viernes, 22 de agosto de 2008

Oestrymnios y otros pueblos de la Edad de Bronce


El conocimiento de los elementos étnicos de los primeros pobladores históricos de Galicia es una tarea difícil por la escasez de vestigios. Sólo conocemos los textos antiguos de autores griegos en los que identifican a estos habitantes como oestrymnios. En el poema de Rufo Festo Avieno, ora maritima, se alude a los "loca et arva Oestrymnios habitantibus", describiendo a aquellos como hombres fuertes y valerosos, comerciantes y muy marineros, que surcaban el mar en barcos de cuero. Y aunque Avieno no especifica si empleaban el remo o la vela, puede que conocieran las técnicas de la navegación a vela puesto que ya habrían entrado en contacto con los marineros mediterráneos.
 
«Tras aquellas tierras, sobre las que antes hemos hablado,de nuevo se abre una gran ensenada, que abarca una extensa llanura marina hasta Ofiusa. Retrocediendo desde su litoral hacia el llano del mar interno por donde dije antes que el mar,al que llaman Sardo, se adentraba en las tierras,se emplean siete días de marcha a pie. Ofiusa presenta un flanco tan prominente hacia adelante, cuanto oyes que se extiende la isla de Pélope en tierras de los griegos. Al principio se la denominó Oestrimnis, y los habitantes de estos lugares y campos eran los oestrímnicos; posteriormente una plaga de serpientes puso en fuga a sus habitantes y logró que esta tierra quedara despojada hasta de su propio nombre.»

Los oestrymnios serían por lo tanto los pobladores de Galicia hasta la época del Bronce Final, cuando según Avieno fueron desplazados de su territorio por una invasión  de "serpientes". ¿A quién se refiere? Durante años se planteó que eran los celtas (los saefes, nombre que recibía una tribu céltica debido a que la serpiente era su símbolo y aparecía representada en sus escudos), pero la hipótesis de la presencia celta en Galicia actualmente está muy cuestionada. ¿Podría tratarse, tal vez, de los yamnaya?. 

Podemos suponer que gran parte del occidente de Europa tenía una misma base étnica. Los oestrymnios habitarían la costa occidental gallega y portuguesa desde finales del tercer milenio a.c, y conocían la metalurgia del cobre. La sociedad gallega de la Edad del Cobre y del Bronce era jerarquizada y giraba en torno a la familia y al clan. Su economía se basaba en el pastoreo y la agricultura, complementada con la caza, el marisqueo y la recolección. Por lo que se refiere a su culto funerario, los enterramientos colectivos del megalítico desaparecieron y se sustituyeron por cistas individuales, en las que se han hallado importantes tesoros de oro macizo y gran riqueza artística (por ejemplo el tesoro de Caldas de Reis, Pontevedra).

Los oestrymnios son etiquetados como ligures por muchos investigadores (D'Arbois de Jubainville, Camille Jullian, Adolfo Schulten, Bosch Gimpera), en concreto de la etnia ligur mediterránea-ibero-insular cuyas principales características serían la dolicocefalia, una altura que apenas sobrepasaría el metro y medio, gracilidad y apariencia negroide.

Los romanos llamaban ligures a todos los pueblos de la Europa occidental que no pertenecían al grupo indoeuropeo y que fueron expulsados de sus tierras por los celtas. Eratóstenes (s. III a. de J.C.), denomina "Ligustike" a los territorios comprendidos entre Alejandría y la Península Ibérica y Hesíodo afirmaba que los ligures poblaban el occidente de Europa. Se mencionan también poblamientos en el Lago Ligustino, cerca de la desembocadura del Guadalquivir y en Ligustine, cerca de Tartessos. Estrabón recoge lo escrito por Erastóstenes en el siglo III a.c. quien daba a toda la península ibérica el nombre de Ligustine. Dentro de las supuestas tribus ligures estarían los oestrymnios, cinetes, oxibios, apuanos, ingaunos y saluvios.

En cuanto a su lenguaje lo desconocemos aunque se consideran como sufijos ligures “asc, esc, osc”. La raíz “seg”, frecuente en España, también es considerada ligur por algunos autores que la relacionan con “segobriges”, nombre de una tribu ligur de los Alpes y con “Segonio”, divinidad ligur. 

Con respecto a los pueblos precélticos de Irlanda, existe una antigua tradición del ciclo mitológico irlandés titulada "Emigración de Partolón", al parecer datada en el 700 a.c. y que fue recogida por el monje Nennius en el siglo X en su "Historia de los Bretones", introduciendo en el relato elementos ajenos a la redacción primitiva.

Según este texto los Scots fueron  los primeros pobladores de Irlanda, a donde llegaron mil hombres y mujeres siguiendo a su jefe Partolón. Cuando Partolón llegó a Irlanda tuvo que luchar contra los fomoré, dioses de la muerte y de la noche. Tras vencerlos la raza de Partolón habitó en Irlanda hasta que su número llegó a cinco mil y entonces murieron víctimas de una epidemia.

Según la mitología irlandesa, los muertos se encaminaban a una tierra mágica que se hallaba al SO, más allá del océano y que recibía varios nombres: tire beo (tierra de los vivos), tir n-aill (la otra tierra), mag mar (gan llanura) ó mag meld (llanura agradable). Según la tradición irlandesa, los primeros habitantes de Erin provenían de este país misterioso. Arbois de Jubainville realiza una revisión del texto de Nennius y critica la versión recogida por Nennius según la cual la raza de Partolón procedía de Hispania, pero ambos están de acuerdo en que se trataba de una raza de tez blanca y que procedía del suroeste.

Los hallazgos arqueológicos nos han permitido conocer inequívocamente que desde la Edad del Cobre, ó quizás incluso antes, existía una relación cultural basada en el comercio marítimo entre la costa galáico-portuguesa y la irlandesa.  

Por lo que se refiere a Escocia y al Ulster, sus pobladores precélticos eran los pictos, descendientes de los caledones e identificados por algunos como los Dananns y Fians de la tradición gaélica. Los pictos llegaron al norte de Escocia hace unos tres mil años, procedentes del continente, y podrían estar emparentados en raza y cultura con los oestrymnios gallegos. 

Julio César describe brevemente la Britania de la segunda mitad del último siglo a.c. En aquella época la isla se hallaba muy poblada y era rica en estaño y hierro. Como moneda se empleaba el cobre, el oro o lingotes de hierro. La costa de Britania era la única zona algo civilizada y estaba habitada por descendientes de belgas, que vivían de la agricultura y cuyas costumbres eran muy parecidas a la de los galos del continente. 

En el interior de la isla vivía un pueblo de pastores y cazadores que no practicaban la agricultura y que se autodenominaban los indígenas. Su apariencia era sumamente feroz: llevaban larga cabellera y bigote y se rasuraban el pelo del cuerpo ya que se tatuaban y pintaban de color azul, lo que motivó que los romanos los denominaran pictos. Vivían en grupos de diez o doce hombres que compartían a sus esposas, especialmente entre hermanos y padres, y los hijos que nacían se consideraban que eran del hombre que se había “casado” con la mujer. 

Los romanos se vieron forzados a construir la muralla de Adriano para contener los ataques de los pictos. Los combates se prolongaron durante varios siglos, hasta que en el año 844 los pictos fueron derrotados definitivamente por Kenneth MacAlpin en Stirling, comenzando la supremacía gaélica sobre Escocia. 

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