A lo
largo de su historia, en la villa de Carmona llegó a haber hasta tres
alcázares: el alcázar de Abajo o de la Puerta de Sevilla; el alcázar de Arriba,
Real, de la puerta de Marchena o del Rey Don Pedro; y el alcázar de la Reina o
de la Puerta de Córdoba.
Panorámica de Carmona desde el Alcázar de la Puerta de Sevilla |
Alcázar de la Puerta de Sevilla
En este alcázar aún podemos distinguir restos de diferentes etapas históricas muy lejanas en el tiempo, siendo los más antiguos de época cartaginesa (siglo IX-VIII a.C), que corresponden a una fortificación de planta cuadrangular que se situaba alrededor de una torre.
Foso defensivo de época cartaginesa y romana |
En época
romana (siglos III-I a.C) se reforzó la estructura original púnica rodeándola
de una gruesa muralla con cuatro puertas fortificadas, de las que actualmente
se conservan la de Sevilla y la de Córdoba, habiendo sido destruidas la de
Morón y la de Postigo. Esta estructura defensiva convirtió a Carmona en la
ciudad mejor fortificada de la Bética. Los romanos también levantaron un templo
del cual se conservan restos del pódium en el patio de los aljibes.
Restos del Podium romano |
La siguiente etapa corresponde al período del emirato omeya de principios del siglo IX, caracterizado por un tipo de fortificaciones militares precarias identificables por el formato irregular de su factura.
A finales de ese siglo, en el año 878, tuvo lugar la más importante de las rebeliones andalusíes contra el emirato encabezada por Umar ibn Hafsún (846-918), un muladí y caudillo de Bobastro que durante treinta y ocho años llegó a enfrentarse con cuatro emires de Córdoba. En el año 913 ‛Abd al-Rahmān III ibn Muhammad ibn Abd Allah, al-Nasir (891-961), derrotó a ibn Hafsún y a los terratenientes yemeníes de los Banu Hachchach, apoderándose de su último baluarte en Qarmûna.
La
Cora de Qarmûna pasó a ser gobernada por una aristocracia burocrática cordobesa
de origen árabe, la cual controlaba la riqueza agrícola y la actividad
económica de este centro comercial donde se cruzaban los distintos caminos que
recorrían las caravanas y que se extendía por los actuales ayuntamientos de
Carmona, Campana, Fuentes de Andalucía, El Viso, Mairena del Alcor, Guadajoz y
Torre Membrilla.
Alcázar de la Puerta de Sevilla |
Disponemos de referencias del sabio andalusí Ibn Habîb (791-853) en las que se refiere a Carmona en este período histórico: “Cuando acabe el gobierno de los omeyas y gobierne un muladí o un bereber, entonces vendrán los lamentos. Cuando le venga de nuevo el gobierno de los omeyas, será el turno de Carmona. Después Córdoba será destruida de modo que sólo vivirán en ella los cuervos y el poder se trasladará a Sevilla…..”. “Cuando llegue la segunda matanza….., la calamidad se abatirá sobre Córdoba…. Entonces la gente se refugiará en Carmona”.
Una vez desaparecido el Califato de Córdoba, el Reino Taifa de Qarmûna fue gobernado por la familia bereber de los Birzalíes (1013-1067), los cuales se habían asentado en la zona durante el reinado del califa al-Hakam II y cuyo antepasado Isháq al-Birzalí recibió el gobierno del territorio en tiempos de Almanzor. El primer rey de la taifa de Qarmûna fue Abu ‛Abd Allāh Muhammad ibn ‛Abd Allāh, al que le sucedió su hijo Ishāq ibn Muhammad ibn ‛Abd Allāh. El historiador Ibn Hayyān lo describe como un hombre firme, valiente y caballeroso, con cierta cultura, austero, contenido y moderado según dictaba la ortodoxia de la doctrina nākirí, una de las sectas de los jāriyíes ibādíes.
En el año 1044 el rey de Sevilla, Abbad Ibn Muhammad, al Mutadid, atacó la villa de Carmona para luego continuar su ofensiva hacia los reinos berberiscos. En 1047-1048 Ishāq ibn Muhammad se unió a la coalición bereber que apoyó al autoproclamado califa al-Mahdi para ir contra el rey de Sevilla, el cual se oponía a los bereberes Banu Birzāl de Carmona.
Con la llegada de los almorávides, Qarmûna fue conquistada en 1091 por el emir Abu Bakr ibn Umar. En el período almohade, el cronista Ibn Sahib al-Sala estuvo en Qarmûna a finales de 1161, haciendo referencia a sus murallas, la fortaleza y a una torre llamada “el cuerno de cabra”.
Murallas del Alcázar de la Puerta de Sevilla |
Durante el período musulmán comprendido entre los siglos IX a XII, en la fortaleza de Qarmûna se construyeron los muros, las barbacanas que rodean el Alcázar y un aljibe de 7 m de profundidad donde se almacenaban las aguas pluviales.
Torre del Homenaje, Patio de los Aljibes y Podium romano |
A comienzos del siglo X se erigió el arco de herradura de la Puerta de Sevilla, mientras que el resto del conjunto es probablemente de época almohade.
Torre del Homenaje |
La Puerta de Sevilla consta de dos vanos separados por un “intervallum”.
Puerta de Sevilla desde el exterior del Alcázar |
La primera puerta tiene un arco de herradura apuntado, otro de medio punto enmarcado por un alfiz y otros dos de medio punto unidos por una bóveda de cañón. La segunda puerta tiene dos arcos de medio punto y bóveda de cañón.
Puerta de Sevilla desde el interior del Alcázar |
La Torre del Oro presenta claros elementos almohades, como el arco de herradura con alfiz por el que se accede al interior.
Torre del Oro y Patio de los Aljibes |
El Salón de los Presos Bajo era la residencia de los alcaides y sirvió de presidio para los cautivos de clase social alta.
Patio de los Aljibes y salones de los Presos Bajo y de los Presos Alto |
Hacia 1246 Carmona se sometió a los Hafsíes de Túnez, aliados de los almohades, siendo Abdulgely (Abd al-^Yalîl) su último gobernante antes de que en 1247 fuese conquistada por Fernando III. Los demás restos que se conservan de la Puerta de Sevilla son posteriores a 1247 y principalmente datan de la época del rey Pedro I.
Adarve de la muralla, matacán y saeteras |
Alcázar
de la Reina o de la Puerta de Córdoba
La puerta de Córdoba data de época romana (siglo I d.C) y se situaba en un extremo del cardo maximus, comunicando la ciudad con la Vía Augusta. No tenía un uso defensivo sino que era un monumento conmemorativo del poder de Roma.
Puerta de Córdoba |
En época musulmana, la madîna de Qarmûna se extendía entre las puertas de Córdoba y la de Sevilla y justo al lado de la Puerta de Córdoba se situaba un alcázar que fue destruido por orden de Isabel de Castilla en octubre de 1478, a petición del regimiento de Carmona.
Alcázar del
Rey Don Pedro
Este alcázar, conocido también como Alcázar de Arriba o Alcázar Real está situado en la parte más elevada de la villa de Carmona, a 255 m de altitud.
Puerta de Marchena: entrada al Alcázar Real |
Sobre las ruinas del castillo almohade del primer tercio del siglo XIII, entre 1358 y 1366 el rey Pedro I mandó construir un palacio rodeado por dos perímetros amurallados que delimitaban en su interior una superficie de 15.000 m2.
Muy probablemente estas obras fueron realizadas por los mismos arquitectos y maestros de obras que habían trabajado en el alcázar de Sevilla, lo que explica las similitudes entre ambas construcciones.
Sabemos que el palacio estaba en uso el 9 de enero de 1361, ya que cuando Pedro I se dirigía desde Sevilla a la guerra contra Aragón, se detuvo en Carmona para recibir en su nuevo alcázar a los diputados de Niebla.
Palacio del Rey Don Pedro |
Pedro I de Castilla, “el cruel” o "el justiciero", nació en Burgos el 30 de agosto de 1334 y murió en Montiel el 23 de marzo de 1369. Pedro I era hijo de Alfonso XI y de María de Portugal.
Pedro I "el cruel" o "el justiciero" |
El cronista Pedro López de Ayala describió así a Pedro I: “Fue el rey
Don Pedro asaz grande de cuerpo, é blanco e rubio, é coceaba un poco en la
fabla. Era muy cazador de aves. Fue muy sofridor de trabajos. Era muy temprado
é bien acostumbrado en el comer é beber. Dormía poco, é amó muchas mujeres. Fue
muy trabajador en guerra. Fue cobdicioso en allegar tesoros é joyas. E mató
muchos en su regno, por lo qual vino todo el daño que avedes oído”.
Los estudios realizados de los restos óseos de Pedro I concluyeron que en
su infancia padeció una parálisis cerebral que le provocó una cojera y
frecuentes trastornos de conducta, que explicarían en parte la gran cantidad de
crímenes que cometió durante su vida.
El padre de Pedro I tuvo una amante, Leonor de Guzmán, con la que tuvo
varios hijos, entre ellos Enrique de Trastámara, el cual fue constante enemigo
de Pedro I durante todo su reinado. El 23 de marzo de 1350 falleció Alfonso XI
y Pedro I accedió al trono con tan sólo 16 años. En 1350 Leonor de Guzmán fue
encerrada en el Alcázar de la Puerta de Córdoba de Carmona y en 1351 María de
Portugal ordenó que mataran a la antigua amante de su marido.
La última despedida. (A. Amorós y Botella. Museo del Prado) Leonor Núñez de Guzmán, amante del rey Alfonso XI de Castilla se despide de su hijo Fadrique Alfonso de Castilla ante María de Portugal |
Juan Alfonso de Alburquerque, noble de origen portugués, se hizo cargo del poder hasta 1353 y en junio de ese año Pedro I se casó con Blanca de Borbón, a la que abandonó sólo unos días después de haber consumado el matrimonio, confinándola en la villa de Arévalo. Pedro I vivió con su amante María de Padilla, con la que tuvo cuatro hijos, y años más tarde se casó con su otra amante Juana de Castro. Pronto Pedro I empezó a dar muestras de su crueldad. Cuenta López de Ayala que en 1358 invitó a Sevilla a su hermanastro Fadrique y cuando éste acudió lo mandó ejecutar y después comió imperturbable delante de su cadáver. En 1359 Pedro I ordenó la muerte de los dos hermanos menores del conde Enrique, hijos de Alfonso XI con Leonor de Guzmán y que se hallaban presos en Carmona.
Palacio del Rey Don Pedro |
En 1360 mandó dar cruel muerte al noble Pedro Núñez de Guzmán y en 1361 murió
envenenada la reina Blanca de Borbón. Su relación con María de Padilla provocó
la oposición de su hermanastro Enrique de Trastámara, a la que se unió Juan
Alfonso de Alburquerque, pero el conflicto se resolvió en 1364 a favor de Pedro
I y Enrique tuvo que huir a Francia en 1366.
Pedro I (G. Hernández Amores. Museo del Prado) |
Pedro I defendió siempre a las minorías judías y musulmanas. Samuel
ha-Leví, financiador de la Sinagoga del Tránsito de Toledo, llegó a ser
tesorero mayor del Reino. También eran sobradamente conocidas sus buenas
relaciones con el Reino Nazarí de Granada y su pasión por el arte mudéjar,
motivos aprovechados por Enrique de Trastámara para exacerbar el antisemitismo
en contra de su hermanastro. En 1366 el de Trastámara le declaró la guerra con
apoyo del Reino de Aragón y del rey de Francia, y se autoproclamó rey de
Castilla en el Monasterio de las Huelgas Reales de Burgos. Con ayuda del
heredero de la Corona inglesa, conocido como el Príncipe Negro, el 3 de abril
de 1367 las tropas de Pedro I derrotaron en Nájera a las de Enrique, el cual se
vio obligado a huir nuevamente a Francia. Pedro I volvió a dar muestras de su
inclemencia y mandó matar a Urraca Osorio, madre del noble Juan Alfonso de
Guzmán, y a Martín Yáñez, su antiguo tesorero.
Entre 1367 y 1369 y dentro del contexto bélico de esta guerra civil
castellana, Pedro I reforzó las defensas y abastecimientos de Carmona,
levantando el perímetro amurallado exterior, incluyendo la puerta y su
barbacana. Con estas obras, el alcázar de Carmona se constituyó como un
baluarte que podría ofrecer mayor resistencia que Sevilla ante un ataque de sus
enemigos.
Puerta y muralla del Alcázar Real |
En septiembre de 1367 Enrique de Trastámara volvió a Castilla y comenzó una nueva guerra entre los hermanos. En 1368 ya había ocupado el centro de Castilla y puso bajo asedio Toledo. A la vista de cómo evolucionaba la guerra, a principios de 1369 Pedro I trasladó a su mujer, sus hijos y su tesoro a Carmona.
Palacio del Rey Don Pedro |
El 14 de marzo de ese mismo año el ejército de Pedro I, con soldados del
concejo de Carmona y tropas nazaríes, entabló batalla en Montiel con las
huestes de Enrique, las cuales resultaron victoriosas.
Se acordó un encuentro entre los dos hermanos el cual tuvo lugar en una posada de Montiel la noche del 22 al 23 de marzo de 1369. Según cuenta López de Ayala, Enrique de Trastámara “firiólo con una daga en la cara: en dicen que amos á dos, el Rey Don Pedro é el Rey Don Enrique, cayeron a tierra, é el Rey Don Enrique le firió estando en tierra de otras feridas. E allí morió el Rey Don Pedro”.
Martín López de Córdoba, hombre de confianza del fallecido Pedro I, se hizo fuerte con sus tropas en Carmona y esperó el ataque de Enrique II “el fratricida”, el cual inició el asedio de la villa el 10 de noviembre de 1370.
Enrique II |
Ante la
falta de víveres y suministros, López de Córdoba negoció la rendición y sus
condiciones fueron aceptadas, por lo que Enrique II tomó la ciudad el 15 de
mayo de 1371.
Torre del Alcázar Real |
Después de eso, mandó ejecutar a López de
Córdoba y a los demás leales a Pedro I y se apoderó de su tesoro y de sus
hijos: “Fazemos vos saber que en jucues, quinze días deste mes de mayo en
que estamos, nos entregaron el alcaçar mayor de aquí de Carmona en el qual
estatua ençerrado el traydor de Martín Lopez, et esto mesmo nos entregaron los
fijos de don Pedro con todos los otros que en el dicho alcaçar estauan”.
El alcázar de Arriba de Carmona quedó casi totalmente destruido a
consecuencia del terremoto ocurrido el 5 de abril de 1504 y posteriormente
también resultó afectado por el terremoto de Lisboa de 1755. Además, en 1871 se
construyó una plaza de toros y en 1976 el parador de turismo “Alcázar del Rey
Don Pedro”, lo que supuso la destrucción del sector SE de la fortificación.
Bibliografía
Rafael Cómez Ramos. Alcázar de Carmona versus Alcázar de Sevilla.
Antonio Almagro Gorbea y Jorge Maier Allende Real. El Alcázar Real de Carmona y su Sala de los Reyes.
Pablo Gumiel Campos. La intervención de Pedro de Castilla en el alcázar de Carmona.
Alfonso Jiménez Martín. La Puerta de Sevilla en Carmona.
María Jesús Viguera Molíns. Carmona en las épocas de almorávides y almohades.
Reyes Ojeda Calvo. Nuevos datos sobre la “Puerta de Córdoba” en época romana.
Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.
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