domingo, 29 de enero de 2023

Poblado Ibero de Puig Castellet

El poblado ibero de Puig Castellet se encuentra en Lloret de Mar (Gerona),  en un cerro de la cordillera litoral a 197 m de altitud.

Situado en una suave pendiente en la vertiente NO de la colina, desde el poblado se domina una amplia panorámica de la costa, desde la desembocadura de Tordera hasta la playa de Lloret, así como del interior. 


Tiene planta pentagonal de unos 650 m2, con un perímetro amurallado en tres de sus lados, y entrada en el lado E.


En el interior, adosadas a la muralla, se han hallado once construcciones rectangulares que disponen de hasta tres estancias.


En el centro hay un espacio abierto donde se ubican los pozos, las recogidas de aguas, pozas de desechos, silos para los cereales, un horno y las calles de comunicación entre los distintos espacios. 


Durante el período del Bronce Final y la primera Edad del Hierro esta zona estaba habitada por los indiketes, una tribu ibera asentada en el territorio del golfo de Roses hasta Ampurias, en la actual Gerona.

Al igual que los otros pueblos iberos, los indiketes compartían una cultura indígena con influencias indoeuropeas y su economía se basaba en la ganadería, la agricultura, la producción textil y cerámica.

En el 575 a.C. los foceos se establecieron en una isla frente a la costa de los que hoy es San Martín de Empúries y fundaron Paleópolis. Los foceos eran un  pueblo de navegantes y comerciantes griegos procedentes de Massalia (Marsella), que buscaban un refugio o una escala para las naves massaliotas en sus viajes hacia el sudeste. Se establecieran en la costa de Ampurias no por motivos comerciales, puesto que la región era pobre y sus habitantes eran gente poco civilizada que carecía de bienes de especial valor, sino para hacer una escala en su ruta del SO de la Península Ibérica hacia Tartesos.


Lo que en principio fue una pequeña factoría griega experimentó un fuerte crecimiento demográfico con la llegada de oleadas de habitantes de las colonias griegas del sur o de la colonia de Alalia (Córcega), que venían huyendo de los cartagineses. Para albergar a los nuevos colonos, los foceos fundaron en el 550 a.C una ciudad bien urbanizada de varios miles de habitantes, la Neápolis (ciudad nueva), situada en tierra firme frente a Paleópolis. En el siglo IV a.C la ciudad ya era conocida como Emporion y vivió un período de gran prosperidad gracias al comercio, convirtiéndose en la mayor colonia griega en la Península Ibérica.


Este comercio con fenicios y griegos supuso el enriquecimiento de las élites indígenas y una estratificación social de sus comunidades. La aristocracia local buscaba aumentar su prestigio social adquiriendo productos de lujo como joyas, perfumes y cerámicas pintadas.

En el siglo III a.C. el comercio de Emporion se vio amenazado por la llegada de los cartagineses, por lo que los emporitanos acudieron a Roma en busca de ayuda. La ciudad fue una firme aliada de Roma durante la Segunda Guerra Púnica.

El poblado de Puig Castellet, cuya función era de vigilancia y defensiva, fue ocupado por los guerreros indiketes y sus familias durante un breve período de tiempo, entre 275 y 225 a.C.


El poblado fue abandonado una vez que las tropas romanas de Publio Cornelio Escipión “el Africano” se hicieron con el control del territorio.

Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.

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