lunes, 5 de junio de 2023

Alcázares de Carmona

A lo largo de su historia, en la villa de Carmona llegó a haber hasta tres alcázares: el alcázar de Abajo o de la Puerta de Sevilla; el alcázar de Arriba, Real, de la puerta de Marchena o del Rey Don Pedro; y el alcázar de la Reina o de la Puerta de Córdoba.

Panorámica de Carmona desde el Alcázar de la Puerta de Sevilla

Alcázar de la Puerta de Sevilla

En este alcázar aún podemos distinguir restos de diferentes etapas históricas muy lejanas en el tiempo, siendo los más antiguos de época cartaginesa (siglo IX-VIII a.C), que corresponden a una fortificación de planta cuadrangular que se situaba alrededor de una torre.

Foso defensivo de época cartaginesa y romana

En época romana (siglos III-I a.C) se reforzó la estructura original púnica rodeándola de una gruesa muralla con cuatro puertas fortificadas, de las que actualmente se conservan la de Sevilla y la de Córdoba, habiendo sido destruidas la de Morón y la de Postigo. Esta estructura defensiva convirtió a Carmona en la ciudad mejor fortificada de la Bética. Los romanos también levantaron un templo del cual se conservan restos del pódium en el patio de los aljibes.

Restos del Podium romano

La siguiente etapa corresponde al período del emirato omeya de principios del siglo IX, caracterizado por un tipo de fortificaciones militares precarias identificables por el formato irregular de su factura. 

Murallas del Alcázar de la Puerta de Sevilla

A finales de ese siglo, en el año 878, tuvo lugar la más importante de las rebeliones andalusíes contra el emirato encabezada por Umar ibn Hafsún (846-918), un muladí y caudillo de Bobastro que durante treinta y ocho años llegó a enfrentarse con cuatro emires de Córdoba. En el año 913 ‛Abd al-Rahmān III ibn Muhammad ibn Abd Allah, al-Nasir (891-961), derrotó a ibn Hafsún y a los terratenientes yemeníes de los Banu Hachchach, apoderándose de su último baluarte en Qarmûna. 

Alcázar de la Puerta de Sevilla

La Cora de Qarmûna pasó a ser gobernada por una aristocracia burocrática cordobesa de origen árabe, la cual controlaba la riqueza agrícola y la actividad económica de este centro comercial donde se cruzaban los distintos caminos que recorrían las caravanas y que se extendía por los actuales ayuntamientos de Carmona, Campana, Fuentes de Andalucía, El Viso, Mairena del Alcor, Guadajoz y Torre Membrilla.

Alcázar de la Puerta de Sevilla

Disponemos de referencias del sabio andalusí Ibn Habîb (791-853) en las que se refiere a Carmona en este período histórico: “Cuando acabe el gobierno de los omeyas y gobierne un muladí o un bereber, entonces vendrán los lamentos. Cuando le venga de nuevo el gobierno de los omeyas, será el turno de Carmona. Después Córdoba será destruida de modo que sólo vivirán en ella los cuervos y el poder se trasladará a Sevilla…..”. “Cuando llegue la segunda matanza….., la calamidad se abatirá sobre Córdoba…. Entonces la gente se refugiará en Carmona”.

Puerta de la Cortina

Una vez desaparecido el Califato de Córdoba, el Reino Taifa de Qarmûna fue gobernado por la familia bereber de los Birzalíes (1013-1067), los cuales se habían asentado en la zona durante el reinado del califa al-Hakam II y cuyo antepasado Isháq al-Birzalí recibió el gobierno del territorio en tiempos de Almanzor. El primer rey de la taifa de Qarmûna fue Abu ‛Abd Allāh Muhammad ibn ‛Abd Allāh, al que le sucedió su hijo Ishāq ibn Muhammad ibn ‛Abd Allāh. El historiador Ibn Hayyān lo describe como un hombre firme, valiente y caballeroso, con cierta cultura, austero, contenido y moderado según dictaba la ortodoxia de la doctrina nākirí, una de las sectas de los jāriyíes ibādíes.


Primeras taifas (Instituto Geográfico Nacional)

En el año 1044 el rey de Sevilla, Abbad Ibn Muhammad, al Mutadid, atacó la villa de Carmona para luego continuar su ofensiva hacia los reinos berberiscos. En 1047-1048 Ishāq ibn Muhammad se unió a la coalición bereber que apoyó al autoproclamado califa al-Mahdi para ir contra el rey de Sevilla, el cual se oponía a los bereberes Banu Birzāl de Carmona.

Con la llegada de los almorávides, Qarmûna fue conquistada en 1091 por el emir Abu Bakr ibn Umar. En el período almohade, el cronista Ibn Sahib al-Sala estuvo en Qarmûna a finales de 1161, haciendo referencia a sus murallas, la fortaleza y a una torre llamada “el cuerno de cabra”.

Murallas del Alcázar de la Puerta de Sevilla

Durante el período musulmán comprendido entre los siglos IX a XII, en la fortaleza de Qarmûna se construyeron los muros, las barbacanas que rodean el Alcázar y un aljibe de 7 m de profundidad donde se almacenaban las aguas pluviales.

Torre del Homenaje, Patio de los Aljibes y Podium romano

A comienzos del siglo X se erigió el arco de herradura de la Puerta de Sevilla, mientras que el resto del conjunto es probablemente de época almohade.

Torre del Homenaje

La Puerta de Sevilla consta de dos vanos separados por un “intervallum”. 

Puerta de Sevilla desde el exterior del Alcázar

La primera puerta tiene un arco de herradura apuntado, otro de medio punto enmarcado por un alfiz y otros dos de medio punto unidos por una bóveda de cañón. La segunda puerta tiene dos arcos de medio punto y bóveda de cañón.

Puerta de Sevilla desde el interior del Alcázar

La Torre del Oro presenta claros elementos almohades, como el arco de herradura con alfiz por el que se accede al interior.

Torre del Oro y Patio de los Aljibes

El Salón de los Presos Bajo era la residencia de los alcaides y sirvió de presidio para los cautivos de clase social alta.

Patio de los Aljibes y salones de los Presos Bajo y de los Presos Alto

Hacia 1246 Carmona se sometió a los Hafsíes de Túnez, aliados de los almohades, siendo Abdulgely (Abd al-^Yalîl) su último gobernante antes de que en 1247 fuese conquistada por Fernando III. Los demás restos que se conservan de la Puerta de Sevilla son posteriores a 1247 y principalmente datan de la época del rey Pedro I.

Adarve de la muralla, matacán y saeteras
El Alcázar de la Puerta de Sevilla fue restaurado en 1975.

 

Alcázar de la Reina o de la Puerta de Córdoba

La puerta de Córdoba data de época romana (siglo I d.C) y se situaba en un extremo del cardo maximus, comunicando la ciudad con la Vía Augusta. No tenía un uso defensivo sino que era un monumento conmemorativo del poder de Roma.

Puerta de Córdoba

En época musulmana, la madîna de Qarmûna se extendía entre las puertas de Córdoba y la de Sevilla y justo al lado de la Puerta de Córdoba se situaba un alcázar que fue destruido por orden de Isabel de Castilla en octubre de 1478, a petición del regimiento de Carmona.

 

Alcázar del Rey Don Pedro

Este alcázar, conocido también como Alcázar de Arriba o Alcázar Real está situado en la parte más elevada de la villa de Carmona, a 255 m de altitud.

Puerta de Marchena: entrada al Alcázar Real

Sobre las ruinas del castillo almohade del primer tercio del siglo XIII, entre 1358 y 1366 el rey Pedro I mandó construir un palacio rodeado por dos perímetros amurallados que delimitaban en su interior una superficie de 15.000 m2. 

Entrada al patio de armas

Muy probablemente estas obras fueron realizadas por los mismos arquitectos y maestros de obras que habían trabajado en el alcázar de Sevilla, lo que explica las similitudes entre ambas construcciones.

Palacio del Rey Don Pedro

Sabemos que el palacio estaba en uso el 9 de enero de 1361, ya que cuando Pedro I se dirigía desde Sevilla a la guerra contra Aragón, se detuvo en Carmona para recibir en su nuevo alcázar a los diputados de Niebla. 

Palacio del Rey Don Pedro

Pedro I de Castilla, “el cruel” o "el justiciero", nació en Burgos el 30 de agosto de 1334 y murió en Montiel el 23 de marzo de 1369. Pedro I era hijo de Alfonso XI y de María de Portugal.

Pedro I "el cruel" o "el justiciero"

El cronista Pedro López de Ayala describió así a Pedro I: “Fue el rey Don Pedro asaz grande de cuerpo, é blanco e rubio, é coceaba un poco en la fabla. Era muy cazador de aves. Fue muy sofridor de trabajos. Era muy temprado é bien acostumbrado en el comer é beber. Dormía poco, é amó muchas mujeres. Fue muy trabajador en guerra. Fue cobdicioso en allegar tesoros é joyas. E mató muchos en su regno, por lo qual vino todo el daño que avedes oído”.

Los estudios realizados de los restos óseos de Pedro I concluyeron que en su infancia padeció una parálisis cerebral que le provocó una cojera y frecuentes trastornos de conducta, que explicarían en parte la gran cantidad de crímenes que cometió durante su vida.

El padre de Pedro I tuvo una amante, Leonor de Guzmán, con la que tuvo varios hijos, entre ellos Enrique de Trastámara, el cual fue constante enemigo de Pedro I durante todo su reinado. El 23 de marzo de 1350 falleció Alfonso XI y Pedro I accedió al trono con tan sólo 16 años. En 1350 Leonor de Guzmán fue encerrada en el Alcázar de la Puerta de Córdoba de Carmona y en 1351 María de Portugal ordenó que mataran a la antigua amante de su marido.

La última despedida. (A. Amorós y Botella. Museo del Prado) 
Leonor Núñez de Guzmán, amante del rey Alfonso XI de Castilla se
despide de su hijo Fadrique Alfonso de Castilla ante María de Portugal

Juan Alfonso de Alburquerque, noble de origen portugués, se hizo cargo del poder hasta 1353 y en junio de ese año Pedro I se casó con Blanca de Borbón, a la que abandonó sólo unos días después de haber consumado el matrimonio, confinándola en la villa de Arévalo. Pedro I vivió con su amante María de Padilla, con la que tuvo cuatro hijos, y años más tarde se casó con su otra amante Juana de Castro. Pronto Pedro I empezó a dar muestras de su crueldad. Cuenta López de Ayala que en 1358 invitó a Sevilla a su hermanastro Fadrique y cuando éste acudió lo mandó ejecutar y después comió imperturbable delante de su cadáver. En 1359 Pedro I ordenó la muerte de los dos hermanos menores del conde Enrique, hijos de Alfonso XI con Leonor de Guzmán y que se hallaban presos en Carmona. 

Palacio del Rey Don Pedro

En 1360 mandó dar cruel muerte al noble Pedro Núñez de Guzmán y en 1361 murió envenenada la reina Blanca de Borbón. Su relación con María de Padilla provocó la oposición de su hermanastro Enrique de Trastámara, a la que se unió Juan Alfonso de Alburquerque, pero el conflicto se resolvió en 1364 a favor de Pedro I y Enrique tuvo que huir a Francia en 1366.

Pedro I (G. Hernández Amores. Museo del Prado)

Pedro I defendió siempre a las minorías judías y musulmanas. Samuel ha-Leví, financiador de la Sinagoga del Tránsito de Toledo, llegó a ser tesorero mayor del Reino. También eran sobradamente conocidas sus buenas relaciones con el Reino Nazarí de Granada y su pasión por el arte mudéjar, motivos aprovechados por Enrique de Trastámara para exacerbar el antisemitismo en contra de su hermanastro. En 1366 el de Trastámara le declaró la guerra con apoyo del Reino de Aragón y del rey de Francia, y se autoproclamó rey de Castilla en el Monasterio de las Huelgas Reales de Burgos. Con ayuda del heredero de la Corona inglesa, conocido como el Príncipe Negro, el 3 de abril de 1367 las tropas de Pedro I derrotaron en Nájera a las de Enrique, el cual se vio obligado a huir nuevamente a Francia. Pedro I volvió a dar muestras de su inclemencia y mandó matar a Urraca Osorio, madre del noble Juan Alfonso de Guzmán, y a Martín Yáñez, su antiguo tesorero.

Entre 1367 y 1369 y dentro del contexto bélico de esta guerra civil castellana, Pedro I reforzó las defensas y abastecimientos de Carmona, levantando el perímetro amurallado exterior, incluyendo la puerta y su barbacana. Con estas obras, el alcázar de Carmona se constituyó como un baluarte que podría ofrecer mayor resistencia que Sevilla ante un ataque de sus enemigos.

Puerta y muralla del Alcázar Real

En septiembre de 1367 Enrique de Trastámara volvió a Castilla y comenzó una nueva guerra entre los hermanos. En 1368 ya había ocupado el centro de Castilla y puso bajo asedio Toledo. A la vista de cómo evolucionaba la guerra, a principios de 1369 Pedro I trasladó a su mujer, sus hijos y su tesoro a Carmona.

Palacio del Rey Don Pedro

El 14 de marzo de ese mismo año el ejército de Pedro I, con soldados del concejo de Carmona y tropas nazaríes, entabló batalla en Montiel con las huestes de Enrique, las cuales resultaron victoriosas.

Se acordó un encuentro entre los dos hermanos el cual tuvo lugar en una posada de Montiel la noche del 22 al 23 de marzo de 1369. Según cuenta López de Ayala, Enrique de Trastámara “firiólo con una daga en la cara: en dicen que amos á dos, el Rey Don Pedro é el Rey Don Enrique, cayeron a tierra, é el Rey Don Enrique le firió estando en tierra de otras feridas. E allí morió el Rey Don Pedro”.

Martín López de Córdoba, hombre de confianza del fallecido Pedro I, se hizo fuerte con sus tropas en Carmona y esperó el ataque de Enrique II “el fratricida”, el cual inició el asedio de la villa el 10 de noviembre de 1370. 

Enrique II

Ante la falta de víveres y suministros, López de Córdoba negoció la rendición y sus condiciones fueron aceptadas, por lo que Enrique II tomó la ciudad el 15 de mayo de 1371. 

Torre del Alcázar Real

Después de eso, mandó ejecutar a López de Córdoba y a los demás leales a Pedro I y se apoderó de su tesoro y de sus hijos: “Fazemos vos saber que en jucues, quinze días deste mes de mayo en que estamos, nos entregaron el alcaçar mayor de aquí de Carmona en el qual estatua ençerrado el traydor de Martín Lopez, et esto mesmo nos entregaron los fijos de don Pedro con todos los otros que en el dicho alcaçar estauan”.

El alcázar de Arriba de Carmona quedó casi totalmente destruido a consecuencia del terremoto ocurrido el 5 de abril de 1504 y posteriormente también resultó afectado por el terremoto de Lisboa de 1755. Además, en 1871 se construyó una plaza de toros y en 1976 el parador de turismo “Alcázar del Rey Don Pedro”, lo que supuso la destrucción del sector SE de la fortificación.

 

Bibliografía

Rafael Cómez Ramos. Alcázar de Carmona versus Alcázar de Sevilla.

Antonio Almagro Gorbea y  Jorge Maier Allende Real. El Alcázar Real de Carmona y su Sala de los Reyes.

Pablo Gumiel Campos. La intervención de Pedro de Castilla en el alcázar de Carmona.

Alfonso Jiménez Martín. La Puerta de Sevilla en Carmona.

María Jesús Viguera Molíns. Carmona en las épocas de almorávides y almohades.

Reyes Ojeda Calvo. Nuevos datos sobre la “Puerta de Córdoba” en época romana.


Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.


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