Cáparra es una antigua ciudad romana situada
entre los términos municipales de Guijo de Granadilla y Oliva de Plasencia, al
N de la provincia de Cáceres. Se encuentra a 405 m de altitud en un valle por
el que discurre el río Ambroz hacia su desembocadura en el río Alagón, a unos 2
km.
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Arco tetrápilo de Cáparra. |
El
topónimo “Cáparra” no es de origen
latino sino que probablemente su etimología proceda de los pueblos vettones (Kaparra) o lusitanos (Kapasa), que habitaban la zona cuando
llegaron los romanos. Estos indígenas caperenses habitaban en los castros de la
sierra de Plasencia (Navalonguilla, Navamediana, El Gordo y Cabezabellosa) y
algunos de ellos se trasladaron a este nuevo enclave romano en el siglo I a.C.
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Plano de la ciudad de Cáparra. |
Al
principio Cáparra fue una mansión situada en la calzada romana Iter ab Emerita Asturicam, que unía
Augusta Emerita (Mérida) con Asturica Augusta (Astorga) y que actualmente
conocemos como Vía de la Plata.
A
principios del siglo I d.C. Cáparra ya era una civitatis stipendiariae que estaba
obligada a pagar tributos a Roma. Plinio, en el año 73-74 d.C, cita a
los caperenses como estipendiarios de la Lusitania: “Entre los estipendiarios, aquellos que podrían citarse sin dificultad, aparte los que llevan
el mismo nombre que otros ya citados en
la Baetica, son: augustobrigenses, aeminienses,
aranditani, arabricenses, lsenses,
caesarobrigenses, caperenses, caurienses,
colarni, cibilitani, concordienses, elbocori,
interannienses, lancienses, mirobrigenses, llamados celtici;
medubrigenses, conocidos como plumbari; ocelenses, turduli, a su vez
bardili, y los tapori”.
La economía de
Cáparra se basaba en el cultivo del olivar, la vid, cereales, en la ganadería
principalmente bovina y caprina y en la avicultura. También había algunas
explotaciones mineras de las que se extraía estaño, hierro y algo de plata.
Tras la muerte de Nerón, durante
el gobierno del emperador Vespasiano (69-79 d.C), Cáparra se convirtió en
municipio (municipio flavium caparensis),
adscrito a la tribu Quirina, una de las treinta y cinco tribus romanas y que
fue elegida por Vespasiano para asignar a los hispanos que accedían a la
ciudadanía romana.
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Miliario 105 (Nerón César hijo del Divino Augusto) |
A
partir de ese momento, en el siglo I d.C, los habitantes de Cáparra emprendieron
importantes obras de urbanismo para convertirla en una ciudad de tamaño medio
con una superficie de 12-14 hectáreas.
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Maqueta de la ciudad de Cáparra. |
De todos los monumentos construidos en
el siglo I d.C destaca el arco tetrápilo que hoy en día es el icono de este
enclave. Está situado en el centro de la ciudad, en las
puertas del foro y en la intersección del kardo y el decumanus, que discurría a
través de él. El lugar central donde se erigió se denominaba mundus y en él se situaba la groma, instrumento topográfico usado
para trazar los dos ejes principales de la ciudad. Está construido con
sillería de granito y núcleo de cal y canto. Mide 13 m y la altura de los arcos
es el doble que la anchura.
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Arco tetrápilo. |
Este tipo de arco tetrápilo es el único conocido en la Península y originalmente
estaba pintado de rojo. Su construcción fue financiada por un rico ciudadano
llamado Marcus Fidius, quien lo
dedicó a la memoria de sus padres, Bolosea
y Fidius, en una inscripción en la
fachada SO.
El
decumanus era el eje principal de la ciudad y su trazado coincidía con el de la
Vía de la Plata. Era la calle más ancha y mejor cuidada, donde se situaban las
casas más lujosas con pórticos delante de las fachadas, que estaban separados
de la calzada por un muro en el que se apoyaban las columnas. La calzada tenía un
anchura de 4,5 m y estaba formada por tres capas: una inferior de guijarros,
otra de piedra pequeña y ladrillo triturado y la superior o de tránsito de
piedras de granito y cubierta con losas también de granito. En su parte central
estaba ligeramente abombada para evacuar el agua y evitar encharcamientos. En
el decumanus transcurría la actividad comercial de la ciudad, en sus numerosas
tiendas o tabernae.
Actualmente
los restos de la domus ocupan una manzana de 1.100 m2 y su fachada se encuentra
en la zona porticada del decumanus minor,
junto a las termas públicas. En esta fachada se situaban dos tabernae o locales comerciales. Los
materiales constructivos de la fachada son de mampostería y sillares de
granito, mientras que el interior de la vivienda es menos sólida y los suelos
de todas las habitaciones eran de arcilla. En la parte posterior de la vivienda
había un hortus o jardín.
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Domus y tabernae. |
También
en el siglo I d.C se erige el foro de
la ciudad, en una posición central y confluyendo en su entrada el kardo (calle
con orientación N-S) y el decumanus (orientación E-O).
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Kardo maximus |
El foro tenía planta
rectangular y estaba cubierto con losas de granito. A la izquierda estaba la basílica donde se administraba justicia
y en su pórtico se mostraban las estatuas de personajes importantes. En el lado
opuesto estaba la curia, donde se
reunían los ciudadanos que formaban el senado.
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Foro. |
Las similitudes entre el
foro de Cáparra y el de Conimbriga (Coimbra) son tan grandes, que incluso se
cree que ambos fueron trazados a partir de los mismos planos.
Junto al arco y haciendo
esquina con el kardo y el decumanus, se construyeron las únicas
termas que hasta el momento se conocen y que posteriormente fueron remodeladas
y ampliadas. Se cree que el agua llegaba a las termas desde un pequeño embalse
situado al S de la ciudad.
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Termas. |
La
ciudad estaba rodeada en principio por un muro que posteriormente fue reforzado
con una muralla de 4 m de alto y 3,20 m de ancho, construida en granito y
rellena en su interior con tierra y piedras. Tenía tres puertas principales
situadas al NE, SO y SE. La puerta SE se hallaba en el decumanus maximus, tenía más de 4 m de ancho y a ambos lados estaba guardada por dos torres de planta cuadrangular rematadas en semicírculo, donde
se situaba la guardia.
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Torreón de la puerta SE. |
La entrada tenía una puerta de madera de doble hoja con
verja de hierro, y se cerraba de dentro a fuera. La puerta SO tenía dos torreones defensivos semicirculares incrustados en la muralla.
El anfiteatro se construyó a finales
del siglo I d.C fuera del recinto urbano, junto a la entrada SE. En estas
ciudades rurales el anfiteatro era un edificio poco robusto con un graderío de
madera, situado sobre un terraplen reforzado con un doble muro de piedra cuya
parte interior era el podium, que
separaba el graderío de la arena.
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Anfiteatro |
Se
han hallado restos de lo que podría ser el templo dedicado a la tríada
capitolina (Júpiter, Juno y Minerva). Además, la ciudad contaba con tres necrópolis.
En las primeras épocas los cadáveres eran incinerados pero a partir del siglo
II d.C se fueron inhumando, práctica que se generalizó en el siglo III.
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Necrópolis |
Durante
los siglos III-IV d.C, Cáparra fue perdiendo población y cayó en una dinámica de
crisis y deterioro que se acentuó en la Edad Media, debido a un drástico
descenso del comercio y la actividad económica. Al finalizar la reconquista
será Plasencia el núcleo de referencia en la comarca, lo que llevó al total
abandono de Cáparra y a reemplazar este tramo de la Vía de la Plata por otras
rutas alternativas. En los siglos siguientes tan sólo permanecieron unas
posadas de camino conocidas como “ventas de Cáparra” y una vez finalizada la
guerra de independencia, a comienzos del siglo XIX, se produjo el abandono
total y definitivo.
Bibliografía:
Jaime Rio-Miranda Alcón: La ciudad
romana de Cáparra. Municipium Flavium Caparense.
Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna.
Excelente reportaje. Didáctico e informativo. Una pena no haberlo visto antes de mi visita el año pasado. Enhorabuena. Un abrazo
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