Actualmente, el castro mide unos 200 m en su eje E-O y 150 m en el eje N-S. El recinto es de forma elíptica, con amplias terrazas al O y un ancho foso al E excavado en la roca.
El foso medía 18 m de altura y 10 m de ancho y servía de protección en el lugar en el que el acceso era más sencillo y por el que actualmente pasa la pista que conduce al castro. Además, el castro disponía de dos murallas que lo rodeaban y cuyo grosor varía de 5,5 a 1,5 m, con una altura de 2 a 5 m.
También se ha relacionado el petroglifo del castro de Troña con la
presencia de los sefes, un pueblo que debe su nombre a la raíz
indoeuropea “saeph” (serpiente), y al que los romanos denominaban por
este apelativo ya que en sus escudos estaba representada la efigie de este
reptil.
En la excavación de 1982 dirigida por Hidalgo Cuñarro se realizó la datación del carbono 14 para la zona estudiada y se estableció una antigüedad del 275 a.C. En esa excavación se hallaron numerosos restos de cerámica de los siglos III a I a.C, algunos de los cuales son muy semejantes a otros encontrados en Numancia y fechados en el 133 a.C. Es de señalar la presencia de motivos decorativos de tipo estampillado, muy similares a los característicos de la Bretaña de los siglos III a I a.C. También se halló una cuenta de pasta vítrea azul proveniente del comercio marítimo o romano, objetos de bronce, como una cuenta de collar o pulsera del final de la Edad del Bronce o principios de la Edad del Hierro, así como los fragmentos de unos pendientes acampanados de los siglos V a IV a.C.
Estos restos demuestran, una vez más, que los castros formaban parte de una compleja red de asentamientos donde se desarrollaban relaciones comerciales y culturales con lugares muy alejados, tanto de la órbita atlántica como de la mediterránea.
Un aspecto muy destacable del castro da Troña son las insculturas grabadas en una roca que servía de base a una construcción castreña y en la que se aprecian figuras ovales y líneas rectas. Pero sobre todo destaca el hallazgo de un petroglifo en la acrópolis del castro, que representa la figura de una serpiente en posición heráldica.
Son varias las posibles interpretaciones de este grabado. Autores
como Bouza Brey y López Cuevillas postularon
la existencia de un culto ofiolátrico anterior a la llegada de la
influencia indoeuropea, lo que vendría avalado por la representación de
serpientes en megalitos, petroglifos, joyas y estelas.
También se ha relacionado el petroglifo del castro de Troña con la presencia de los sefes, un pueblo que debe su nombre a la raíz indoeuropea “saeph” (serpiente), y al que los romanos denominaban por este apelativo ya que en sus escudos estaba representada la efigie de este reptil.
Bosch Gimpera sostiene que sobre el 650-600 a.C llegó a la Península una oleada de pueblos indoeuropeos, entre los que estarían los sefes, turones y nemetes. Los sefes habitaban las riberas del Rhin hasta que tuvieron que desplazarse debido a la presión que ejercían las tribus germanas. Según Bosch Gimpera, alrededor del 600 a.C. llegaron a la Meseta y continuaron hacia el O para instalarse en el valle del Coa (Vilanova de Foz), N de la Serra da Estrela y costa N de Portugal, así como en el S de Galicia a orillas del Miño.
La tercera interpretación que se ha planteado se basa en la presencia confirmada, en la zona costera del SO de Galicia, de navegantes fenicios que trajeron consigo nuevas creencias y mitos. No lejos del castro de Troña, a 50 km en la costa de A Guarda, se encuentra el castro de Santa Trega, un importantísimo emporion que importó una enorme cantidad de material procedente del comercio con los pueblos de navegantes mediterráneos. Desde Santa Trega estos materiales mediterráneos se distribuían por la zona y a otros castros, como el de Troña.
El castro de Troña se encuentra en esta área de influencia fenicia, por lo que es más que probable que estas comunidades galaicas entraran en contacto con la mitología púnica y especialmente con el culto a la diosa Astarté, a la que se suele representar con dos serpientes, una en cada mano. En la mitología fenicia también aparece la serpiente dragón alada de dos cabezas llamada Cronos Olam.
https://oestrymnio.blogspot.com/2013/10/castros-de-penalba-y-trona-el-culto-la.html
Bibliografía:
Luis Pericot García y Florentino López Cuevillas.Excavaciones en la citania de Troña.
José Manuel Hidalgo Cuñarro. Excavaciones arqueológicas en el Castro de Troña. Campañas 1984-1986.
José Manuel Hidalgo Cuñarro y Eugenio Rodríguez Puentes. Dos modelos de hábitat castreño: castro de Troña y castro de Fozara.
Florentino López
Cuevillas. Un barrio inédito del castro de Troña.
Florentino López Cuevillas y Fermín Bouza Brey. Os oestrimnios, os saefes e a ofiolatría en Galicia.
Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.
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