Monteferro
es una península situada frente a las Islas Estelas y Serralleiras, cuyo litoral forma parte de la Red Natura 2000.
La península tiene una extensión de más de 100 ha y se adentra en el mar casi 1.5 km, separando la ría de Baiona y la ensenada de
Carreira o de Patos.
El litoral de Monteferro, las islas Estelas y Serralleiras, posee importantes
bancos marisqueros y pesqueros y está catalogado como Lugar de Interés
Comunitario (LIC) con el código ES1140012.
El pequeño archipiélago de las Estelas (19 ha) está formado por una isla mayor llamada Estela de Terra o de Dentro (9,6 ha), una isla menor denominada Estela de Fora (7 ha) y unos pequeños islotes llamados As Serralleiras.
Monteferro
se caracteriza por los pronunciados desniveles de sus laderas, que caen formando acantilados en los que el mar bate con gran potencia. Por estas pendientes corre algún arroyo temporal, como el que desemboca en la playa de Rocas Brancas.
Los
materiales líticos predominantes son las pizarras, esquistos y paragneises del
tipo complejo Cabo Home-A Lanzada,
con presencia de metaconglomerados, cuarcitas y calcosilicatos. Debido a la
poca consistencia de estos materiales la costa acantilada es irregular y
presenta entrantes y salientes, excepto la situada frente a las Islas Estelas
que es más regular al estar formada por rocas graníticas.
Cala de Seixos Negros
Por
lo que se refiere a sus suelos, en los acantilados son del tipo regosol (material no consolidado
derivado de aluviones o arenas) y leptosol lítico (roca continua y dura en los
10 cm primeros del suelo), con abundantes afloramientos rocosos. Sólo en
las zonas de pendientes poco profundas pueden hallarse suelos más ricos de tipo
cambisol dístrico, que suele
aparecer sobre materiales areniscos ricos en cuarzo.
Los
suelos están muy afectados por la erosión y en ellos crece el matorral costero
galaico-portugués, que se caracteriza por la asociación de jara negra (Cisto salvifolii) y brezo (Ulicetum humilis). El resto de la
vegetación está principalmente formada por brezales secos atlánticos costeros
de Erica vagans, tojo y especies
arbóreas de repoblación.
Torvisco (Daphne gnidium)
Monteferro
tiene un clima de régimen cálido y húmedo, con unas precipitaciones acumuladas
anuales de 1200-1400 mm, una temperatura media de más de 15º y una amplitud
térmica media de 12-15º.
Lo
más destacado de la fauna de Monteferro son sus insectos y las aves. En lo que
se refiere a los insectos destacan las mantis religiosas y diversas especies de
mariposas, como Papilio machaon,
Iphiclides podalirius o la Vanessa
atalanta.
Mantis Religiosa
Papilio machaon
Iphiclides podalirius
Vanessa atalanta
Entre
las aves sedentarias que podemos ver en Monteferro está la gaviota patiamarilla
(Larus michahellis), que cría en los cantiles, cormorán moñudo
(Phalacrocorax aristotelis), paloma
torcaz (Columba palumbus), martín
pescador (Alcedo athis), pito real (Picus viridis), lavandera cascadeña (Motacilla cinerea), tarabilla común (Saxicola torquata), colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros), curruca rabilarga
(Sylvia undata), agateador común (Certhia brachydactyla), herrerillo
capuchino (Parus cristatus), arrendajo
común (Garrulus glandarius), corneja
negra (Corvus corone corone),
verdecillo (Serinus serinus) y pardillo común (Carduelis cannabina).
Gaviota patiamarilla
En
verano podemos ver vencejo real (Apus
melba), que en pequeño número nidifica en los acantilados, avión común (Delichon urbica) y avión zapador (Riparia riparia). Durante el paso
postnupcial, en verano y otoño, se puede observar la pardela balear (Puffinus mauretanicus). También en los pasos pre y postnupcial podemos ver alcatraz atlántico (Morus bassana) realizando sus picados cerca de la costa.
Avión zapador
Entre
las aves invernantes se encuentran el cormorán grande (Phalacrocorax carbo),garza real (Ardea cinerea), garceta común (Egretta
garzetta), negrón común (Melanitta nigra), chorlito dorado europeo (Pluvialis apricaria), chorlitejo grande
(Charadrius hiaticula), vuelvepiedras
común (Arenaria interpres), ostrero
euroasiático (Haematopus ostralegus),
andarríos chico (Actitis hypoleucus),
correlimos común (Calidris alpina), charrán
patinegro (Sterna sandvicensis), alca común (Alca torda), mosquitero común (Phylloscopus
collybita) y papamoscas cerrojillo (Ficedula
hypoleuca).
Ostrero euroasiático
Además
de su valor ecológico y paisajístico, Monteferro posee interesantes monumentos
arqueológicos e históricos. Entre los primeros destacan los petroglifos de Penisas
Pequenas y el asentamiento tardorromano.
En
la costa SO de Monteferro, sobre una roca granítica situada en el lugar más cercano a la isla Estela de Tierra, se
encuentran los petroglifos de O Coello o Penisas Pequenas (42º08´58,81´´N,
8º50´51,73´´O). Se trata de la mayor concentración de molinos rupestres de
Galicia formada por 21 molinos naviculares de sección longitudinal unidos entre
sí mediante surcos. Además hay varias combinaciones ovales concéntricas, con numerosas cazoletas en su interior, y seis
rebajes podomorfos que corresponden a cuatro pies derechos y a dos pies
izquierdos. Para más información podéis leer un artículo que he publicado en el blog sobre este interesante grupo de grabados.
Es
de mencionar que si bien actualmente no se conserva ningún resto megalítico en
Monteferro, entre la parte sur del monte y Panxón se encuentra la playa de A
Madorra o Medorra, uno de los tóponimos usados en Galicia para referirse a los
túmulos dolménicos.
Lo
que si se ha encontrado es un asentamiento rural tardorromano cuya datación se
sitúa entre los siglos III y V d.C. Se localiza en la ladera NE, frente a la
playa de Patos y a una altitud de 39-44 m sobre el nivel del mar. Fue excavado
en 1993 y se hallaron muros de mampostería y un sistema de canalización de
aguas formado por losas de pizarra verticales cubiertas por otras colocadas
horizontalmente, así como canales labrados en la roca que evacuan el agua para que
no pueda llegar a inundar las viviendas. Además se recuperaron diversos restos
como pesas de red, molinos, azuelas, afiladores, ánforas, vidrio, bronce,
cerámica común romana y cerámica fina del tipo Terra sigillata (tierra sellada), caracterizada por la
decoración impresa o estampada.
En
la cima de Monteferro, a 147 m de altitud, se encuentra el Monumento a la
Marina Universal, una construcción granítica de 25 m de altura diseñada por el arquitecto
vigués Manuel Gómez Román.
Este
monumento fue iniciativa de Arturo Nightingale, cónsul de Inglaterra en Vigo, para
rendir homenaje a los marinos mercantes españoles fallecidos en los mares del
todo el mundo durante la primera guerra mundial. Inicialmente se pensó en
levantar el monumento en las islas Cíes pero viendo la complejidad del
proyecto, al final se decidió erigirlo en Monteferro.
Para
su financiación se abrió una suscripción popular en la que participaron
masivamente los vigueses y en la que se recaudó la suma de 201.216 pesetas .También
contribuyeron con sus donaciones los ministros de marina de Inglaterra, Estados
Unidos, Brasil, Italia y Francia, por lo que la comisión ejecutiva decidió
dedicar el monumento a la Marina Mercante Mundial.
El
28 de julio de 1924 se celebró el acto de colocación de la primera piedra al
que acudió el presidente del gobierno, General Primo de Rivera acompañado de
varios ministros. Concluido el monumento,
el 16 de julio de 1928 tuvo lugar la inauguración a la que asistió el
ministro de la Gobernación, Martínez Anido.
El
monumento tiene cuatro caras en cada una
de las cuales hay una placa de mármol. La
cara O es la principal ya que se sitúa frente al mar y por lo tanto es la que
divisan los barcos que se acercan a la costa. En ella se lee la inscripción “Salve Regina mariun”.
En
la cara N hay una oración por los
navegantes que hallaron en el mar su sepultura.
En
la S hay una placa en la que se saluda a los solitarios viajeros de la llanura
atlántica cuando divisan la costa española.
La
inscripción que hay en la cara E hace referencia a la colocación de la primera
piedra del monumento el 28 de julio de 1924 por Miguel Primo de Rivera, siendo
rey Alfonso XIII.
Una
vez visitado este monumento podemos dirigirnos hacia otro lugar interesante situado
a pocos metros. Me refiero a las ruinas de la antigua Batería de Artillería J3
Monteferro, ubicada en la ladera O de Monteferro frente al monumento y al
mirador.
La
Batería de Artillería J3 Monteferro data de septiembre de 1936, fecha en la que
se emplazaron dos cañones Munaiz-Argüelles 150mm Tr/45, fabricados en 1904 en
la Fábrica de Armas de Trubia, que procedían de las baterías ferrolanas de
Salgueira y Sudova.
En
1938 se creó un campo de trabajo para prisioneros cuyo cometido era construir
la carretera que lleva hasta lo alto del monte, así como el campo de tiro e
instalaciones de las baterías. Los alrededor de veinte prisioneros que tuvieron
que realizar estos trabajos forzosos eran retenidos y custodiados por militares
y falangistas. En 1940 se incorporó a la batería una tercera pieza que hasta
entonces había estado ubicada provisionalmente en la batería de la Torre de
Hércules.
Las
piezas de artillería fueron inutilizadas a principios de la década de los 60
del siglo pasado, pero actualmente aún se conservan dos de los cañones, que junto con los de Cabo Silleiro protegían la entrada
S de la ría de Vigo. También permanecen
las ruinas de los edificios auxiliares para tropa y mandos, almacenes, bunker de
telemetría, varias garitas y un polvorín.
Bunker de telemetría
Podemos
acceder a la batería desde el mirador situado en la cumbre, de donde parte un
camino que desciende directamente hasta allí. Otra posibilidad es seguir una
pista de tierra a la derecha de la carretera asfaltada que sube a la cima. A
500 m encontramos un cruce en el que siguiendo recto llegamos a las
instalaciones militares y si tomamos el camino de la derecha, que baja hacia el
mar, llegamos al Faro de Punta da Meda.
Faro de Punta Meda
Si
continuamos por el camino del centro lo
primero que veremos son dos casas derruidas, una mina de agua y un lavadero.
Más adelante y a la izquierda del camino vemos cuatro edificios, dos de los
cuáles debieron ser el cuerpo de guardia y un almacén. Seguimos avanzando y
llegamos al edificio principal que dispone de una gran sala, dos servicios
exteriores, cocina, una habitación y otras tres estancias en la parte
delantera, una de las cuales está alicatada.
Detrás
de este edificio principal hay otro que parece un almacén, así como los restos
de lo que en su día pudo haber sido un taller. Subiendo unas escaleras se llega
a lo alto de un talud desde el que se accede la parte superior del edificio principal.
Por abajo, un largo
pasillo conecta con el polvorín.
Seguimos y entre la vegetación podemos
distinguir el búnker de telemetría.
Aún se conserva el lugar donde iba instalado el telémetro que determinaba la distancia al objetivo.
Unos 30 m más adelante y a la derecha del
camino encontramos la primera pieza, situada en su pozo, que dispone de dos
polvorines.
Como ya expliqué en un anterior artículo sobre la batería de Cabo
Udra, Este modelo de cañón fué proyectado por los capitanes de artillería
Munaiz y Argüelles y se comenzó a usar como pieza de costa en 1903. Construido
con acero forjado templado y protegido con un escudo de acero de 20 mm de
espesor, su peso total era de 6668 kg, incluyendo anclaje, base y demás
componentes. Su alcance máximo era de 13.700 m y disparaba proyectiles de 50
kg, provistos de granadas de alto explosivo y perforantes, que salían con una
velocidad inicial de 747 m/s. Se construyeron más de 60 unidades que fueron
repartidas por el litoral español. Cuando se instalaron en la costa gallega, ya
eran considerados como anticuados debido a su corte alcance y a las mejoras
experimentadas en el blindaje de los navíos.
Seguimos
andando y a unos 100 m encontramos el cañón que fue enviado desde la Torre de
Hércules.
No dispone ni de pozo ni de zona de munición, por lo que supongo que la pieza era alimentada mediante algún tipo
de vagoneta que llevaría los proyectiles desde otro polvorín.
Una vez hallamos llegado a este segundo cañón podemos continuar por un sendero de corto recorrido que baja hacia al mar y que nos lleva hasta el petroglifo de las Penisas Pequenas, con unas magníficas vistas de los acantilados y las islas Estelas.
Terminaré
mi repaso por este precioso lugar con otro apunte histórico: A finales de la
década de los 50 del siglo pasado Manuel Cordo Boullosa, un emigrante gallego
natural de Ponte Caldelas que en Portugal llegó a ser un magnate del petróleo,
solicitó permiso al gobierno español para construir una gran refinería en
Monteferro con apoyo de empresas norteamericanas. Al enterarse de este proyecto, las fuerzas vivas de
A Coruña comenzaron a realizar gestiones para evitar que tan importante empresa se radicara
en el entorno de Vigo. Las autoridades coruñesas contactaron con el dictador, aprovechando su estancia veraniega en pazo de Meirás y le convencieron de que abortara el proyecto inicial y lo trasladara para A Coruña, en donde en 1961 se inauguró la refinería.
Lo
que no podían pensar los vecinos del norte es que nos habían salvado de un
proyecto sumamente agresivo con el medio ambiente, que hubiera alterado para
siempre el entorno de la ría de Baiona. Y así hoy en día, mientras la ría de A
Coruña sufre la permanente amenaza y los graves accidentes ocasionados por el continuo
tránsito de petroleros (recordemos el desastre provocado por el Urquiola), nosotros
podemos seguir disfrutando de Monteferro y del
bellísimo paisaje que desde él se contempla.
Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.
Interesante artigo e blog, noraboa e parabéns. Coñezo a zona de Nigrán, Baiona, Ramallosa... posto que vivo perto dela, aínda así descoñecía tantas das cousas intersantes de Monteferro que aquí comentas. Sería motivo para, un día destes, achegarme a visitar o lugar máis en "perfundidade".Grazas. Un saúdo.
ResponderEliminar