Melqart era la versión fenicia del dios Baal (“señor”, “amo”), cuyo culto se extendía por Asia Menor (Babilonia, Caldea, Cartago, Canaán y Sidón). Era una deidad asociada a la lluvia, el trueno, la fertilidad y también se vinculaba a rituales funerarios ya que era un dios que resucitaba tras la muerte. Los griegos asimilaron a Baal y Melqart con Herakles y los romanos con Hércules.
| Recreación de una estatua de Melqart. |
Cuando los fenicios lo adoptaron como dios principal de Tiro se convirtió también en el protector de la navegación y del comercio. El principal festejo en honor a Melqart era la égersis (despertar o resurrección), en la que se conmemoraba su muerte en la pira y su resurrección al tercer día. Su templo más importante, el Herákleion, era uno de los lugares de culto más célebres de la antigüedad y se encontraba cerca de las Columnas de Hércules, en algún punto de la costa gaditana entre El Retamar (Puerto Real) y Punta del Boquerón (San Fernando).
| Recreación de Melqart con la tiara de Osiris. |
En el verano de 1984, se realizó un dragado de arena en el Caño de Sancti-Petri en el cual apareció de manera accidental un depósito con un número considerable de esculturas de bronce, datadas en el siglo VII a.C. Muchas de ellas han desaparecido y sólo se han conservado seis que se conservan en el Museo de Cádiz y otra en la Colección Arqueológica Municipal de San Fernando. Estos bronces pueden proceder de una favissa, el pozo sagrado del santuario en el cual se enterraban los objeto de culto de la divinidad que habían quedado en desuso o habían sufrido algún tipo de deterioro.
| Plano de Sancti Petri. 1870. (Instituto Geográfico Nacional). |
Una de las estatuillas halladas en Sancti Petri está realizada en bronce elaborado a la cera perdida. Tiene una altura de 36,50 cm, una anchura máxima de 7,60 cm, una profundidad de 7 cm, un peso 2,33 Kg y está datada entre el 675 a.C. y el 601 a.C. Representa a un hombre que camina erguido hacia el frente, con la pierna izquierda adelantada y la cabeza ligeramente levantada. Viste tan sólo un faldellín que le cubre hasta la rodilla y en la cabeza lleva el atef, la tiara del dios Osiris, con plumas en los laterales y terminada en un bulto redondo en la parte superior.
En su rostro se distinguen los grandes ojos almendrados y muy salientes, nariz acusada, cejas gruesas, labios carnosos, barbilla prominente redondeada y grandes orejas. Los hombros son rectos y los brazos caen pegados a los costados, con las manos cerradas y el dedo pulgar extendido. En el torso se aprecian los pectorales, el ombligo y los abdominales. La pierna izquierda no conserva el pie, pero la derecha está completa y su pie termina en una lamina rectangular que permitía fijarla a una peana.
Esta figura apareció en aguas cercanas al islote de Sancti Petri y se considera que era una ofrenda o exvoto del templo de Melqart de Gadir, posiblemente amortizado en un pozo sagrado una vez finalizado su uso ritual. Los primeros modelos de este tipo de figuras aparecieron en Siria-Palestina-Anatolia entre los siglos XIV y XIII a.C. La figura de Sancti Petri se inspira claramente en las representaciones egipcias del tipo estatuas del “dios que golpea” (smiting god)
Otra de las estatuillas de Sancti Petri es también de bronce a la cera perdida. Sus medidas son 33,50 cm de altura, 5,50 cm de anchura máxima, 3,60 cm de profundidad y su peso es de 1,83 kg. Está datada entre el 675 a.C. y el 601 a.C.
Representa a un dios con una larga barba con tres bucles que le llega hasta el pecho. El personaje camina hacia el frente con la pierna izquierda adelantada y su única vestimenta es un ceñido faldellín decorado con un tableado y con abertura triangular, sujeto por un cinturón adornado con líneas quebradas. En la cabeza luce la labbadeh o tiara cónica alta, característica en la iconografía egipcia del dios Osiris. La estatuilla ha perdido ambos brazos, que podrían estar pegados a los lados del cuerpo o levantados en posición de ataque, como sucede en las representaciones egipcias del “dios que golpea” (smiting god).
La estatuilla es de la misma tipología que la estatua anterior, también fue encontrada en las aguas alrededor del islote de Sancti Petri e igualmente se trata de una ofrenda o exvoto del templo de Melqart de Gadir, amortizado en un pozo sagrado una vez finalizado su uso ritual.
En 1969, un marinero de Punta Umbría que faenaba en el canal del Padre Santo subió en sus redes otras dos estatuillas de bronce, que podemos afirmar con seguridad que fueron fabricadas en el mismo taller de Sancti Petri.
Una de las estatuas hallada en la ría de Huelva representa a una figura masculina realizada en bronce a la cera perdida y tiene una altura de 26,40 cm, una anchura de 4,50 cm y un peso de 786 gr. Su datación se establece entre el 800 a.C. y el 601 a.C.
La estatua representa a Melqart avanzando hacia el frenteen actitud de ataque, descalzo y con la pierna izquierda adelantada. La deidad va vestida sólo con un faldellín egipcio o shenti, ceñido con un cinturón delgado. Tiene la nariz estrecha, labios finos, mentón corto, orejas grandes y en la cabeza lleva un hedjet o corona blanca egipcia. La estatua ha perdido el brazo derecho y el izquierdo está doblado por el codo y tiene el puño cerrado, como portando una lanza o un bastón. En las plantas de los pies dispone de unos vástagos que permitían fijarla a una peana.
Esta estatuilla es prácticamente igual que una de las de Sancti Petri, salvo porque carece de barba, pero tiene la misma tiara abombada y el faldellín con incisiones verticales.
La otra estatuilla hallada en la ría de Huelva es de bronce, elaborada a la cera perdida, mide 26 cm de alto, pesa 706 g y está datada entre el 700 a.C. y el 501 a.C. Representa a una deidad masculina en actitud ceremonial que avanza descalzo con la pierna izquierda adelantada.
La cara está muy desgastada por la corrosión, pero sobre su cabeza se distingue el tocado con la corona atef con plumas laterales. Viste un faldellín egipcio o shenti con un cinturón ancho que deja a la vista el ombligo. En la mano izquierda lleva un objeto curvado que se identifica como un látigo, símbolo de autoridad, y en la mano derecha una flor de loto, alegoría de la vida y el renacer. En las plantas de sus grandes pies tiene unos vástagos inferiores para sujetarla a un soporte.
No cabe duda de que la deidad que aparece representada, tanto en el caso de Sancti Petri como en el de Huelva, es Melqart, el dios de la ciudad de Tiro que llegó a la Península Ibérica de la mano de los fenicios que fundaron Gadir. Lo que resulta más difícil de explicar es la peculiar tipología de las efigies de Melqart que adoptan los atributos del dios Osiris, como la corona blanca atef, símbolo del Señor del Alto Egipto, o la postura hierática del dios que camina entre los muertos llevando en su mano las flores que simbolizan la resurrección, ya que no es frecuente que los bronces orientales tengan unas características tan típicamente egipcias.
La realización de estas estatuas en esta zona geográfica está en clara relación con la presencia del herákeion de Melqart en Gadir. Los talleres de artesanos que fabricaban sus figuras para el templo, realizaron su propia versión de la iconografía cananita de las estatuas del “dios que golpea” (smiting god), una deidad combatiente representada en posición de ataque sosteniendo un mazo o una lanza. Se trata por lo tanto de una muestra de la actitud sincrética de la religión fenicia, que llevó a la reinterpretación local de temáticas orientales creando nuevas iconografías propias. Desde el foco del área del templo de Melqart de Gadir, este arte orientalizante tartésico se difundió a Huelva, Mérida o Itálica hasta que desapareció en la primera mitad del siglo VI a.C.
Bibliografía:
Ramón Corzo Sánchez. Sobre las primeras imágenes y la personalidad originaria de Hércules Gaditanus.
Milagros Alzaga García, Aurora Higueras-Milena Castellano, Ricardo Belizón Aragón, Antonio M. Sáez Romero, Eduardo Ferrer Albelda, Francisco José García Fernández. El santuario de Melqart/Hércules gaditano. De la leyenda a la investigación actual.
Carmen Ramírez Cañas, Antonio M. Sáez Romero, Ricardo Belizón Aragón, Eduardo Ferrer Albelda, Francisco José García Fernández, José Luis Ramos Soldado. El islote de Sancti Petri y el templo de Melqart/Hércules gaditano. Consideraciones a partir de la revisión de su secuencia arquelógica
Red Digital de Colecciones de Museos de España.
Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.
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