lunes, 1 de diciembre de 2025

Esculturas de jinete, toro y danza bastetana de Las Atalayuelas

 

El yacimento arqueológico de Las Atalayuelas se encuentra en el término municipal de Fuerte del Rey, en el límite con Torredelcampo, en la parte oriental de la campiña de Jaén. En las excavaciones se ha hallado un oppidum ibérico en una colina de 597 m de altitud, un santuario iberorromano y una necrópolis ibérica en el cerro El Morrón.

Uno de los restos más destacados hallados hasta el momento es el jinete o guerrero de las Atalayuelas. Se trata de un fragmento de escultura que formaba parte de la esquina derecha de un friso esculpido en altorrelieve muy profundo, que representaba una escena heroizante integrada en un monumento conmemorativo, honorífico o probablemente funerario, ya que casi todas los relieves con figuras humanas encontrada en la Península Ibérica lo han sido en contextos funerarios.

La figura está realizada en piedra arenisca de grano fino y representa a un jinete romano de caballería o a un aristócrata ibero, armado con la panoplia defensiva característica de la caballería romana republicana. La escultura fue destruida intencionadamente y luego reutilizada, por lo que actualmente sólo se conserva un fragmento de 38,5 cm de alto y 42,5 cm de largo en la base. Se puede apreciar el torso del jinete con su armadura, parte de la pierna y del brazo izquierdos, y un gran escudo circular de 37 cm de diámetro. La fina talla permite distinguir un cinturón ancho con rebordes y la armadura de malla de anillos, sin mangas, con hombreras y con una apertura rectangular en la espalda y otras triangulares en los laterales para facilitar la monta. 

Tanto por su iconografía ibérica arcaizante con influencia romana como por las armas representadas, se puede establecer que la obra fue realizada por un taller local entre el segundo cuarto del siglo II a. C. y las primeras décadas del siglo I a. C, en la época ibérica tardía y el período romano republicano temprano.

Los restos hallados en las excavaciones de Las Atalayuelas permiten establecer una cronología muy amplia de época ibérica que va del siglo VII a.C. al siglo II d.C. Parte de esta yacimiento lo constituye la necrópolis de El Morrón, donde se han encontrado siete sepulturas del siglo V a.C. y otras diez de los siglos II a.C a I d.C.

En una de las tumbas más antiguas, denominada E4-004 (siglos V-IV a.C.), se encontró un kylyx (copa de cerámica griega), urnas, cinco cuentas, un plato tapadera y un fragmento escultórico que representa una cabeza de toro.

La cabeza de toro de las Atalayuelas carece de cuernos y orejas, su morro es redondeado y se distinguen los orificios nasales. Sobre los ojos hay grabados unos pliegues, lo mismo que en el cuello, y la parte posterior de la cabeza tiene una serie de incisiones que forman un diseño en zig-zag.

Este tipo de esculturas de bóvidos solían situarse en monumentos funerarios de miembros de la artistocracia como una muestra de estatus. 

Otra pieza muy interesante hallada en Las Atalayuelas es la conocida popularmente como la “danza bastetana”. Se trata de un relieve de 30,20 cm de largo, 12,50 cm de alto y 4,30 cm de grosor, realizado en piedra caliza y datado entre los siglos II-I a.C. Representa a un grupo familiar formado por cuatro hombres y tres mujeres ordenados por género y edad, cogidos por las manos y realizando algún tipo de práctica ritual. Los adultos se sitúan en el centro y los niños en los extremos. Los hombres, a la izquierda, van vestidos con una túnica corta y cinturón, mientras que las mujeres se sitúan a la derecha y visten un traje hasta los talones y cinturón largo. Es muy destacable la representación de niños formando parte de las prácticas rituales, aunque no solos sino asociados a sus madres o al grupo familiar.

La interpretación tradicional sostiene que el relieve muestra la representación de una danza del pueblo ibero de los bastetanos, basándose en el testimonio de Estrabón: mientras beben, danzan los hombres al son de las flautas y trompetas, saltando en alto y cayendo en genuflexión. En Bastetania las mujeres bailan también mezcladas con los hombres, unidos unos y otros por las manos. Los hombres van vestidos de negro, llevando la mayoría el sagos, con el cual duermen en sus lechos de paja. Usan vasos labrados de madera, como los “keltoi”. Las mujeres llevan vestidos con adornos florales”.

Como podemos ver, en el relieve los hombres y las mujeres están separados y no mezclados, a diferencia de lo que describe Estrabón en su relato. Tampoco da la impresión de que estén bailando, sino más bien realizando un saludo ritual con los brazos y las palmas de las manos abiertas, imagen que podemos ver en numerosos exvotos ibéricos. 

Exvotos ibéricos (Altos del Castillo, Collado de los Jardínes y Cueva de la Lobera)

Parece por lo tanto más probable que nos hallemos ante un exvoto de un grupo familiar en posición orante durante un ritual de plegaria, lo cual es una escena muy rara en la iconografía antigua.


Bibliografía:

Francisca Hornos Mata. Las colecciones arqueológicas del Museo de Jaén. Ayer y hoy.

Antonio Mayorga González. Nuestros remotos antepasados: mastienos-bastetanos y fenicios.

Fernando Quesada Sánz y Carmen Rueda Galán. Las armas y el contexto del guerrero de “Las Atalayuelas” (Jaén): una escultura de época ibérica tardía/romano republicana.

Carmen Rísquez Cuenca y Manuel Molinos Molinos. Necrópolis ibéricas en el Farmm.

Carmen Rueda Galán, Antonia García Luque, Carmen Ortega Cabezudo y Carmen Rísquez Cuenca. El ámbito infantil en los espacios de culto de Cástulo (Jaén, España).


Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.


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