas.

Balcón de la casa del almotacén

El Barrio La Huerta es una amplia plaza rodeada de viviendas que forman  un conjunto urbanístico equilibrado y armonioso.
En el lado N de la plaza las viviendas están porticadas, creando soportales sostenidos por columnas de madera con base de piedra.


Al parecer, la casa nº 13 de este barrio fue usada ocasionalmente por los Duques de Alba como residencia veraniega y posteriormente en el siglo XVIII pasó a ser la “Casa de Contratación de la Seda” donde este producto se recogía, clasificaba y se pesaba para su venta a comerciantes provenientes de Valencia.

Puesto que desde el siglo XII, reinando Alfonso VIII, Garganta la Olla tuvo una importante comunidad sefardí, algunos autores consideran al barrio La Huerta como parte de la judería de la villa. Otros investigadores consideran que puesto que desde 1412 se estableció que judíos y cristianos debían vivir en comunidades separadas y desde 1480 esta segregación fue obligatoria, el barrio La Huerta no debería ser considerada una judería en un sentido estricto, ya que las viviendas de los judíos no estaban aisladas del resto.

En el barrio La Huerta se encuentra la Casa Carvajal, que destaca por su balcón de madera y las vigas labradas que separan la primera y segunda planta.

Fue construida en el siglo XVI y en ella nació Don Pedro de Carvajal, Capitán de la Armada y Virrey de Nápoles. Don Pedro realizó numerosas donaciones a la ermita de San Martín, del cual era devoto.

Detalle del balcón de la Casa Carvajal

Cuenta la tradición que una descendiente de Don Pedro llamada Isabel de Carvajal, iba a contraer matrimonio con un sobrino del Obispo de Plasencia, el cual se arrepintió y la dejó plantada, lo que supuso una gran deshonra para la familia Carvajal. Isabel dejó su casa y se echó a la sierra para vivir en una cueva. Su odio por los hombres la llevó a invitar a su cueva a aquellos que se encontraba por los caminos y allí los invitaba a cenar, los emborrachaba y después de acostarse con ellos, los mataba. Pero en una ocasión uno estos hombres logró huir y avisar a las autoridades, quienes la prendieron, juzgaron y ahorcaron en la Plaza de Plasencia.

Supuestamente, el famoso Romance de la Serrana de la Vera está basado en la vida de Isabel de Carvajal.


Romance de la Serrana de la Vera

Gabriel Azedo de la Berrueza publicó en 1667 un libro titulado “Amenidades, florestas y recreos de la provincia de la Vera Alta y Baja, en la Extremadura”.


En esta publicación aparece recogida por primera vez el romance de la Serrana de la Vera:

“Allá en Garganta la Olla,

en la Vera de Plasencia,

salteóme una serrana,

Trae el cabello trenzado

debajo de una montera,

y porque no la estorbara,

muy corta la faldamenta.

Entre los montes andaba

de una en otra ribera,

con una honda en sus manos,

y en sus hombros una flecha.

Tomárame por la mano

y me llevara a su cueva;

por el camino que iba,

tantas de las cruces viera.

Atrevíme y preguntéle

qué cruces eran aquéllas,

y me respondió diciendo

que de hombres que muerto hubiera.

Esto me responde y dice

como entre medio risueña:

-Y así haré de ti, cuitado,

cuando mi voluntad sea.

Dióme yesca y pedernal

para que lumbre encendiera

y mientras que la encendía

aliña una grande cena.

De perdices y conejos

su pretina saca llena,

y después de haber cenado

me dice:

-Cierra la puerta.

Hago que la cierro,

Y la dejé entreabierta:

desnudóse y desnudéme

y me hace acostar con ella.

Cansada de sus deleites

muy bien dormida se queda,

y en sintiéndola dormida,

sálgome la puerta afuera.

Los zapatos en la mano

llevo porque no me sienta,

y poco a poco me salgo,

y camino a la ligera.

Más de una legua había andado

sin revolver la cabeza,

y cuando mal me pensé

yo la cabeza volviera,

y en esto la vi venir

bramando como una fiera,

saltando de canto en canto,

brincando de peña en peña

-Aguarda -me dice-, aguarda;

espera, mancebo, espera:

me llevarás una carta

escrita para mi tierra.

Toma llévala a mi padre;

dirásle que quedo buena.

-Enviadla vos con otro,

o ser vos la mensajera”.

Mientras los autores extremeños suelen ver el Romance de la Serrana de la Vera como una leyenda basada en un hecho real, otros autores como Caro Baroja estiman que se trata de un tema del folclore mítico: el de la mujer fuerte, salvaje, traicionada, despechada, seductora y devoradora de hombres. El romance tuvo una gran difusión e incluso en los años 80 del siglo pasado aún se recogían versiones de este cantar, siendo las más meridionales las procedentes del Campo de Gibraltar en tierras gaditanas, en concreto de Las Canchorreras (Tarifa)

 

Bibliografía:

Florencio López Ortigo. Estudio Histórico y cultural de la villa de Garganta de la Olla.

Jesús A. Torrecilla Pinero y Carlos Urueña Fernández. Avance del Plan General Municipal de Garganta la Olla.

Julio Caro Baroja. Pueblos de España.

Martiria Sánchez López. Los judíos en la comarca de La Vera, según “el fuero de Plasencia”.

José María Domínguez Moreno. El mito de la Serrana de la Vera.

Luis Vélez de Guevara. La Serrana de la Vera. Valladolid, año 1603.

Pedro Manuel Piñero y Virtudes Atero. El romance de la Serrana de la Vera. La pervivencia de un mito en la tradición del Sur.


Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.


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