El castillo de Jarandilla se encuentra en la parte central de la Vera de Cáceres, a unos cincuenta kilómetros de Plasencia.
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Castillo de Jarandilla |
De estilo gótico y planta cuadrangular, está construido en mampostería y
sillería de granito y originalmente disponía de muralla, foso y puente
levadizo.
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Puerta de acceso con torres de defensa |
Cada una de las cuatro esquinas del recinto está protegida por una
torre, dos de las cuales son cuadradas y más grandes, y las otras dos de menor tamaño y circulares. La torre
del homenaje carece de almenas y está rematada por una cornisa con matacanes.
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Castillo de Jarandilla (detalle de las torres) |
Además de estos recursos defensivos, el castillo fue dotado de las
instalaciones y espacios necesarios para que la vida en su interior fuera
confortable, de modo que puede ser considerado como un palacio.
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Corredor porticado en las dependencias principales |
En la puerta de entrada se conserva el escudo con el águila bicéfala del
Emperador Carlos V.
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Entrada al castillo y escudo de Carlos V |
En la parte norte, entre las dos torres prismáticas, se encuentran las
dependencias principales y el patio central.
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Patio central |
El patio central presenta un corredor porticado de dos pisos con
barandilla, de estilo gótico con influencias renacentistas.
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Patio central y corredor porticado |
En el patio de armas también podemos ver el escudo de los Álvarez de
Toledo.
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Escudo de los Álvarez de Toledo |
En 1808 el castillo de Jarandilla fue expoliado y prácticamente destruido
por las tropas napoleónicas, las cuales realizaron una verdadera depredación
del patrimonio artístico, en un intento vano por extinguir la identidad
cultural española.
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Detalle del corredor renacentista |
Actualmente el castillo de Jarandilla está perfectamente rehabilitado y
desde 1966 se ha reutilizado como Parador Nacional de Turismo Carlos I.
Historia:
En el
año 1186 el rey Alfonso VIII de Castilla
fundó la ciudad de Plasencia, concebida como una fortaleza militar de la cual dependía
Jarandilla de la Vera, cuya defensa se encomendó a la Orden del Temple, los
cuales levantaron una fortaleza. En 1312 la Orden del Temple fue disuelta y
Jarandilla pasó a depender directamente de Alfonso
XI de Castilla. A Alfonso XI le sucedió Pedro
I “el cruel” o “el justiciero”,
quien murió asesinado por Enrique de
Trastámara “el fratricida”, el cual subió al trono en 1369 como Enrique II de Castilla.
Enrique
II concedió los señoríos de Oropesa y Jarandilla a García Álvarez de Toledo. A partir de este momento, el señorío de
Jarandilla estuvo siempre vinculado a la familia Álvarez de Toledo, pasando
finalmente a depender del condado de Oropesa. Será Fernando Álvarez de Toledo y Herrera, IV señor de Oropesa y
Jarandilla, quien en 1447 inicie la construcción del castillo actual. De su
matrimonio con doña Leonor de Zúñiga
nació su hijo Fernando Álvarez de Toledo
y Zúñiga, quien en 1475 fue nombrado I Conde de Oropesa por la reina Isabel I de Castilla.
Desde
el 12 de noviembre de 1556 hasta el 3 de Febrero de 1557, Fernando Álvarez de Toledo y Figueroa, III Conde de Oropesa y señor
de Jarandilla, alojó en el castillo a Carlos
I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, mientras se habilitaban
sus aposentos para su retiro definitivo en el monasterio de Yuste.
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Carlos V a caballo en Mühlberg por Tiziano |
El viaje del Emperador fue dificultoso debido a la orografía del terreno y en algunos tramos tuvo que ser transportado a hombros por los habitantes de la comarca. Durante el tiempo en el que Carlos I habitó en el castillo, Jarandilla pasó a ser un lugar sumamente conocido e importante en toda la Península.
El 8
de marzo de 1599, Felipe III concedió el marquesado de Jarandilla a Fernando
Álvarez de Toledo Portugal, V conde Oropesa.
Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.
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