domingo, 17 de marzo de 2019

Castro de Santa María de Galegos


El castro de Pena Grande o Penha Longa se encuentra en la freguesía de Santa María de Galegos (Barcelos). Se trata de un castro de pequeñas dimensiones situado en la ladera del Monte do Facho y que cuenta con una sauna que fue descubierta a finales de la década de los 70 del pasado siglo. 


La sauna estaba dentro del recinto exterior del castro y a unos 50 m de una fuente, cuyas aguas eran canalizadas hasta un depósito rectangular situado al SO del  atrio y que disponía de un desagüe. De todas las saunas castreñas que se conocen, la del castro de Santa María posee la planta mejor conservada y acabada de este tipo de construcciones. Gracias a ello, sabemos que la sauna estaba enterrada, lo que facilitaba la captación del agua y la conservación del calor. Disponía de todos los elementos necesarios para los baños de vapor: horno con chimenea donde se colocaban cantos rodados sobre los cuales se lanzaba el agua para producir el vapor; cámara tipo estufa; antecámara abierta con bancos corridos y baños de agua fría en una gran pía situada en el patio o atrio. 


La sauna mide 11,5 m de largo y en este eje longitudinal se alinean el horno, dos cámaras cuadrangulares y el atrio, al que se accede por una puerta excéntrica situada al SE del muro de cierre. El atrio estaba excavado en el suelo a casi 1,5 m de profundidad, es de planta cuadrangular de 5,25  X  5,5 m y estaba pavimentado con grandes losas de granito. En este patio exterior se encuentra un pilón, que se conserva íntegro, con una superficie de 1,8 m2 y unos 50 cm de profundidad. El pilón está provisto de unas canalizaciones con tapas y arquetas de decantación que garantizaban las condiciones de salubridad del agua. El patio era utilizado como vestuario y también para los baños fríos. 

Desde el atrio, el acceso a la antecámara está rematado en arco de medio punto. La antecámara de 2,1 X 2,2 m, es cuadrada, está pavimentada y  dispone de bancos corridos de piedra adosados a las paredes laterales. Se trata de una estancia templada donde el cuerpo se aclimataba, sirviendo de tránsito del frío del exterior a las altas temperaturas de la cámara. 


Desde la antecámara se accede a la cámara a través de una “pedra formosa” que presenta una abertura a ras de suelo y otra en la parte superior. La pedra formosa presenta motivos decorativos en la parte superior y anterior, así como asideros labrados en un bloque de piedra adosado, que favorecían el acceso desde la antecámara a la cámara. 


La cámara es subrectangular de 2,5 X 2,1 m y al igual que sucede con la antecámara, para su construcción se emplearon grandes sillares cuadrangulares bien escuadrados y pulidos por su cara interior. Ambas estancias están cubiertas por grandes losas a dos aguas haciendo cuña y apoyadas en una profunda hendidura labrada en el remate de las paredes, lo que ayudaba a soportar el peso de la cobertura de tierra que sellaba la mayor parte de la estructura. 

Al fondo de la cámara se encuentra el  horno donde se calentaba el agua para obtener el vapor. El horno tiene unos 2 m de diámetro y planta ultrasemicircular y estaba cubierto por una falsa cúpula de 2,9 m de altura máxima y chimenea terminada en una piedra con una perforación circular por la cual salía el humo. El calor de la hoguera se transmitía a la cámara a través de una apertura entre dos jambas. 


Si bien estas saunas eran públicas, no se puede determinar si su uso era abierto a todos los habitantes o limitado para determinados grupos o familias. Aunque probablemente fueran construidos en época romana, es posible que los baños castreños fueran el resultado de la pervivencia de una tradición balnearia prerromana. La simbología religiosa de las pedras formosas lleva a algunos autores a suponer que en estos balnearios tenían lugar rituales iniciáticos de guerreros castreños, mientras que otros hipotetizan con la posibilidad de que se realizaran baños rituales de carácter medicinal, en los que se empleaban aceites, plantas y otros elementos. Este tipo de baños sanatorios, en los que intervienen el fuego, el agua y el vapor, son característicos del ámbito cultural indoeuropeo y védico.


Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.

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