viernes, 16 de noviembre de 2012

Menhir Lapa de Gargantáns (Moraña)



El término Menhir procede del galés maen hir (piedra larga), pero en Galicia recibe el nombre de Pedrafita, Pedra Alta o Pedra Longa.

En Europa existen diversos tipos de menhires: cónicos y pulidos; bastos y toscos; simples bloques naturales que han sido trabajados por el hombre en la prehistoria. La longitud de los monolitos europeos puede variar de poco más de 1 m hasta más de 12 m (la parte del menhir que está bajo tierra suele suponer 1/4-1/5 de la longitud total). En algunos casos la superficie de estos menhires presenta grabados y cazoletas y en otros aparecen piedras en la base del monolito.

En cuanto a su significado hay diversas interpretaciones: símbolos fálicos de la fertilidad; símbolos funerarios que permiten que las almas de los muertos asciendan al cielo o permanezcan junto a la comunidad de la que formaban parte; protectores de los túmulos donde reposan los restos fúnebres; límites de territorios de tribus.

La Lapa fue descubierta en 1958 por Carlos Paratcha Vázquez, maestro de Moraña, en la parroquia de San Martiño de Gargantáns y fue el primer menhir gallego adscrito de manera inequívoca al fenómeno prehistórico del megalitismo.


La Lapa se encuentra a unos 200 m del Castro de Gargantáns y durante tiempo sirvió de límite entre las parroquias de San Martiño y Santa Xusta de Moraña. Actualmente podemos ver una representación de este menhir en el escudo del ayuntamiento de Moraña.


En cuanto a su nombre, podemos decir que Lapa en gallego significa "piedra, cueva o sepulcro". El topónimo Gargantáns pudiera ser un derivado del gentilicio etrusco "ga-grant-anius" (Luis Monteagudo García).


El menhir de Gargantáns tiene forma triangular muy apuntada y base cuadrada con los lados asimétricos, uno recto y el otro convexo. Tiene un diámetro de 50 cm y su longitud total es de 235 cm, de los cuales 192 cm son visibles y los otros 43 cm están enterrados. 


Presenta una veintena de  cazoletas repartidas por todas las caras, incluso en partes que están enterradas; dos líneas serpentiformes y grabados angulares en forma de herraduras que podrían haber sido labrados en época reciente. Por lo que se refiere a la serpiente, es uno de los diseños que con mayor frecuencia aparece representado en los megalitos y casi siempre posee un desarrollo vertical.


En una de las caras, el menhir muestra una escotadura que ha sido interpretada por algunos autores como una representación del glande, relacionándolo con el aspecto fálico de los menhires y su significado vinculado con ritos de fecundidad.


En base a sus características, la Lapa de Gargantáns está datada entre el IV y mediados del III milenio a.C.

La Lapa fue derribada y vuelta a erigir en 1982 por el equipo dirigido por Antonio de la Peña Santos. Durante la excavación se observó que el menhir estaba situado sobre un rebaje realizado en la roca en la que se asentaba. Para estabilizarlo se colocaron dos bloques de piedra en su base y depositado varias piedras de menor tamaño que formaban un casquete esférico. Por eso, Peña Santos planteó que el actual menhir pudiera ser sólo una parte de otro mayor que en su día estaba emplazado en un lugar distinto y que originalmente toda su superficie había estado a la vista. Esta hipótesis parece confirmarse por el hecho de que hayan sido talladas cazoletas en partes del monolito que actualmente se encuentran enterradas. 

Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.

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