miércoles, 21 de junio de 2023

Cibdá de Armea y Cripta de Os Fornos

 

Cibdá de Armea

La Cibdá de Armea es un poblamiento galaico-romano del siglo I d.C situado en el monte de las Muradellas o de los Pendóns, en la parroquia de Santa Mariña de Augas Santas (Allariz, Ourense).

Este asentamiento de época romana tiene unas dimensiones aproximadas de 357 m en el eje N-S y 169 m en el eje E-O.

Originalmente se ubicaba cerca de una derivación de la Vía XVIII del itinerario de Antonino, que iba desde Xinzo de Limia (Forum Limicorum) hacia el valle de Rabeda en dirección a Ourense (Auria), pasando por Allariz, Roiriz, Turzás y Santa Mariña de Augas Santas.

En las diversas excavaciones realizadas se han descubierto los restos de una gran vivienda ocupada entre los siglos II y III d.C, que fue construida sobre una vivienda anterior también de carácter romano, de época de Augusto (siglo I d.C.). Esta gran domus probablemente fue el centro desde el cual se administraba el territorio que iba desde el valle de Rabeda hasta la sierra de San Mamede.
La vivienda tenía muros de piedra sin labrar asentados sobre la propia roca que previamente había sido nivelada. Disponía de nueve estancias a distintas alturas, que se comunicaban entre sí mediante escaleras y corredores.
La entrada se encontraba frente al camino mientras que en el nivel superior estaban la cocina y dos almacenes. El techo era de teja y en la base había una serie de canales para la evacuación de las aguas.

Las diversas excavaciones realizadas en la Cibdá de Armea han puesto al descubierto gran variedad de elementos arquitectónicos, como columnas, fustes y capiteles.
Todas las edificaciones corresponden al período romano, siendo las más antiguas del siglo I d.C, las cuales se reutilizaron para la construcción de las distintas domus visibles actualmente.
Existe también una pequeña forja excavada en la roca, utilizada para fraguar las herramientas de metal empleadas en la construcción de las viviendas y demás labores de cantería, así como una pía cavada en otra roca y que probablemente fuera un lagar donde se prensaba aceite o vino.
Entre los objetos recuperados hay cerámicas, bronces, vidrios, una aguja de bronce, un hijo de oro y un colgante de piedra pulida. 
Si bien no se han encontrado ningún resto castreño, cerca del yacimiento de la Cibdá de Armea se hallaron dos estatuas de guerreros galaicos datadas en el siglo I d.C, en época Julio/Claudia.
La estatua del Guerrero I fue descubierta por Conde Valvís, el cual recuerda que siendo niño la veía junto con otra formando pareja en la baranda de la solana de una casa en Outeiro de Laxe. Años más tarde localizó ambas y ésta en concreto era utilizada como tapadera en un canal de agua, lo que ocasionó que se erosionara la zona inferior de la espalda. Se conocen referencias de los lugareños acerca de que, antiguamente, los niños solían jugar con una cabeza de piedra perdida en la actualidad y que posiblemente perteneciera a esta escultura.
Realizada en granito, actualmente sólo se conserva el torso cortado justo por debajo del cinturón y sus medidas son 70 de alto, 55 de anchura en los hombros y 36 cm de grosor. Viste una prenda de media manga o coraza que acaba por encima de los brazaletes de cuatro toros que luce en ambos bicéps. Está ceñida por un cinturón de 6 cm de ancho formado por dos baquetones o toros lisos paralelos. Tiene los brazos pegados al cuerpo, aunque el izquierdo está mutilado justo por debajo de los brazaletes. Se distinguen los dedos de la mano derecha, la cual descansa sobre el escudo redondo o caetra, liso y con umbo, mientras empuña una espada de hoja ancha y larga de mango rematado en pomo redondo, que sostiene en posición vertical contra el pecho.

La otra estatua del Guerrero II también apareció cerca de la Cibdá de Armea, partida en varios trozos y formando parte del paramento de una casa.

 

Basílica de la Ascensión y Cripta de Os Fornos

A escasos metros de la Cibdá de Armea se encuentran la Basílica de la Ascensión y la Cripta de Os Fornos, en una terraza posiblemente de origen antrópico situada en una pequeña vaguada por la que discurre el regato de O Regueiriño.

La Cripta de Os Fornos ha sufrido diversas reformas y modificaciones a través de los siglos. Originalmente debió tratarse de un baño o sauna asociada al período de ocupación de la Cibdá de Armea, de la que se conservan la pedra formosa y el depósito del agua.

Este tipo de saunas fueron construidas en tiempos de la ocupación romana, pero autores como Almagro y Moltó, aceptando esta datación, plantean que estos balnearios fueron el resultado de la pervivencia de una tradición prerromana relacionada con los ritos iniciáticos de guerreros galaicos.

Una vez que el cristianismo pasó a ser la religión oficial del Imperio romano, la sauna de la Cibdá de Armea se convirtió en un lugar de culto dedicado a Santa Mariña. Según cuenta la leyenda cristiana, Mariña era hija de Theudio, gobernador y sacerdote pagano de Xinzo a principios del siglo II d.C. La madre de Mariña murió al poco de nacer y la niña fue educada por una criada cristiana que la bautizó, lo que provocó el enfado de su padre el cual la abandonó. Años después el emperador Adriano envió a Galicia un prefecto llamado Olibrio, el cual casualmente se topó con Mariña que en ese momento tenía quince años. La joven estaba pastoreando el ganado y Olibrio quedó impresionado por su belleza, por lo que intentó seducirla pero ella lo rechazó. El prefecto romano mandó prenderla y Mariña fue enviada a Armea, donde fue torturada y posteriormente quemada en el Forno da Santa, pero como su cuerpo no ardía, sus captores la decapitaron en julio del año 138 d.C.

Durante la Alta Edad Media y dentro del proceso de cristianización del monumento, se realizó una profunda modificación de todo el conjunto. Sobre el balneario primitivo se construyó una estancia rectangular delante del horno y se reutilizó la pedra formosa, moviéndola de su ubicación original y abriendo una puerta con arco de medio punto a cuyos lados aparecen talladas en relieve lo que podrían ser dos serpientes.

Detrás de la pedra formosa hay una estancia que entre los siglos X y XII se cubrió con una bóveda de cañón de medio punto en sillería de granito, característica de los monumentos del románico gallego. Al fondo del todo se encuentra el horno, en una pequeña cámara con falsa cúpula rematada por una losa con un agujero a modo de chimenea.

Sobre todo este conjunto, entre finales del s. XIII y principios del XIV se comenzó a erigir la Basílica de la Ascensión, con una nave de tres tramos y ábside rectangular, la cual fue abandonada antes de finalizar su construcción.

Durante los siglos posteriores y coincidiendo con un interés creciente por la leyenda de la santa, se realizaron mantenimientos periódicos de la cripta, como reposiciones de los morteros de junta en los siglos XVI y XVII.

 

Bibliografía:

Rebeca Blanco Rotea, Patricia Mañana Borrazás, Cristina Mato Fresán, Alberto Rodríguez Costas. La Basílica de la Ascensión y Os Fornos (Allariz. Ourense).

Rebeca Blanco Rotea, Sonia García Rodríguez, Cristina Mato Fresán, Jorge Sanjurjo Sánchez. La basílica da Ascensión y os fornos (Allariz, Ourense) y la cristianización de la arquitectura en la antigüedad tardía.

J. Alarcão. As estátuas de guerreiros galaicos como representaçôes de príncipes no contexto da organizaçâo político-administrativa do noroeste préflaviano.

J. Alarcão. Arte do Bronze Final e da Idade do Ferro.

María Argota Recaj. La gran estatuaria en piedra del ámbito castreño: los llamados “guerreiros”.

Francisco Calo Lourido. Guerreiros galaicos. Catálogo.

Francisco Calo Lourido. A plástica da cultura castrexa galego-portuguesa.

M. Cardozo. La cultura de los castros del norte de Portugal.

A. González Ruibal. Galaicos: poder y comunidad en el Noroeste de la Península Ibérica.

F. Quesada Sanz. ¿Espejos de piedra? Las imágenes de armas en las estatuas de los guerreros llamados galaicos.

Javier Rodríguez-Corral. Las imágenes como un modo de acción: las estatuas de guerreros castreños.

Francisco Martins Sarmento. A propósito das estátuas galaicas.

Sergio Ríos. Edificios balnearios en castros del noroeste de la Península Ibérica. Precisiones en torno a sus características estructurales y cronología.


Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.


1 comentario:

  1. Enhorabuena por la publicación¡¡¡¡¡¡ Muchas gracias por la info.

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