domingo, 28 de abril de 2024

Castro de San Cibrán de Las

El oppidum de San Cibrán de Las se encuentra en el límite entre los ayuntamientos orensanos de San Amaro y Punxín (parroquia de San Xoán de Ourantes). Situado sobre unos afloramientos graníticos a unos 473 m de altitud, desde el castro de San Cibrán de Las se domina la margen derecha de la cuenca media del río Miño de Ourense a Ribadavia, el valle del Barbantiño y del Arenteiro y las montañas de la vertiente S de la Serra do Faro.

Las últimas excavaciones parecen indicar que en este lugar se realizaban asambleas religiosas mucho tiempo antes de que en el siglo II a.C se fundara el oppidum, cuyo nombre original era Lansbricae y que estuvo ininterrumpidamente habitado hasta el siglo II d.C.
Las murallas del castro delimitan una superficie interior de cerca de diez hectáreas, lo que lo convierte en uno de los mayores del NO de la Península Ibérica.

Las grandes citanias del NO peninsular fueron construidas siguiendo un “proto-urbanismo castreño de influencia mediterránea” (Sande Lemos),  característico de la Segunda Edad de Hierro (entre el siglo II a.C y la campaña militar de Decimus Junius Brutus en 137 a.C). 
Algunos autores lo interpretan como una muestra de la influencia romana, mientras que para otros es el resultado de los contactos existentes con los ámbitos iberos y púnicos.
En la acrópolis (croa) se realizaban las ceremonias religiosas y se situaban las viviendas en las que residía la aristocracia que gobernaba el castro.

Este recinto superior era un pequeño castro en sí mismo y estaba rodeado por una muralla de 3-4 m de altura con puertas al E y O.
Todo el perímetro del oppidum está rodeado por una segunda muralla con líneas de refuerzo paralelas en las puertas. 

En la puerta O se construyó una tercera línea de muralla y en la zona S existía una cuarta.
Todas las entradas contaban con puertas defendidas por cuerpos de guardia y torreones.

Tanto la muralla que protege la acrópolis como la muralla exterior cuentan con escaleras para la ronda de guardia, que permitían un acceso fácil y rápido desde el interior a la parte superior de la defensa.
La zona destinada para las viviendas se dividió en unas 200-240 parcelas de superficie similar, lo que muestra que la construcción del oppidum se realizó siguiendo desde el principio un diseño urbanístico.
De la puerta E de la segunda muralla parte una calle principal empedrada que conduce directamente a las puertas de la acrópolis.

Por el lado O de la segunda muralla se abre otra puerta que da acceso al recinto.
Desde esta puerta otra calle empedrada sube hacia la muralla de la acrópolis.
De estas dos vías principales parten calles radiales que llevan a los distintos grupos de viviendas.

El castro contaba de varios aljibes para el abastecimiento de agua.

Muy cerca de la puerta E hay un aljibe que aprovecha una fuente natural y al que se accedía a través de unas escaleras.

Las unidades habitacionales están formadas por varias dependencias que daban a un patio común y en las que se situaban el hogar con la cocina, el almacén y el taller.
En las excavaciones se han encontrado diversos elementos arquitectónicos decorativos como trisqueles y rosáceas.

Otros elementos hallados son los amarraderos de granito para los caballos.

En las excavaciones realizadas en 2023 se halló, cerca de la puerta O, un cipo de granito que probablemente se erguía verticalmente sobre una plataforma y que presenta inscripciones latinas en sus dos caras.

En una cara se lee NA/BA y se interpreta como una dedicatoria a la diosa indígena Nabia.

En la otra cara puede leerse la inscripción ABI/ONE y existen dudas sobre cómo puede interpretarse su significado. Puede que Abione sea un epíteto que proceda de la raíz indoeuropea “ab” (agua), o que también se trate de una divinidad cuyo nombre esté relacionado con algún hidrónimo.
En la campaña de excavación realizada en 2004 se encontró una escultura antropomorfa de bulto redondo, la cual fue reutilizada como material de construcción en la base del muro divisorio de una vivienda cerca de la puerta E de la muralla exterior.
Se trata de una escultura de época prerromana, muy tosca y arcaica, en la que sólo se aprecia la cara y los brazos doblados con las manos reposando sobre el vientre. La estatua, que se encuentra en el Museo Arqueológico de Ourense, ha sido interpretada como una deidad femenina vinculada a ritos relacionados con la fertilidad.

El oppidum de San Cibrán de Las fue abandonado a partir del siglo II d.C, pero en las sucesivas excavaciones arqueológicas se ha encontrado un tesorillo de diecinueve monedas romanas de los siglos III-IV y se ha confirmado una utilización tardía en época medieval (siglo VII), hasta el derrumbe de la muralla en el siglo XI.



Bibliografía:

Yolanda Álvarez González, Luis López González, Manuel Ferenández-Götz, Marco García Quintela. El oppidum de San Cibrán de Las y el papel de la religión en los procesos de centralización en la Edad de Hierro.

Yolanda Álvarez González, Luis López González, Miguel Ángel López Marcos. Definición y recuperación de estructuras en el castro de San Cibrán de Las.

Yolanda Álvarez González, Luis López González, Miguel Ángel López Marcos, Pedro López Barja de Quiroga. Dos inscripciones inéditas del castro de San Cibrán de Las.


Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.


No hay comentarios:

Publicar un comentario