viernes, 11 de julio de 2025

Esculturas de león y loba de Cerro de los Molinillos

 

El Cerro de los Molinillos se encuentra a unos 11 km al NE de Baena, al S del río Guadajoz, situado estratégicamente en la ruta que comunicaba Castulo con Hispalis y por la que circulaban materias primas y mercancías. El asentamiento se emplazó sobre esta gran meseta de unos 600 m de largo y unos 200 m de ancho y su primera población probablemente tuvo lugar en la Edad del Cobre, aunque los restos más antiguos hallados corresponden al período del Bronce Final. Es posible que la muralla que servía de defensa a este oppdium se construyera alrededor del siglo VI a.C, dentro del llamado Período Orientalizante, momento en el que el asentamiento alcanzó su mayor apogeo.

Entre los restos hallados en las excavaciones arqueológicas destacan especialmente las esculturas de dos leones y de una loba con su cría.

La escultura del león o leona está realizada en piedra caliza de coloración blanca-amarillenta y sus dimensiones son 114,5 cm de largo, 61 cm de alto y 23 cm de ancho. El felino está tumbado sobre sus patas, de las cuales sólo se conservan las traseras. 

En su cabeza, girada hacia la derecha, se aprecian los grandes ojos ovalados, las orejas redondeadas levantadas, los bigotes y la boca entreabierta con la lengua de fuera, mostrando los dientes y colmillos. La melena cubre el dorso hasta el final de la espalda. También se distingue la cola, situada bajo el vientre del animal. 

El felino está tumbado sobre sus patas, de las cuales sólo se conservan las traseras y también se distingue la cola, situada bajo el vientre del animal. 

Esta escultura se conserva en el Museo Ibero de Jaén y tiene una pareja que actualmente está en el Museo Arqueológico de Baena. Ambas estatuas debieron estar situadas a la entrada de un edificio y tendrían un carácter apotropaico, como elementos rituales sagrados cuya finalidad era alejar el mal. La datación de la pareja de leones/as se establece alrededor del siglo IV a.C.

La escultura de la loba amamantando a su cría también fue tallada en piedra caliza blanca, siendo sus medidas 68 cm de largo, 96 cm de alto y 35 cm de ancho.

La loba está erguida, sentada sobre sus patas traseras mientras amamanta a su cría. Los poderosos biceps femorales de las extremidades posteriores contrastan con las delgadas extremidades anteriores que están estiradas. La garra de la pata delantera derecha está sobre el cadáver de una oveja o cabra joven que carece de cabeza.

La cara de la loba mira al frente con una expresión terrorífica, con la boca abierta y replegando la piel de la mandíbula superior para dejar al descubierto sus potentes colmillos.

Las orejas están erguidas con las puntas echadas hacia atrás y los ojos son ovalados y fueron vaciados para poder incrustar una piedra o un vidrio, lo que seguramente le conferiría un aspecto aún más salvaje y horrible.

La actitud de fiereza de la loba y la presencia del joven animal que yace muerto, contrastan con la imagen del lobezno mamando de su madre, en una clara representación del ciclo natural de la vida y la muerte.

La escultura de la loba está datada en el siglo III a.C. y fue encontrada fuera de su contexto arqueológico, lo mismo que la estatua del león. Se supone que originalmente ambas formaban parte de una necrópolis ibera y que su función era señalar los emplazamientos funerarios y servir de protección a los difuntos, alejando el mal.



Bibliografía:

Chapa, Teresa; Vallejo, Ícaro; Martínez Navarrete, María Isabel; Ceprián, Bautista; Rodero, Alicia; Pereira, Juan: El trabajo de los escultores ibéricos: un ejemplo de Porcuna (Jaén).

Chapa, Teresa; Alba, Miriam; González Reyero, Susana. Los leones de El Macalón (Nerpio, Albacete). Monumento, ideología y control territorial en la formación del mundo ibérico.

García-Gelabert Pérez, María Paz y Blázquez Martínez, José María. El significado del ciervo entre los pueblos protohistóricos de la Península Ibérica.

Morena López, José Antonio. El poblado y la necrópolis norte del Cerro de Los Molinillos (Baena. Córdoba). Estado actual de la investigación.

Morena López, José Antonio. Ciudades antiguas del Valle del Guadajoz. El oppidum ignotum del Cerro de Los Molinillos (Baena).

Olmos, Ricardo. Los príncipes esculpidos de Porcuna (Jaén): una aproximación de la naturaleza y de la historia.

Olmos, Ricardo. Los grupos escultóricos del Cerrillo Blanco de Porcuna (Jaén). Un ensayo de lectura iconográfica convergente.

Rísquez Cuenca, Carmen: Necrópolis ibéricas en el Fondo Arqueológico Ricardo Marsal Monzón.


Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.