El
Lugar de Importancia Comunitaria de Cabo Udra, incluido en la Red Natura 2000, se encuentra
en la parroquia de Beluso (Bueu) y marca el límite entre las rías de Aldán y
Pontevedra.
Este espacio protegido abarca un tramo de 8 km de costa rocosa comprendido entre la playa Mourisca (Bueu) y la playa de Menduiña (Cangas), lo que supone un total de 623 ha, de las que 443 ha corresponden a aguas costeras.
Este espacio protegido abarca un tramo de 8 km de costa rocosa comprendido entre la playa Mourisca (Bueu) y la playa de Menduiña (Cangas), lo que supone un total de 623 ha, de las que 443 ha corresponden a aguas costeras.
Geología
Los
principales materiales presentes en Cabo Udra son las rocas ígneas surgidas
durante la Orogenia Hercínica, hace más de 300 millones de años. Se crearon al
enfriarse los magmas formados a decenas de kilómetros en el interior de la
tierra, a altísimas temperaturas y presiones.
A medida que iban emergiendo experimentaron una descompresión que provocó que se fracturaran formando bloques cúbicos, los cuales se fueron erosionando por la acción del agua del suelo y así adquirieron la forma redondeada característica de los bolos graníticos.
A medida que iban emergiendo experimentaron una descompresión que provocó que se fracturaran formando bloques cúbicos, los cuales se fueron erosionando por la acción del agua del suelo y así adquirieron la forma redondeada característica de los bolos graníticos.
Los
materiales predominantes son las granodioritas de la serie denominada de
Sanxenxo-Bueu, con megacristales feldespáticos potásicos de hasta 8 cm de
tamaño. En menor medida, también están presentes otros minerales como el plaxioclasio, el cuarzo, la biotita
y la moscovita.
Las
rocas de Cabo Udra muestran diversos tipos de erosión: acanaladuras resultado de la acción del agua de lluvia al
deslizarse por su superficie; pías o
pequeñas oquedades circulares presentes en la parte superior de las rocas, formadas
al moverse las arenas de la propia piedra debido a la acción de la lluvia y el
viento; cacholas o cavidades en la
parte inferior de las rocas resultado de la alteración química producida por la
humedad.
En
los cantiles aparecen cuevas cavadas por el mar denominadas furnas. También hay rampas de bolos, surgidas por los desplomes de las paredes del
acantilado y la posterior erosión de las olas, que va modelando las piedras hasta
que adquieren su forma redondeada.
Por
lo que se refiere a los tipos de suelo se distinguen tres: leptosol, de unos 30 cm de profundidad y presente en las zonas de
alta pendiente; cambisol, en las
zonas de menos pendiente; arenosol en
las playas.
La
altura de Cabo Udra es de 91 m, con pendientes que varían de moderadas a
fuertes, localizándose las mayores en la parte N. Por estos desniveles corren
pequeños arroyos temporales que se secan en verano.
Clima
Cabo
Udra se encuentra en la Región Eurosiberiana, Superprovincia Atlántica,
Provincia Atlántica-Europea, Sector Galaico-Portugués y Subsector Miñense,
caracterizado por un clima mediterráneo con tendencia a la aridez estival. La
precipitación media anual es de 877 mm y
la temperatura media 14º con una oscilación térmica de 12º C. La salinidad
es alta debido al impacto de las olas en la costa y a los fuertes vientos
invernales.
Flora
La
vegetación corresponde al piso
bioclimático termocolino, de suaves
inviernos y especies termófilas. Predominan los brezales atlánticos de Erica cinerea, Erica umbellata y Calluna vulgaris. Entre otras especies
podemos señalar las siguientes: carpanzo
(Halimium lasianthum); tojos marinos
como el endemismo galaico-portugués Ulex
europaeus latebracteatus; torvisco (Daphne
gnidium); Osyris alba, con sus
característicos frutos rojos; jaras como Halimium
alyssoides, de flores amarillas, y Cistus
salviflolius, de hojas más blanquecinas; amarillo eterno (Helichrysum foetidum); botón azul (Jasione montana); Anarrhinum bellidifolium: espárrago (Asparagus aphyllus); tomillo (Thymus caespititius); almizclera
(Erodium moschatum); hinojo (Foeniculum vulgare); arraclán o espino
cerval (Frangula alnus); fumaria (Fumaria muralis); cardo púrpura (Galactites tomentosa); geranio de los
caminos (Geranium molle).
En
los acantilados pegados al mar crece el perejil de mar (Crithmum maritimum), la hierba de enamorar (Armeria pubigera pubigera) y el liquen Verrucaria maura, de color negro. En las rocas más alejadas del mar
podemos ver los líquenes Xanthoria
parietina y Caloplaca marina, de
color anaranjado, y entre las rocas en pequeñas oquedades húmedas crece el
helecho marino (Asplenium maritimum).
En
primera línea de playa hay oruga marina (Cakile
marítima) y honquenia (Honkenya
peploides). En la parte superior de la playa crece el cardo marino (Eryngium maritimum) y la campanilla de
las dunas (Calystegia soldanela), de
flores de color rosa. Por las dunas se extiende el barrón, una hierba de más de
1 m de largo cuyas raíces se entierran hasta 4 m en busca de agua.
Ya
en el interior de Cabo Udra, en zonas más protegidas situadas al abrigo de
laureles y robles, crece el helecho Davallia
canariensis.
Fauna
De los reptiles
destacan el lagarto ocelado (Timon
lepidus) y la lagartija ibérica (Lacerta ibérica).
Entre las aves
residentes podemos citar el cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis), gaviota patiamarilla (Larus michaellis), halcón peregrino (Falco
peregrinus), tarabilla común (Saxicola torquata), roquero solitario (Monticola solitarius), colirrojo tizón (Phoenicurus ochruros), reyezuelo listado (Regulus ignicapilla), camachuelo común (Pyrrhula pyrrhula), escribano soteño
(Emberiza cirlus), curruca capirotada
(Sylvia atricapilla), curruca
cabecinegra (Sylvia melanocephala) y
la curruca rabilarga (Sylvia undata),
entre otras.
En verano podemos
llegar a observar pardela balear (Puffinus
mauretanicus) y pardela cenicienta (Calonectris diomedea). Entre las aves
terrestres podemos citar la collalba gris (Oenanthe oenanthe) y el chotacabras gris (Caprimulgus europaeus).
En invierno se acercan
a la costa especies como el alcatraz atlántico (Morus bassanus), cormorán grande (Phalacrocorax carbo), págalo grande (Stercorarius skua), charrán patinegro (Thalasseus sandvicensis),
vuelvepiedras (Arenaria interpres), correlimos
común (Calidris alpina), ostrero
euroasiático (Haematopus ostralegus) y álcidos.
En los pasos pre y/o postnupcial podemos llegar a ver tarabilla norteña (Saxicola rubetra), papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), mosquitero musical (Phylloscopus trochilus), curruca zarcera (Sylvia communis), buscarla unicolor (locustella naevia), carricerín común (acrocephalus schoenobaenus), alcatraz, negrones, págalos, charranes y álcidos.
En los pasos pre y/o postnupcial podemos llegar a ver tarabilla norteña (Saxicola rubetra), papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca), mosquitero musical (Phylloscopus trochilus), curruca zarcera (Sylvia communis), buscarla unicolor (locustella naevia), carricerín común (acrocephalus schoenobaenus), alcatraz, negrones, págalos, charranes y álcidos.
De los mamíferos
terrestres podemos señalar el erizo común, el zorro y el conejo.
Los mamíferos marinos
comunes en estas aguas costeras son el calderón común (Globicephala melas), el delfín listado (Stenella coeruleoalba), el delfín mular (Tursiops truncatus), el delfín común (Delphinus delphis) y la marsopa (Phocoena phocoena).
Itinerario
La
ruta de senderismo tiene 4 km de recorrido y comienza en el aparcamiento
situado sobre la playa de Ancoradoiro. Podemos comenzar por bajar hasta esta
bonita playa donde antiguamente había una fábrica de salazón.
Volvemos
a subir hasta el aparcamiento y desde aquí podemos seguir recto por la senda
GR-59 que lleva hasta el Aula de la Naturaleza, o desviarnos por un camino
situado a la derecha del aparcamiento hasta la playa de Mourisca.
Sobre la arena de la playa de Mourisca los marineros dejan varios tipos de embarcaciones tradicionales gallegas, como la dorna, la gamela o el bote polbeiro.
Desde aquí podemos ver la playa de Tulla, casas tradicionales de marineros y la antigua fábrica de salazón.
Delante de la fábrica continúa un estrecho sendero que va bordeando la costa hasta llegar a la playa de Pedrón, un buen lugar para disfrutar del paisaje y observar diversas aves marinas.
Desde
la playa de Pedrón volvemos sobre nuestros pasos unos 100 m, hasta que
encontramos un camino que sube por el monte para unirse a la senda GR-59 que
conduce al Aula de la Naturaleza.
Aquí nos facilitarán información sobre la
zona y también podemos tomar algo en su cafetería mientras disfrutamos de una
hermosa panorámica de las islas de Ons y Onza
El Aula de la Naturaleza y la cafetería se levantaron donde antiguamente se hallaban los barracones de la Batería de Artillería J-2 Cabo Udra, lo cuales fueron derribados aunque aún se conservan algunos restos de los lugares donde se asentaban las piezas de artillería, así como un polvorín, el búnker de telemetría, una caseta etc.
Recuerdo
que en el año 1988, cuando realizaba el servicio militar obligatorio en la Brilat, realizamos labores de retén de
prevención y vigilancia contra incendios en la zona de O Morrazo, utilizando
los terrenos de la batería de artillería como base en la que plantábamos
nuestras tiendas de campaña.
En
la entrada al recinto aún se conserva una pequeña columna en cuya parte
inferior aparece en relieve la inscripción “España” pintada de color rojo,
mientras que en la parte superior muestra lo que parece ser un peto de ánimas.
Durante los veranos en los que se realizaban los retenes de incendios, en esta
entrada se situaba una gran tienda de campaña de planta circular para el cuerpo
de guardia que controlaba el acceso.
En
su día la batería constaba de dos cañones de costa de tiro rápido Munaiz
Argüelles 150 mm/L45, procedentes de la batería de la Salgueira de Ferrol. Posteriormente
se incorporó una tercera pieza que venía de la batería de la Torre de Hércules
en A Coruña. Este modelo de cañón fué proyectado por los capitanes de artillería Munaiz y Argüelles y se comenzó a usar como pieza de costa en 1903. Estaba hecho de acero forjado y templado, y protegido con un escudo de acero de 20 mm de espesor. Su peso total era de 6668 kg, incluyendo anclaje, base y demás componentes. Tenía un alcance máximo de 13.700 m y disparaba proyectiles de 50 kg, provistos de granadas de alto explosivo y perforantes, que salían con una velocidad inicial de 747 m/s. Se llegaron a construir más de 60 unidades que se repartieron por el litoral español. Cuando se instalaron en la costa gallega, alrededor de 1936, ya era considerado como un modelo anticuado debido a su corte alcance y a las mejoras experimentadas en el blindaje de los navíos. Actualmente aún se conservan dos piezas en Monteferro (Nigrán).
Al
igual que sucedía en la batería de Monteferro y en la primera que se instaló en
Cabo Silleiro, las piezas de artillería de Cabo Udra se situaban sobre unos
pozos con suelo de hormigón que disponían de un pequeño polvorín para el
almacenamiento de la carga y estaban rodeados por un muro bajo. Los cañones ya
no están, pero si investigamos un poco podemos encontrar sus emplazamientos
ocultos entre la maleza.
Sobre un talud vemos restos de un almacén y de un depósito de agua y a pocos metros el bunker de telemetría.
El
bunker de telemetría conserva el pie cilíndrico del telémetro, que es el
instrumento con el que se medía la distancia a los objetivos.
Cerca
del segundo pozo se encuentra un polvorín bajo tierra, que se utiliza
actualmente como improvisado establo
Es frecuente observar caballos en
las inmediaciones de la batería y en el camino que lleva a Esqueiros.
Continuamos
y nada dar la vuelta al cabo vemos la ría de Aldán y Punta Couso. En esta parte
del camino podemos contemplar la peculiar geología de Cabo Udra, con los
característicos bolos graníticos.
La
senda finaliza en el aparcamiento donde comenzamos. Entre éste y la playa de
Ancoradoiro se encuentra Chan de Esqueiros, donde podemos ver una muestra de la
manifestación más primitiva de las construcciones del rural: los chozos.
Estas
rudimentarias construcciones aprovechan la morfología de los penedos para
añadir una pared de piedras y una cubierta en falsa bóveda hecha con grandes
losas.
Los
chozos de Esqueiros se construyeron a finales del siglo XIX y fueron utilizaron
hasta mediados del siglo XX.
Sirvieron
de refugio para los pastores, protegiéndoles de la intemperie mientras dormían
al lado de su rebaño, lo cual revela la importancia que el ganado tenía para la econocmía de esta zona.
Existen
construcciones de este tipo en el resto de la Península Ibérica, pero
son más frecuentes en el noroeste y Extremadura.
Para
terminar tengo que añadir que llama poderosamente la atención que una zona
perteneciente a la Red Natura 2000, catalogada como Lugar de Importancia
Comunitaria (LIC) y Zona de Especial Protección de los Valores Naturales
(ZEPVN), se esté utilizando como coto de
caza. Esto va en contra de la esencia del lugar y supone un evidente peligro para los paseantes, ya que para acceder al Aula de la Naturaleza se ven obligados a caminar por senderos en cuyos lados están cazadores disparando
sus armas. Algo realmente inexplicable y por lo tanto las autoridades deberían
tomar cartas en el asunto.
Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.
Las fotografías de este artículo han sido realizadas por Francisco Javier Torres Goberna ©.
Hola. Resóltame, cando menos, curioso o nome de Ancoradoiro para a praia onde atópanse devanditas construccións pastorís, pois lémbrame certo artigo lido en: http://www.terraetempo.com/artigo.php?artigo=2821&seccion=5 e que dis, respecto a tales construccións: ...O nome deste chouzo sería, ANTICO > ÁNT´CO > ANCO... Terá o nome de Ancoradoiro, orixinalmente, máis que ver con "ancos: chouzos" que non cun lugar onden supostamente ancoran embarcacións?. Ao mesmo artigo comnteaba eu: "A estrada que vai de Vigo a Coruxo chámase "de Camposancos", supoño haberá polos campos que atravesa algunha das construccións devanditas"... andiven un poco pola zona a ver si miraba algo, pero nada polo intre.
ResponderEliminarInteresante artigo e blog, noraboa e parabéns. Coñezo a zona de Nigrán, Baiona, Ramallosa... posto que vivo perto dela, aínda así descoñecía tantas das cousas intersantes de Monteferro que aquí comentas. Sería motivo para, un día destes, achegarme a visitar o lugar máis en "perfundidade", aínda que o estén utilizando como coto de caza seica bóteme un pouco para atrás, en todo caso, aseméllame un despropósito e ata unha vergoña tal uso. Grazas. Un saúdo.
Estimado Alfonso:
ResponderEliminarÉ moi interesante o teu comentario sobre a acepción do termo "Ancos" e ten a súa lóxica, especialmente no caso de Cabo Udra. Habería que investigar se queda algún chozo na zona de Camposancos.
Posto que "ancla" en galego é "áncora", pode ser que Ancoradoiro refírase a un lugar apropiado para fondear. En concreto na praia de Ancoradoiro de Cabo Udra existía unha fábrica de salgaduras, polo que poida que os barcos atracasen alí.
O dos cazadores en Cabo Udra é realmente surrealista: A xente paseando cos seus fillos por un camiño estreito e rodeados de escopeteros. Ata que haxa unha desgraza.
Toda a zona de Baiona e Nigrán é moi bonita e interesante a nivel faunístico, paisaxístico e arqueolóxico. É un dos meus paseos habituais xunto con Oia e A Guarda. Teño en preparación varios artigos sobre estes lugares e espero que tamén che gusten.
Agradézoche a túa atención e o teu amable comentario.
Un saúdo.
Sorprendente artigo e moi completo, fantástico. Tes moita razón cando un espacio é catalogado como reserva pero utilízase como coto de caza, non ten pes ni cabeza, si é reserva non pode ser coto de caza, e si é coto de caza e unha superficie de propiedade privada, a parte de ser un recinto perigoso pra os visitantes. As fotos gustáronme moito, faime recordar tempos de historia e tempos militares máis recentes. Teño que dicir que en Galicia si ai lugares que preparáronse pra prácticas ou estratexias militares, na cidade da Coruña tamén ai lugares coma istos.
Estuvimos recientemente, pero con mucha niebla, lo que quita mucho encanto al lugar. Lo que más nos llamó la atención fue su impresionante y variada flora litoral.
ResponderEliminarÉ precioso!!! podería estar a vida enteira mirarndo o azul do mar!!!
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